GENERACIÓN DE HIDRÓGENO

            Cuando estudiaba química en el colegio secundario, generamos hidrógeno gaseoso en el Laboratorio de Química haciendo reaccionar granallas de zinc con ácido clorhídrico.        Esta misma operación lo realizamos en mi casa los “Tres amigos”, utilizando como balón el tanque de vidrio de la cocina a querosene de mi mamá. Queríamos inflar globos con gas para venderlos, pero reventó el tanque de vidrio porque la reacción es exotérmica y no lo habíamos tomado en cuenta.

            Es decir, generar gas hidrógeno es la reacción más simple que se puede realizar en un laboratorio. Pero no en nuestra universidad.

            El Ingeniero Armando Cabrera, Jefe de Prácticas de Química Inorgánica nos congregó a los escasos alumnos de Ingeniería Química para observar “la maravilla”, generar gas hidrógeno, en el Laboratorio de Química Inorgánica de la UNAP, Iquitos.

            El balón estaba en su sitio, bien sujeto con abrazaderas, quitó el tapón de jebe surcado por un tubo de vidrio, vertió el ácido clorhídrico y luego las “granallas de zinc” y… no pasó nada. No salía ningún gas. Qué fiasco, una práctica que de colegiales lo habíamos hecho y aquí no resultaba.

            El mismo Jefe de Prácticas estaba sorprendido pues es una práctica elemental. Hasta que cayó en la cuenta: me mostró el frasco que decía tin, que es como se dice en inglés al estaño, y él pensó que eso era zinc. Qué tal confusión.

            Quedamos que en la próxima práctica lo haríamos de nuevo pero con zinc de verdad para no pasar vergüenza otra vez.

            Lo más curioso fue que el Ingeniero hubiera confundido tin con zinc, puesto que todos los Ingenieros estamos obligados a saber inglés porque la gran mayoría de textos están en inglés, incluyendo el famoso Handbook de Perry (Perry’s Chemical Engineer’s Handbook) que todos usamos aun en nuestra vida profesional.

LA PRÁCTICA

            Me gustó siempre hacer las cosas porque pensaba que era la mejor manera de aprender. Por esta razón discutí con el Ingeniero Armando Cabrera, Jefe de Prácticas de Química Inorgánica, quién pensaba que la Práctica debía consistir en “mostrar” cómo se realiza el experimento. Manifesté mi contrariedad y él llevándome aparte me preguntó:

  • ¿Qué es lo que quiere usted alumno Suárez?
  • Queremos hacer la Práctica nosotros mismos. No venimos a la universidad para que nos haga ver lo bien que usted sabe hacerlo.
  • ¿Quiere usted hacer la Práctica?
  • Todos queremos hacerlo. Denos a cada uno de nosotros nuestro propio material y lo haremos y así aprenderemos de verdad.

            El Decano, Ingeniero José Reátegui Cárdenas, nos hizo entrega a cada alumno (éramos 10) de un lugar en la mesa de trabajo con dos cajones y anaqueles en la parte inferior y todo el material de vidrio y utensilios necesarios. También comunicó a los porteros y guardianes que los alumnos de Ingeniería Química podíamos ingresar a la universidad sábados, domingos y feriados, a cualquier hora. Esta es la razón por la que salimos tan buenos Ingenieros Químicos. Aprendimos las cosas haciéndolas y repitiéndolas una y otra vez.

            Es por ello que en el examen final para la graduación, el Ingº Víctor H. Montenegro, Catedrático y Decano, nos hizo entrega de un Erlenmeyer con un líquido y teníamos que hacer la marcha analítica cualitativa para determinar qué sustancia está presente y luego la determinación cuantitativa para establecer cuánto de esa sustancia nos había entregado. Los diez graduandos aprobamos (era una sustancia diferente para cada uno).

Proceso de la generación de hidrógeno

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