199 EL HIMNO NACIONAL DEL PERÚ

            En 1954, estudiaba el 4º  Año de Primaria en la Escuela Urbana Prevocacional de Iquitos, Departamento de Loreto, Perú. Entonces las clases eran de lunes a sábado. De lunes a viernes teníamos clases de 8:00 am a 12:00 m y de 3:00 pm a 5:00 pm. Los días sábados estudiábamos de 8:00 a 12:m. Solamente medio día.

            Esto significa que todos los días de la semana teníamos Formación por Secciones  en el Patio Central, cantábamos el Himno Nacional, y si correspondía a un día del Calendario Cívico Patriótico Escolar, había una proclama o una actuación breve, generalmente una poesía recitada por un alumno, que por casualidad era yo, que me ofrecía para todas las fechas. Esto solamente significa que además de estudiar las clases debía buscar en los libros que nunca faltaron en mi casa, una poesía alusiva a la celebración y aprenderla para recitarla en la actuación. Jamás se me cruzó por la mente que estaba sobrecargándome de labores porque se me hacía muy fácil: Mis padres me tomaban la recitación y me daban consejos sobre la acción de las manos.

            Lo curioso era que los seis días de la semana cantábamos el Himno Nacional y cada día cantábamos una estrofa, en orden: El lunes la primera estrofa, el martes la segunda estrofa, etc. Es decir que sabíamos de memoria las seis estrofas de nuestro Himno y jamás lo considerábamos algo extraordinario sino el aspecto más común de nuestra vida.

            Desde hace ya mucho las autoridades de nuestro país están en dimes y diretes tratando de cambiar nuestra idiosincrasia. Deben ser personas que jamás pusieron el pecho para enfrentar al enemigo. Los loretanos vivíamos pendientes de los conflictos con Colombia y Ecuador y todos, sicológicamente, nos preparamos para defender a la Patria en una guerra que “de todas maneras iba a venir”. Mi padre es Excombatiente  en los Conflictos de 1933  con Colombia y de 1941 con Ecuador, es decir somos partes de esa generación que vivió la guerra. Yo mismo soy Licenciado por tiempo cumplido en el Ejército con el Grado de Sargento Segundo. La estrofa que se cantaba en toda ceremonia patriótica es la Segunda:

                        Coro

Somos libres, seámoslo siempre

y antes niegue sus luces el sol,

que faltemos al voto solemne

que la patria al Eterno elevó.

            Estrofa I

Largo tiempo el peruano oprimido

La ominosa cadena arrastró;

Condenado a una cruel servidumbre

largo tiempo en silencio gimió.

Mas apenas el grito sagrado

¡Libertad! en sus costas se oyó,

la indolencia de esclavo sacude,

la humillada cerviz levantó.

            En la Secundaria, en la Gran Unidad Escolar “Mariscal Oscar R. Benavides” de Iquitos, tocaba en la Banda de músicos. Todos los días, de lunes a sábado se izaba la Bandera a tope en el asta, a los compases de la Marcha de Banderas y el Himno Nacional. Se cantaba la segunda estrofa ya señalada.           Luego procedíamos a desfilar rumbo a nuestros salones.

            Cuando somos pequeños lo llamamos “El somos libres”. Es decir que estamos identificados desde nuestra más tierna infancia con el Himno que nos hace vibrar y nos hace sentir que somos peruanos aunque estemos lejos de las autoridades del Gobierno Central que poco o nada se preocupan de nosotros.

            Pero los gobernantes  piensan que por decreto pueden cambiar la mente, el corazón y los sentimientos de los peruanos. Somos patriotas y déjennos cantar nuestro Himno como nosotros lo sentimos y vayan ustedes a “freír monos en sartén de palo”. Modismo loretano que dice a las claras: dejen de molestar y aprendan a hacer su trabajo que para eso les pagamos su sueldo, aunque nada bueno sepan hacer.

            Nuestro Himno es de nosotros.

            ¡VIVA EL PERÚ!

198 EL CHOCLO MÁS GRANDE

            El choclo es la mazorca de maíz tierno, al madurar ya se tiene el maíz en su plenitud, con funciones y utilidades diferentes.

            El maíz originario de nuestro país ha sido reproducido en diferentes partes del planeta y se ha podido utilizar para la solución alimenticia gracias a que fue domesticado y cultivado desde los inicios del hombre en América.

            Los científicos nos informan sobre su taxonomía: Reino Plantae, Clase Liliopsida, Familia Poaceae, Género Zea, Especie Zea mays.

            El choclo se puede utilizar para preparar humitas, tamales verdes y el guiso característico de la cocina peruana, pepián de choclo, pero la mejor manera de disfrutar de un buen choclo es sancocharlo y comerlo directamente acompañado de un buen pedazo de queso fresco.

            Cuando mis hijas eran pequeñas acostumbrábamos disfrutar del choclo más grande en la esquina de la Plaza del Congreso los días sábado al medio día. Mi esposa me esperaba con ellas en ese lugar al que llegaba rápidamente porque en ese entonces los sábados el Primer turno salía a las 12: 00 m.

            Eran los choclos más grandes que hemos visto en nuestra vida, fácilmente llegaban a los 30 centímetros. Nunca hemos visto un choclo así en ningún mercado o Supermercado que hayamos visitado. Cada uno con su choclo, que mis hijas siempre fueron de “buen diente” con su pedazo de queso que siempre resultaba muy poco por lo que pedíamos ración extra de queso. También el queso serrano era muy agradable.

            Nos quedó la costumbre de comer choclo con queso fresco y en casa siempre lo preparamos, Charito insiste en ponerle una cucharada de azúcar para potenciar el sabor del choclo tierno, leche leche. El queso fresco que ahora preferimos es el queso fresco pasteurizado de La Molina o el queso fresco Bonlé.

            El choclo serrano cultivado en suelos áridos da una caña bien jugosa semejante a la caña de azúcar y se come igual. En el mercado de Huaraz se vende las cañas del choclo y su sabor es dulce semejante al choclo. El choclo de la Selva, donde hay abundancia de agua, da cañas muy secas e imposible de comerlas, sólo sirve para forraje.

            A manera de información podemos añadir que el maíz maduro de la Selva es denominado “maíz duro”, especial para determinadas industrias, mientras que del maíz serrano se obtienen las variedades de mote, cancha, harina normal e integral. El mote para comerlo sancochado sólo o cocido junto con habas secas o para preparar el champús más delicioso con guanábana. La cancha para comerlo tostado con sal y como acompañante del ceviche o los chicharrones; y la harina para preparar los panes y las mazamorras.

197 LAZARILLO DE TORMES

De autor Anónimo – Año 1554

            De los muchos libros que he leído pude obtener bastante entendimiento y mucha erudición. Las más de las veces  los recuerdo por algún párrafo que me hizo gracia. Este es uno de ellos

Fragmento extraído de la página 24, por ser graciosa la inocencia de Lázaro y la continencia de su amo extranjero.

            “Pues estando en esta afligida y hambrienta persecución, un día, no sé por cuál dicha o ventura, en el pobre poder de mi amo entró un real, con el cual él vino a casa tan ufano como si tuviera el tesoro de Venecia, y con gesto muy alegre y risueño me lo dio, diciendo:

  • Toma, Lázaro, que Dios ya va abriendo su mano. Ve a la plaza y merca pan y vino y carne: ¡quebremos el ojo al diablo! Y más te hago saber, porque te huelgues: que he alquilado otra casa y en ésta desastrada no hemos de estar más de en cumpliendo el mes. ¡Maldita sea ella y el que en ella puso la primera teja, que con mal en ella entré! Por nuestro Señor, cuanto ha que en ella vivo, gota de vino ni bocado de carne no he comido, ni he habido descanso ninguno; mas ¡tal vista tiene y tal oscuridad y tristeza! Ve y ven presto y comamos hoy como condes.

            Tomo mi real y jarro y, a los pies dándoles prisa, comienzo a subir mi calle encaminando mis pasos para la plaza, muy contento y alegre. Más, ¿qué me aprovecha, si está constituido en mi triste fortuna que ningún gozo me venga sin zozobra? Y así fue éste, porque, yendo la calle arriba, echando mi cuenta en lo que le emplearía que fuese mejor y más provechosamente gastado, dando infinitas gracias a Dios que a mi amo había hecho con dinero, a deshora me vino al encuentro un muerto, que por la calle abajo muchos clérigos y gente que en unas andas traían. Arriméme a la pared por darles lugar, y, desde que el cuerpo pasó, venía luego a par del lecho una que debía ser su mujer del difunto, cargada de luto, y con ella otras muchas mujeres; la cual iba llorando a grandes voces y diciendo:

  • Marido y señor mío, ¿adónde os me llevan? ¡A la casa triste y desdichada, a la casa lóbrega y oscura, a la casa donde nunca comen ni beben!

            Yo, que aquello oí, juntóseme el cielo con la tierra, y dije: «¡Oh desdichado de mí, para mi casa llevan este muerto!»

            Dejo el camino que llevaba, y hendí por medio de la gente, y vuelvo por la calle abajo a todo el más correr que pude para mi casa. Y entrando en ella, cierro a grande priesa, invocando el auxilio y favor de mi amo, abrazándome de él, que me venga a ayudar y a defender la entrada. El cual, algo alterado, pensando que fuese otra cosa, me dijo:

  • ¿Qué es eso, mozo? ¿Qué voces das? ¿Qué has? ¿Por qué cierras la puerta con tal furia
  • ¡Oh señor —dije yo—, acuda aquí, que nos traen acá un muerto!
  • ¿Cómo así? —respondió él.
  • Aquí arriba lo encontré y venía diciendo su mujer: «Marido y señor mío, ¿adónde os llevan? ¡A la casa lóbrega y oscura, a la casa triste y desdichada, a la casa donde nunca comen ni beben!». Acá, señor, nos le traen.

            Y ciertamente, cuando mi amo esto oyó, aunque no tenía por qué estar muy risueño, rio tanto que muy gran rato estuvo sin poder hablar. En este tiempo tenía ya yo echada la aldaba a la puerta y puesto el hombro en ella por más defensa. Pasó la gente con su muerto, y yo todavía me recelaba que nos le habían de meter en casa. Y, desde que fue ya más harto de reír que de comer, el bueno de mi amo, díjome:

  • Verdad es, Lázaro, según la viuda lo va diciendo, tú tuviste razón de pensar lo que pensaste; mas, pues Dios lo ha hecho mejor y pasan adelante, abre, abre y ve por de comer.
  • Déjalos, señor, acaben de pasar la calle —dije yo.

            Al fin vino mi amo a la puerta de la calle, y ábrela esforzándome, que bien era menester, según el miedo y alteración, y me torno a encaminar. Mas, aunque comimos bien aquel día, maldito el gusto yo tomaba en ello. Ni en aquellos tres días torné en mi color. Y mi amo, muy risueño todas las veces que se le acordaba aquella mi consideración.

            De esta manera estuve con mi tercero y pobre amo, que fue este escudero, algunos días, y en todos deseando saber la intención de su venida y estada en esta tierra; porque, desde el primer día que con él asenté, le conocí ser extranjero, por el poco conocimiento y trato que con los naturales”.

196 HAN VISTO A MI MATERIALITO

                  «La resistencia de materiales clásica es una disciplina de la ingeniería mecánica, la ingeniería estructural, la ingeniería civil y la ingeniería de materiales que estudia la mecánica de sólidos deformables mediante modelos simplificados. La resistencia de un elemento se define como su capacidad para resistir esfuerzos y fuerzas aplicadas sin somperse, adquirir deformaciones permanentes o deteriorarse de algún modo».

Fuente: Wikipedia La enciclopedia libre.

            Los estudiantes de Ingeniería Química de la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana (UNAP) de Iquitos, comenzamos a llevar el curso de Resistencia de Materiales. Fue nuestro primer encuentro práctico junto con Operaciones Unitarias, de nuestra formación en Cálculo Diferencial y Cálculo Integral.

            Todo el tiempo fuera de clases nos lo pasábamos hablando de Resistencia de Materiales.

            Cuando estuvimos en Estudios Generales teníamos una compañera de nuestro primer grupo que habíamos ingresado dando el Examen de Ingreso. Era una joven muy delgada y de piernas totalmente flacas, pero de rostro bonito y sumamente simpática. Era una buena compañera.

            Tenía un novio, de apellido Rivadeneyra, que era familiar de algunos de nuestros compañeros y de inmediato se hizo amigo de nuestro grupo. Era maestro ebanista muy bueno a pesar de su Juventud y tenía su propio taller.

            Al terminar Estudios generales, dura un año, nos separamos en las cuatro Facultades que tenía entonces nuestra Universidad. Ella se fue para Educación y nosotros a Ingeniería Química, pero siempre nos veíamos y nos saludábamos.

            El novio venía a la universidad buscar a la chica y en cuanto nos veía a alguno de nosotros nos preguntaba invariablemente:

  • ¿Han visto a mi Materialito?

            Tanto escucharnos hablar de Resistencia de Materiales y habida cuenta de lo delgada de la joven, había dado en llamarla “Mi Materialito” a su novia.

            No era un simple enamoramiento, era todo un compromiso formal  el que motivaba a estos dos jóvenes, lo cual siempre me ha conmovido sobremanera. Es lindo ver cuando dos enamorados culminan su estado en el matrimonio.

            Todo el grupo recibimos nuestro Parte Matrimonial  y acudimos a la boda en la Iglesia Matriz. Me sorprendí al ver a la novia, vestida de blanco que acentuaba aún más su  palidez cadavérica y una incipiente barriguita que ya se notaba. Por ratos parecía que le faltaba el aire.

            Aún no vivía yo mi verdadero drama de tener a mi esposa con “Hiperémesis gravídica”. Ni siquiera conocía entonces la existencia de quien sería después mi esposa, ni mucho menos pensaba yo en lo difícil y terrible que puede llegar a ser para algunas mujeres la maternidad, pero cómo la buscan.

            Me dio pena verla sonreír al salir de la Iglesia a los acordes de la Marcha Nupcial  con su rostro bonito pero macilento.

            Es terrible lo que tienen que soportar algunas mujeres por amor, pero cuánto aman el fruto de su amor. Dios las bendiga.

«Mi materialito»

195 POLICÍA BUENO Y POLICÍA MALO

            El otro día mi sobrina Leydi Suárez subió un video donde un caballero, en la cantina, se lamentaba que en su casa su esposa amenazaba a sus hijos:

  • Ya verán cuando venga su papá.

            Y esto también había ocurrido en su casa cuando su mamá les decía lo mismo a ellos, de manera que cuando el hombre llegaba esperando encontrar a sus hijos afectuosos solamente veía rostros asustados y temerosos, más bien desconfiados.

            Me trajo a la memoria un episodio en nuestra vida en la que mi amada esposa, María Judith, quizás estuvo viendo algo en la televisión, me dijo, me imagino refiriéndose a la crianza de nuestras hijas:

  • Tenemos que ser policía bueno y policía malo.

            Sorprendido y preocupado, sobre todo porque ella se bastaba sola para hacer ambos roles sin que yo tuviera que mover un solo músculo, solamente atiné a decir, apuntándome a mí mismo con el dedo índice:

  • ¿Entonces yo…?
  • ¡Tú no vales para policía malo! Eres demasiado bueno con tus hijas.

            Respiré aliviado, no servía para policía malo, estaba descartado desde un principio. Nunca más se volvió a hablar acerca de este tema. Me imagino que en adelante sería más juiciosa sobre lo que veía en la televisión, antes de hacer planes para llevarlas a cabo.

Policía

194 I AM INFORMATION ENGINEER

            Nuestra gran amiga de la familia, Antonieta Arévalo, vivía a la espalda de nuestra casa en Pueblo Libre. Antonieta era profesora y había trabajado en Iquitos con mi esposa en el Centro Educativo de Mujeres Nº 172. Nuestra amistad viene entonces desde aquella época.

            Ella estaba a cargo de los hijos de su hermana Jesús porque ella con su esposo Juan Yap residían y era comerciantes e industriales en Yurimaguas, capital de la Provincia de Alto Amazonas. Marco Antonio, José y Olga Marina estudiaban en Lima.

            Con el tiempo Marco Antonio se fue a vivir en México donde se casó y Joshé  en Estados Unidos.

            Joshé venía siempre a Lima  con su esposa e hijo a visitar a la familia. En una oportunidad celebraron su cumpleaños en mi casa, fue una fiesta bien concurrida, con mariachis y todo.

            Pero Joshé nos dijo que se había encontrado con dos amigos norteamericanos y los había invitado a mi casa. Ellos vivían en la residencia del Embajador norteamericano, solamente hablaban inglés y vendrían  nada más que por una hora.

            Llegaron en una limusina a las 9:00 pm y vinieron a recogerlos a las 10:00 pm. Mientras tanto tratamos de ser amigables conversándoles en Inglés. A uno de ellos le expliqué sobre mi hija Rocío:

  • My daughter studies at the University. She is studying Informatic Engineer.

            (Mi hija estudia en la universidad. Ella está estudiando Ingeniería Informática)

            Es una profesión tan reciente que no encontraba un término apropiado en Inglés, por ello dije Informatic Engineer, ahora posiblemente se refieran a esa carrera como Computer Engineer. Pero el “gringo” me corrigió al punto:

  • No. Information Engineer. I am Information Engineer.

            (No. Ingeniería de la Información. Yo soy Ingeniero de la Información)

            Me pareció que hablábamos de cosas diferentes pero lo dejé allí. Tomamos cervezas y nos despedimos. Su seguridad  era visible  e indicaba la naturaleza de sus funciones en su cuartel general.

            Una semana después, el 22 de abril de 1997, se produjo la Operación Chavín de Huántar en la residencia del embajador del Japón para el rescate de los 72 rehenes del MRTA.

            Entonces  comprendí la naturaleza reservada de nuestros visitantes, los Ingenieros de la Información sembraron cámaras y audio de fibra óptica en el lugar de la acción para ayudar al éxito de nuestros Comandos.

            Nos sentimos orgullosos de haberlos conocido y tenido en nuestra casa  y haberlos atendido como correctos anfitriones.

            Después de todo Charito, luego de aprobar el tercer año de Ingeniería Informática dejó de estudiarlo para pasarse a Psicología Organizacional, carrera que tuvo que empezar desde Estudios Generales Letras, con el agregado que son seis años de estudio, en vez de los cinco de Ingeniería, pero se encuentra feliz porque es la carrera que le ha dado satisfacciones mil. Bien por ella.

En verdad existe la carrera.