Nancy es la hermana menor de José El zapatero y trabajaba como Nana en la casa de mi hija Claudia.
José era el diseñador y fabricante de zapatos para damas que abastecía al por mayor (por docenas de pares de zapatos) a las tiendas de Jesús María, sobre todo en la Galería La Quinta.
Pero como todos los pequeños fabricantes necesitaba siempre aporte de capital para adquirir los materiales y las hormas requeridas según el modelo elegido, y allí entraba mi amada esposa como habilitada, es decir como aportante de capital.
Se hizo más cercano el negocio entre ellos cuando decidieron hacerse socios en la empresa para fabricar los zapatos y colocarlos en los minoristas y les fue bastante bien hasta que se produjo la “invasión de los norteños”: Los fabricantes de zapatos de la zona industrial de Trujillo vinieron a Lima trayendo sus sobrantes y vendían a menor precio la docena de calzados. Lógicamente los comerciantes minoristas preferían ir temprano los viernes al Centro de Lima, por el Jr. Andahuaylas, para abastecerse de los modelos que venderían después al menudeo en sus tiendas.
Toda la familia de José participaba en la empresa y cuando ésta terminó, cada cual tomó el rumbo que pudo. De esta manera Nancy acabó trabajando como Nana en la casa de mi hija.
Mi nieta Andrea era pequeña y no entendía que dos personas pudieran tener el mismo nombre, cual Clara del Valle de “La Casa de los Espíritus” de Isabel Allende, así que, cuando le mostré a la chica que vendía verduras en el Mercado Bolívar y que se llamaba Nancy ella negó con la cabeza al tiempo que señalaba con la mano hacia atrás en clara alusión a que Nancy era su Nana y estaba en ese momento en su casa en Miraflores y me dijo – Noo.
Mi yerno Jorge, quien siempre se las da de gracioso y pone apodos a todos sus compañeros, la llamaba “Gansi”, seguramente porque Nancy era una joven de temperamento tranquilo, suave y, más bien, humilde.
Un día que estaba en casa de Andrea le pregunté a Nancy
- ¿Qué hacías tú en la fábrica de zapatos?
- Era la cajera – fue la rápida respuesta de la Nana.
- Vaya – dije sorprendido y claramente impresionado – tú manejabas toda la plata del negocio – añadí.
- No – me respondió de inmediato – yo doblaba las cajas de cartón para poner los zapatos, era la cajera. Como mi otra hermana era la cortadora y mi mamá la aparadora, yo era la cajera, pero nunca manejé el dinero.
El Proceso de la Cajera
Pero la cajera Nancy, o, según Jorge, Gansi, de carácter tranquilo, suave y más bien humilde se puso hecho una fiera cuando se enteró que su “novio” había regresado a su tierra, Ayacucho. Dejó el trabajo y fue en su búsqueda y, cuenta José, que lo trajo de los pelos de vuelta al nido.
Por algo se repite siempre el refrán “De las aguas mansas líbreme Dios, que de las bravas me libro yo”