En 1975, fui seleccionado por la Cervecería Backus para asistir a un Curso Para Supervisores en la ESAN (Escuela Superior de Administración de Negocios).
Como esta institución quedaba al final de la Avenida Primavera, en mi tierra hubieran dicho “donde el diablo ha botado su cachimba” porque queda muy lejos, como exmilitar hice un reconocimiento previo del terreno, para determinar en qué carro ir y a qué hora debía tomarlo desde mi casa en la Plaza Manco Cápac.
Con curiosidad me encontré con un Supervisor de Bodegas, también exmilitar, quien estaba igualmente haciendo “reconocimiento del terreno”, técnica sine qua non del militar del Ejército Peruano.
El Decano era nuestro expositor y algunas veces nos sorprendía con algunas cosas salidas del tema. Supongo que es la mecánica en que se apoya el método ESAN.
Una vez dibujó en la pizarra un vaso con agua hasta la mitad y nos hizo la pregunta clásica: ¿el vaso está lleno o está vacío?
Otra vez nos sacudió con su exposición. Eran tiempos del gobierno militar en el que un militar depone al otro militar que había depuesto al Presidente.
Nos dijo: Dicen que los asesores se presentaron donde el presidente y le dijeron que tenían una noticia buena y otra mala. – Como somos humanos, siempre queremos escuchar primero las noticias buenas – Así que el presidente les dijo:
- “¿Cuáles son las noticias buenas?” – Con mucho tacto, le dijeron:
- “Señor presidente, el próximo año vamos a estar comiendo caca”. Aquí sí que se sorprendió el presidente.
- “Si esas son las noticias buenas, ¿cuáles son las malas?
- “Que no va a alcanzar para todos”
Era un seminario de 6 a 9 pm una vez por semana. Cada vez, una persona de cada grupo debía exponer sobre el tema que nos encargaban. Al final de la clase nos entregaban el tema para estudiarlo y debatirlo y llevar una conclusión para exponerlo en la siguiente clase.
Invariablemente, era yo quien exponía el tema. En realidad me agradaba hacerlo y no demandaba de mí ningún esfuerzo.
Pero, mi pequeña hija comenzó a padecer de asma y nos tenía desvelados y preocupados. La llevamos a un especialista en males bronquiales que se había especializado en Londres para atender a su esposa. Antes habíamos trabajamos juntos en el Instituto de Salud Ocupacional. Nos dio una vacuna que debía tomar mi pequeña, pero le producía aún más tos. Un médico amigo nos dijo que ese doctor es especialista en asma pero en adultos, que a un niño debe atenderle un médico Pediatra. Lo encontramos en el Centro Médico de la Parroquia “Nuestra Señora de Guadalupe” en el Parque de las Américas, en Balconcillo. Era el doctor Boado Cockting.
Mientras tanto, esa semana no pude revisar el escrito y no pude preparar mi exposición. Al llegar a la escuela se los dije y les pregunté si alguno había preparado algo. El Supervisor exmilitar me dijo:
- “Ingeniero, yo he leído la lección y puedo hacer la exposición”.
Fue el único, pero fue nuestra salvación. Presentó una buena exposición y el Decano estuvo satisfecho.
En otra Clase, el Decano nos contó una historia trágica:
“En un lugar del mundo, el esposo salía de viaje para atender asuntos de su trabajo, mientras tanto su esposa iba en su carro al pueblo vecino a visitar a su amante. Para llegar tenía que utilizar el Ferry (transbordador) para pasar a la otra orilla, pagando el peaje. Había un puente viejo pero estaba muy deteriorado y nadie quería usarlo”.
“Una vez que volvía de ver a su amante, al llegar al Ferry se dio cuenta que no traía dinero para pagar el peaje. El maquinista no quiso hacerla pasar si no pagaba. Ella volvió donde su amante y le pidió el dinero”.
“El amante se negó, adujo que la relación entre ellos era puramente sentimental y no quería enturbiarlo con cuestiones tan prosaicas como el dinero. Presa de desesperación volvió al Ferry y el maquinista erre que erre, con que si no paga no la hace pasar”.
“Sumamente asustada, porque su marido ya estaba al llegar, se atrevió a cruzar el puente viejo. El puente se cayó (según el Alcalde Castañeda, colapsó) y ella falleció”.
“¿Quién es el culpable?”.
Un tema muy delicado y todos y cada uno tenía una opinión al respecto y nadie se ponía de acuerdo.
En realidad es una pregunta retórica y no existe una respuesta correcta, pero los Psicólogos la emplean para determinar acerca de ti según tu respuesta y, sobre todo, según las razones que aduces.
Fue una magnífica oportunidad para nosotros que la Cervecería haya decidido enviarnos al Curso en la ESAN. Lastimosamente en el segundo curso me fue peor porque se agravó el mal de mi niña y tuve que abandonar. El Gerente de Producción me reclamó y le expliqué por qué tuve que fallar, esperando que me enviaran a repetir la oportunidad, puesto que el clima mejoró al igual que mi hijita, pero la empresa desistió y nunca más nos envió a ESAN. Fue una magnífica oportunidad perdida, pero fue grandiosa.
