34 EL DÍA DE LA MADRE 2

En  el Laboratorio de Control de Calidad de la Cervecería Backus trabajamos en turnos que rotan cada mes y es frecuente el cambio del personal con quienes nos toca trabajar.

Un lunes siguiente al Día de la madre, al ver el rostro sonriente de mi ayudante le pregunté sobre su celebración familiar. Me contó que se reunieron 40 personas entre hijos, cónyuges y nietos. Una celebración muy bien servida y muy bien “regada”.

Le miré y parecía muy satisfecho de lo que había pasado y estaba contento de haber podido agasajar a su mamá, con todo el familión. Sonreí.

Me miró intrigado y me preguntó

  • ¿Por qué? ¿Qué ocurre?
  • Nada – le dije – No ocurre nada. Solamente me pongo a pensar que un familión tan grande seguramente tiene que haber alegrado mucho a tu mamá, y por supuesto a tu papá.
  • Con tantas personas a la mesa es fácil pensar que había un centenar de vajillas que tus padres tendrían que lavar, porque ustedes terminada la cena se despidieron rápidamente porque todos tienen que ir a trabajar temprano. Y ellos, tus padres, muy felices por el agasajo y la reunión familiar, quizás estarían también muy felices de tener que lavar toda esa vajilla. Sí, estoy seguro que ha sido una buena celebración.

Me miró pensativo, quizás trataría de poner un poquito de orden en la próxima celebración, el mes siguiente nada menos, pues se viene el Día del Padre. Quizás en adelante  tendrían que ayudar en el lavado de tanta vajilla si de verdad desean agasajar a sus progenitores. En fin, me metí en donde no me llaman, pero tal vez ayudé un poquito a tomar conciencia de la realidad.

Nuestra Familia

No tomaba en cuenta que algunos años después estaríamos también  nosotros en la misma situación que los padres de mi ayudante.

 

33 EL ÁRBOL DEL PAN

Mi buen amigo y compañero de estudios Javier Wong Melho me envió una vez un Forward sobre el Árbol del pan  en la que mencionaba que en “Motín a bordo” el Capitán Bligh recibió la orden de dirigirse a Tahití en la fragata británica Bounty para traer un cargamento de árbol del pan para llevarlo a Jamaica para alimentar a los esclavos de las plantaciones.

Recalcaba Javier que se trataba de nuestro pandisho el que se iban los británicos a buscar para su alimentación.

Lamento tener que contradecir a mi dilecto, culto y viajero amigo, pero lo que los ingleses conocían como árbol de pan no es el que tenemos en nuestra tierra.

Árbol del pan, también llamado Pan del árbol, en la Amazonía se le llama de manera coloquial Pandisho.

La BioEnciclopedia se refiere a ella como un fruto sin semillas y muy alimenticio. Es decir, solamente tiene pulpa comestible, para lo cual se debe asar o cocinar. Menciona también como su nombre científico Artocarpus Altilis.

Nos dice también

“El fruto del árbol se ha consumido de un sinfín de maneras en toda la región del Pacífico durante miles de años, en donde era un alimento básico cuando la tripulación de James Cook llegó a las islas del Pacífico en el siglo XVIII”

También Julio Verne en “Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino” nos cuenta que Ned Land era un gran conocedor de este fruto y sus muchas maneras de prepararlo.

Pero nuestro pandisho tiene semillas que es lo único comestible de este fruto. El resto es alimento de chanchos. Son completamente diferentes, el pan del árbol de Tahití y el nuestro. El de ellos se come la pulpa y se lo maneja como una masa de harina y se lo asa o se lo cocina, en el de nosotros se come las semillas cocidas. Ambas formas reciben el nombre científico de Artocarpus Altilis, pero sobre esto solamente los botánicos pueden opinar.

El Árbol del Pan

En estas imágenes podemos observar que en el lado izquierdo está el Árbol del Pan, al centro está el fruto entero que se da en nuestro país y a la derecha las semillas de nuestro fruto regional y que constituye un buen alimento.

Es un fruto muy agradable y de fácil digestión y su consumo está muy generalizado en la región.

En una casa donde vivíamos en Iquitos, la huerta estaba cercada solamente hasta la mitad, el resto de la huerta lo compartíamos con la casa vecina y, justamente ahí estaba el pan del árbol con sus imponentes 20 metros de altura. Lo cual quiere decir que el fruto no se coge.

Cuando está maduro su propio peso, más de un kilo, lo hace caer con gran estrépito. Los vecinos criaban un chancho, de manera que cuando caía un fruto corríamos los tres; el chancho, los vecinos y nosotros. Quien llegaba primero se llevaba el fruto.

Pero era una delicia comer los pandishos, delicia aumentada porque habíamos ganado la carrera.

Pandisho es el nombre con que se conoce en toda la Amazonía al fruto del Pan del árbol. Un fruto muy agradable que se come cocido con sal, pero también se prepara una bebida muy agradable, conocida como Masato de pandisho, y también se prepara mazamorra de pandisho.

 

32 ENTRE MEMES 2

Los Sueños

Una nueva y divertida selección de Memes.

Corre tras tus sueños

No renuncies a tus sueños

Tu sueño más grande

Al que madruga…

Un sueño no es lo que ves

Aférrate a los sueños

 

31 EL CAFÉ

El café, una bebida tan apreciada en el mundo entero y tan odiada por no pocas personas, es una característica del mundo desde hace siglos. Existen muchas leyendas sobre el origen de su uso.

Una que recuerdo dice que un pastor, allá en la lejana arabia vio que sus cabras, después de haber comido unas bayas rojas, se ponían a dar saltos y volteretas; y se le ocurrió comerlas y después tostar y moler sus granos y surgió el café tal y como lo conocemos.

            El café es la bebida que se obtiene a partir de los granos tostados y molidos de los frutos de la planta del café (cafeto). Es una bebida altamente estimulante por su contenido de cafeína. Suele tomarse durante el desayuno, después de éste o incluso como único desayuno, aunque también se acostumbra tomarlo después de las comidas o cenas, para entablar conversaciones o sólo por costumbre. Es una de las bebidas sin alcohol más socializadoras en muchos países. Las formas más populares de tomarlo son negro y con leche (con o sin azúcar); también se le suele añadir crema o nata, leche condensada, chocolate o algún licor, dependiendo de la receta hay diversas formas de prepararlo.

Fuente: Wikipedia La enciclopedia libre

Siempre le decía a mi esposa que a mí me criaron con té y mazamorras, en cambio en su casa desde pequeños toman café todo el día. Parecería que sin café no podrían vivir.

No es que no tomáramos café o se nos estaba prohibido, nada de eso, solamente que era una bebida especial para acompañar algunas meriendas fuera de las horas de comida. Por ejemplo, en temporada de choclo, mi mamá preparaba humitas y lo comíamos a las 4 de la tarde, entre comidas. Lo mismo ocurría en temporada de pijuayo, humarí y sachapapa.

La humita, el pijuayo, el humarí y la sachapapa nunca formaron parte de nuestra hora de comida, almuerzo o cena, sino del lonche.

El cafetal      El cafeto    Bayas de café

El café lo “sacábamos” de la Proveeduría del Ejército en grano crudo. Mi hermano Raúl y yo teníamos que tostar y molerlo en batán con una piedra.

El café que tomábamos, muy rico, era realmente un café común y apreciábamos en grado sumo el café que nos traían de San Martín. Café de granos grandes y muy aromáticos, que cuando lo preparábamos toda la casa olía a Café de San Martín. Este sí lo tomábamos solo y por el puro placer de tomar café de San Martín.

Café crudo  Café tostado  Café molido

Fue a mediados de los años 60 que un amigo, Venegas, me invitó a tomar un café en una Cafetería de la Plaza de Armas de propiedad de un italiano. Me decía Venegas que su médico le había recetado por cierto malestar estomacal y quería que lo acompañara.

Pidió dos Espressos y vi que lo degustaba con placer. Yo en cambio no podía pasarlo, él se dio cuenta y le dijo al mozo que le pusiera agua a mi espresso. Así sí pude tomarlo, lo cual quiere decir simple y llanamente que yo no soy de espressos.

Pero al casarme, el café ha pasado a formar parte de mi dieta diaria y el de mis hijas y nietas. Mis hijas cuando estaban embarazadas sufrían mucho al no poder tomar libremente su delicioso café porque la ciencia actual no lo permite.

Me dice mi hija Claudia que en Estados Unidos cada gringo tiene su propio blend de café, es decir su propia mezcla, porque cada uno tiene su propio gusto y aprecio por determinada marca o tipo de café.

En mi casa, mi yerno Pedro, español, es el Cafetero Mayor del Reino. Tiene su propio blend, mezcla 200 gramos de Café Cocla con 200 gramos de Café Superior que compra en el mercado, y obtiene una bebida negra de aroma y sabor intensos que no lo consigue con una sola de ninguna marca de café.

En el Mercado de Pueblo Libre tienen un mostrador donde muestran tres variedades de café tostado en grano: Superior, De Exportación y Caracolillo. Cuando lo pides, ese rato lo muelen, de manera que mantiene su aroma intenso.

El Blend de Pedro

¿Y ahora? NO hay como tomar café

            En nuestros tiempos el café se hacía en olla, y cuando no había azúcar, por la guerra, lo preparaban con chancaca, que le da un sabor “amazing”

En Lima, en todas las casas tenían una cafetera de metal para pasar café, consistía de dos piezas una sobre otra. En la parte superior estaba el filtro, se ponía el café molido y el agua hirviendo. En la parte inferior se recogía el café “tinta”, esta parte tenía un pico de jarra y servía para echar el café pasado a las tazas donde se completaba con leche o agua caliente.

Fue a fines de los 70 que llegó al Perú la Cafetera Eléctrica y fue un boom. Fuimos de los primeros en adquirirlo en Yompián “Donde ganan los que van”  de la cuadra 9 de la Av. Abancay en Lima, tan sólo por darle gusto a mi amada esposa, y, por supuesto, a mis hijas que nacieron tomando café.

Fue en esa época que también hizo noticia un café filtrante  con un eslogan que era muy festejado en la televisión “Filkafé mató a la cafetera”.

Pero para nosotros no significaba nada, es decir, nada con cafecitos filtrantes o instantáneos.

Cafetera          Filkaf   Cafetera eléctrica

En casa se decía “café de café”, habría que agregar “o nada”.

Pero estamos tan acostumbrados a tomar café pasado en cafetera eléctrica que muchos desconocen que también en olla se hace café y del bueno, mejor en muchos aspectos.

La noche de Año nuevo 2018 – 2019 hubo un apagón terrible en nuestra cuadra, se fundieron los cables de la Estación por sobrecarga de tensión, y todo el barrio estábamos sin luz. No hay microondas, no hay arrocera eléctrica, no hay encendido de la cocina con un clic, y, sobre todo, no hay cafetera eléctrica.

Mi hija Charito y su esposo Pedro se miraban las caras a la hora del desayuno: no hay café.

  • Cómo no va a haber café ¿Nunca han hecho café en olla?
  • No
  • Pues, ahora lo hacemos

Ponemos a hervir 6 tazas de agua en la olla y cuando rompe el hervor apagamos el fuego y echamos en la olla las 6 cucharadas de café. Tapamos un rato y luego soplamos para alejar la espuma de la superficie y servimos con un cucharón et voilà. Así es como hacíamos café en nuestra casa de la infancia en Iquitos.

Taza de café

Estuvieron de acuerdo que el café en olla es de un sabor y textura muy especial y lo están adoptando.

31 CUANDO MURIÓ MI HERMANA

Mi hermana Mónica falleció el 19 de noviembre de 2003, 9 días después de haber cumplido 46 años y era la menor de 7 hermanos.

Su desaparición estuvo envuelta en una serie de eventos muy particulares que me han dado siempre que pensar.

Mónica Suárez Sandoval

Vino de Iquitos enviada por el Seguro Social al Hospital Rebagliati por problemas muy serios con los riñones. La atendió un médico cuyo nombre es mejor no recordarlo. Mi esposa la acompañó a su cita en el Hospital y volvió muy alegre y feliz. Que el doctor le había examinado y haciendo caso omiso a su Historia Clínica con la que vino del Hospital de Iquitos, le había dicho que no tenía nada y lo que dice en la Historia no significa nada. Que regrese a Iquitos y que tome “chancapiedra”.

A los dos días mi esposa me dijo “¿Y si ese doctor no sabe nada? ¿Y si de verdad está enferma? ¿Y si a lo mejor se regresa a Iquitos y se muere? Mejor quiero consultar con el doctor Muñoz. Él debe conocer un buen médico especialista en el Hospital Rebagliati y nos puede recomendar.

El doctor Muñoz la había operado de la vesícula por amistad con una paisana y vecina que la había recomendado. El doctor era jefe de Piso en su especialidad y era, notoriamente, muy capacitado y eficiente.

Fuimos a buscarlo en el Hospital Rebagliati y le contamos la situación de mi hermana. El doctor Muñoz nos dijo que el  tal médico era conocido en todo el Hospital por su manifiesta incapacidad y nulo conocimiento.

  • ¿Cómo puede una persona de esa calaña trabajar en un Hospital tan importante?
  • Por amistades y recomendaciones – fue su respuesta, meneando la cabeza

El doctor Muñoz nos consiguió una cita extraordinaria con el doctor César Liendo Liendo, Jefe de Piso de Nefrología. Le recomendó a mi hermana diciéndole que es su prima.

Apenas la auscultó el doctor Liendo ordenó su internamiento. Le extrajeron un riñón que era, como dijo el doctor, “puro cascarón”. Cuando se vio que el otro riñón no funcionaba bien la comenzaron a dializar. Como estaba muy bien recomendada la puso en la lista de Trasplante de riñón.

Para la operación de extracción del riñón nos pidieron 5 donantes de sangre. Yo, el primero, mi hermano mayor Raúl, mi hija Luisa, una amiga, colega, paisana y vecina en Iquitos de mi hermana Mónica, a quien llamaban “la viuda”. Mis hijas Claudia y Rocío estaban bajas de hemoglobina y no podían donar pese al cariño que tenían a su tía. Rocío me dijo que en su Grupo de Oración de la Parroquia había bastantes hombres jóvenes y no sería problema contar con ellos. Ni uno solo aceptó donar sangre. Qué tales cristianos.

Mi hermano Raúl se presentó con un joven de su barrio en Zárate. ¿Cómo lo consiguió? Me dijo que siempre que pasaba por el jirón le veía parado en la esquina y se pasaban la voz. Se saludaban. Se animó a decirle y el joven aceptó de inmediato. Hay personas que valen un mundo y este joven es uno de ellos.

Cuando llegó el momento le hicieron el trasplante de riñón cadavérico. Pero lastimosamente solamente le duró tres años. Tres años en los que disfrutó de la vida a plenitud. Era baileterilla y amaba las fiestas y le encantaba comer.

Carnaval en el Agricobank de Iquitos

Cuando comenzó a fallar el riñón trasplantado volvieron a dializarla nuevamente y otra vez en la lista de trasplante. El doctor Liendo, un gran hombre, le tenía mucho cariño a mi hermana. En la unidad de diálisis se apagó su joven vida. El corazón ya no pudo resistir más.

El día que falleció mi hermana, mi yerno Jorge estaba en su casa viendo televisión. Se encontraba solo en la casa y se sorprendió mucho cuando vio a la tía Mónica pasar de la cocina hacia los dormitorios por el pasillo. Pasó fugazmente. Llamó a la empleada, a su esposa y a su hija, por si había sido alguna de ellas, pero ninguna contestó, no estaban en la casa. Fue a los dormitorios pero no encontró a nadie. Estaba solo.

Como él no es creyente, tampoco creyó en lo que vio. Pero esa noche, la bebé, Andreíta no podía dormir y lloraba, por lo que su mamá, mi hija Claudia, la llevó al dormitorio de ellos donde ya pudo dormir. La niña tenía apenas 1 año de edad.

La habíamos enterrado el Jueves en el Cementerio Campo Fe Norte y el domingo fuimos a la Misa que el Cementerio oficia a las 12 del mediodía. Lo hace todos los domingos a esa misma hora y se menciona a todas las personas que se inhumaron allí en la semana.

Mi hermano Raúl es muy apegado a la parroquia de su distrito y sabe muchas cosas de nuestra religión. Le conté el fenómeno inusual y el problema de la bebita que no podía dormir en su cuarto y lloraba mucho porque Mónica la viene a ver por las noches.

  • No hay problema – me dijo Raúl – que el Padre le imponga las manos.

Me acerqué al Sacerdote con Andreíta en mis brazos. El Sacerdote estaba saludando y confortando a los deudos que habían asistido a la misa.

  • Padre, por favor, impóngale las manos. Mi hermana la está visitando por las noches.

El Padre, sin decirme palabra,  le impuso sus manos consagradas y dijo unas frases rituales. También nos impuso las manos a nosotros y, santo remedio. La bebita nunca más sufrió por las noches y todo volvió a la normalidad. Mi hermana al fin descansaba en paz.

 

29 Y NO LE HAS RECLAMADO A MI MAMÁ

Suelo contar historias sobre mi vida a mis hijas, en esta oportunidad se lo contaba a Charito.

Cuando fui profesor en la Escuela Regional de Bellas Artes de Iquitos, tenía a mi cargo los cursos de Dibujo Técnico y Perspectiva.

La Escuela Regional de Bellas Artes “Víctor Morey Peña” quedaba en los altos de la Casa Achong, en la esquina de las calles Napo y Antonio Raimondi en Iquitos.

La Casa Achong

Dibujo Técnico es una materia eminentemente práctica y todos los artistas lo pueden desarrollar. Perspectiva, en cambio tiene mucho de teoría y requiere una buena explicación.

Entre mis alumnos estaban tu mamá y la tía Alicia.

Éramos un joven matrimonio sin hijos y vivíamos en un minidepartamento al frente de la casa de la abuelita Natividad.

Era la primera vez que iba a tomar una prueba escrita como profesor casado. Revisé mis notas y escribí el Examen, lo guardé en un folder y lo puse en mi escritorio.

Judith y Alicia

Al día siguiente se desarrolló el Examen con total normalidad y fue al corregir las pruebas cuando me di cuenta que tu mamá y la tía Alicia habían sacado 20 de nota en esta prueba. Los exámenes eran idénticos en todos sus extremos. No se copiaron durante la prueba porque no eran muchos alumnos de manera que los vigilaba atentamente.

Ocurrió que tu mamá, mi amada esposa Maria Judith Alva Rivera, había encontrado la prueba en mi escritorio y se lo dio a Alicia Amaya Córdova, su “pata del alma” y juntas resolvieron el examen, antes de asistir a la prueba.

Mi hija Charito, sorprendida, inquirió

  • ¿Y no le has reclamado a mi mamá?
  • No
  • ¿No le reñiste a mi mamá?
  • No
  • ¿No le gritaste a mi mamá?
  • No
  • ¿Por qué?
  • Hijita ¿Cómo puedes reñir a una mujer que si le riñes te riñe más fuerte? ¿Cómo puedes gritar a una mujer que si le gritas te grita más fuerte?
  • No, no le dije nada, recuerda que nunca he peleado con tu mamá. Lo que pasó es que nunca más hice el examen en nuestra casa.
  • Llegaba a la Escuela, pedía un cuaderno a un alumno y hacía el examen en ese momento.
  • Tenía vergüenza de que los alumnos llegaran a pensar que yo le di la prueba a tu mamá por ser mi esposa y ella a su amiga, cosa que nunca ocurrió. También, nunca más sacaron 20 de nota en mi curso. Como dicen «A grandes problemas, grandes soluciones«, y esta fue la mía, sin tener que reñir ni gritar.