Mientras estudiaba en la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana (UNAP) en Iquitos, trabajé como Auxiliar de Educación en la Nocturna del Politécnico Regional del Oriente. Conmigo trabajaba Juan Vela Vela, un joven muy animoso quien me manifestó un día que estaba trabajando durante el día en una nueva empresa, Transperuana de Aviación.
Todos quienes trabajábamos en la Nocturna teníamos en el día otras ocupaciones, yo estudiaba en la Facultad de Ingeniería Química, Juan laboraba en Transperuana, Julio Vela y Manuel Aspajo eran Auxiliares en el mismo colegio, el “flaco” Sicard era obrero en la Tabacalera, y Alejandro Alva León y Luis Ubilluz Palacios eran el Director y Subdirector en ambos turnos.
Juan Vela nos contó que Transperuana de Aviación era una empresa antigua en el transporte terrestre y recorrían toda la costa del Perú. Ahora estaban incursionando en el transporte aéreo. Se habían comprado toda la flota que Avianca utilizaba para el transporte aéreo internacional y las había dado de baja para modernizarla. Eran unos aviones sin par en el Perú. Aviones de categoría Internacional.
También nos dijo que sus precios eran menores a los de Faucett y Satco, además, por cada 10 pasajes daban uno de regalo.
Era, pues, una oferta increíble y cuando el Decano de la Facultad, José Reátegui Cárdenas, me entregó el cheque para pagar los pasajes de ida y vuelta de toda la promoción (éramos 10) que viajábamos a Lima para realizar prácticas pre profesionales en las distintas industrias de Lima me fui directamente a Transperuana de Aviación. Me dio el cheque porque yo era el Presidente de la Promoción.
Una vez que registramos a toda la promoción, mi amigo Juan Vela me preguntó a nombre de quien sería el pasaje de cortesía. Le dije a nombre de Maria Judith Alva Rivera, nos casábamos el mismo día del viaje.
En el aula el Ingeniero Reátegui dijo a todo el salón
- Jorge, sabemos que la compañía de aviación ha entregado un pasaje de cortesía y lo has puesto a nombre de tu novia. Considéralo como un regalo de toda la promoción.
El día de la boda fue un día de mucha tensión, toda la promoción asistió con terno porque a continuación partiríamos al aeropuerto. Pero antes rindieron examen final de Química Orgánica en la Universidad, yo, por mi matrimonio, postergué mi examen hasta el regreso de Lima. Mi cuñada Lolita se fracturó el tobillo en el Salón Parroquial y mi cuñado Javier la llevó al hospital, razón por la que no están en ninguna de las fotos del matrimonio. No probamos ni un bocado de nuestra torta extraordinaria diseñada y elaborada por nuestra extraordinaria amiga Carmen Amaya y su esposo Jorge Barreyro. Alguien nos dio para llevar una porción de la torta que entregamos a mi cuñada Flora quien había ido a recibirnos en el aeropuerto.
Pero si Transperuana se mostró muy generoso con los pasajes, durante el vuelo lo fue mucho más: viajábamos tres parejas de recién casados y el capitán lo anunció por el parlante, felicitando y pidiendo aplausos para los novios, y sirvieron champán y bizcotelas a todos los pasajeros. Un viaje memorable. Al bajar del avión una aeromoza entregó a cada novia una pequeña y linda torta blanca con sus novios encima. Un detalle muy hermoso que pinta de cuerpo entero a esta gran compañía y lo disfrutamos entre los dos. Era una torta deliciosa.
Muy lamentablemente, los trabajadores de tierra le hicieron una huelga muy prolongada, al arreglar el pliego de reclamos, se declararon en huelga los trabajadores aéreos. La empresa no lo pudo soportar y se declaró en quiebra. Una lástima que nos habla de la irracionalidad de algunos trabajadores.
Pero, Transperuana de Aviación se portó de manera muy correcta hasta el fin. Cuando nos tocó regresar a Iquitos se nos hizo saber que debíamos canjear nuestros pasajes en Faucett. También el pasaje de cortesía fue cubierto por esta gran empresa.
Hemos sentido mucho la desaparición de una empresa que habíamos deseado que creciera hasta el Cielo.
Durante mucho tiempo hemos visto los aviones de Transperuana de Aviación que se desmoronaban a un costado de la pista de aterrizaje del Aeropuerto Internacional. Qué pena.
Transperuana de Aviación