60 DIARIO DE UNA PASIÓN

Pregunté a mi nieta Andrea Canaval de 16 años de edad si había visto la película Diario de una Pasión y ella me contestó con toda tranquilidad que sí.

Insistí, ya sabemos que tú bebes los aires por Ryan Gosling, pero ¿viste la película por la película? Aquí intervino su madre, mi hija Claudia Suárez.

  • Es su película favorita, la ha visto siete veces

Es la característica más notable de mi nieta. Cuando una película le gusta, la vuelve a ver incontables veces. Cuando hice que viera “Marcelino Pan y Vino”, aquella vieja película en pantalla plana y en blanco y negro, con Pablito Calvo, llorando me pedía en su lengua infantil

  • Pónele otra vez, abuelo

Y así, una y otra vez y lloraba cada vez que le ponía, porque es una película que te enternece y te llega al corazón, más si eres una persona sensible, y Andreíta es y ha sido siempre muy sensible.

Por eso le pregunté si había visto Diario de una Pasión, una película que te enternece y te llega directamente al corazón y, de hecho, me emocionó porque me llegó hasta el alma.

La película trata del amor de dos jóvenes y las dificultades que tienen que superar para cumplir sus sueños, y ella escribe un diario todo el tiempo. Luego de formar una familia, en los años finales,  ella se enferma de Alzheimer pero él permanece a su lado todo el tiempo que puede.

La película está basada en el libro homónimo de Nicholas Spark, y la película puede que la encuentren con el nombre original de “The Notebook” o “El diario de Noah”.

El Diario de una Pasión

Como bien saben, mi amada esposa sufre del terrible Mal de Alzheiner, al igual que Allie Hamilton, y al igual que Noah Calhoun estoy a su lado tratando de hacer su vida más fácil y llevadera. No es fácil, nunca es fácil, más si se sufre de la columna como yo. Pero estoy ahí, al pie de ella, felizmente vive con nosotros y la podemos cuidar junto con nuestras hijas, nuestros yernos y nuestras nietas.

Cuando vayan al cine a ver esta película se darán cuenta que el Alzheimer te puede dar cuando menos lo pienses y nadie puede luchar contra este mal. Una vez que te da, no te das cuenta que te dio porque ya perdiste, el conocimiento, la memoria y la razón, en ese orden. Para enterarse mejor pueden leer mi libro digital “Nuestro Amor”, el cual puede resultarles de mucha ayuda.

Y es que Ryan  Gosling y Rachel McAdams nos hacen fácil, mucho más fácil, creer que el amor sí puede en verdad obrar milagros. Y aquí estoy, al pie del cañón, esperando nuestro milagro con el amor de Dios.

 

59 TAMANCOS

El tamanco es un calzado de madera oriundo de la Amazonía Peruana. Son las sandalias de uso inveterado que todo loretano usaba para estar en casa o para ir a la esquina a comprar algo rápido. Lo usábamos chicos y grandes, hombres y mujeres, es decir era el verdadero “unisex” desde antes que se inventara esta palabreja.

Era una simple plataforma plana de madera de unos dos centímetros de alto y una tira de cuero que sujetaba el pie.

La fuente de producción era la Cárcel que quedaba situada en la primera cuadra de la calle Brasil en Iquitos, lugar que todos podíamos visitar los días domingos para comprar los objetos de madera que fabricaban los presos: muebles, porta sacos, escurridor de vasos, porta tinteros, “cachupines”, tamancos, etc. Los cachupines eran unos juguetes de madera consistente en dos listones de unos 20 centímetros de largo unidos en la parte media por otro listón de unos 6 centímetros y que en la parte superior llevaba un sencillo muñeco articulado unido por una pita retorcida de manera especial y al presionar los listones por la parte de abajo el muñeco hacía acrobacias y la diversión estaba en hacerle dar giros o vueltas espectaculares. Un juguete para niños, extraordinario.

El tamanco nos hacía la vida fácil pues nuestros pies estaban siempre frescos y nos protegía de los gérmenes que entonces se decía que subían por el pie al andar descalzo y nos llenaba la panza de lombrices. De hecho fui testigo de niños muertos por “ataque de lombrices”. Todas las calles de Iquitos eran de tierra y estaban surcadas por acequias abiertas.

Hasta que un día, a finales de los años 50s, a un médico se le ocurrió decir en la radio y los periódicos que el tamanco hacía daño al organismo. Que al andar con el tamanco de madera este golpeaba el talón y podía llegar a producir daños en la columna y en los riñones. Que la gente no debía usar tamancos. Y dejamos de usar este calzado que había formado parte de nuestra vida.

Tamancos

Lo curioso es que los japoneses han usado toda su vida tamancos de madera y lo siguen usando porque no tienen médicos como los nuestros que los hagan desistir. Lo usan hombres y mujeres, grandes y chicos.

También en otros países utilizan calzado de madera como los zuecos en Holanda y las galochas en Chile y España.

Calzados de madera de otros países

Luego llegarían las sandalias de material sintético, sayonaras, y su uso se generalizó, hasta que en los años 60s al señor Córdova se le ocurrió la brillante idea de fabricar tamancos de madera pero decorados, con múltiples colores y con tacos, únicamente para damas y bien caros. Fue un boom.

Sayonaras

Todas querían lucir esas elegantes sandalias del señor Córdova que resaltaban la belleza de sus pies con las uñas pintadas y las hacían sentir sumamente cómodas y frescas. Las sandalias se decoraban con imágenes de nativos y paisajes Amazónicos.

Tamancos del señor Córdova

 

58 ESTABA SANCOCHANDO CEBADA PARA SEMBRAR

Cuando era niño la Botica La Loretana, ubicada en la cuadra 3 del Jr. Lima en Iquitos, nos obsequiaba el Almanaque Bristol, aunque fuera un niño quien lo solicitaba. Una revista con información de las fechas importantes y las fases de la luna. De manera que sabíamos de esta manera cuando toca luna nueva para cortar las uñas de las niñas, o para sembrar o cuando era luna llena para salir a pasear por las noches porque el alumbrado era pésimo.

También traía el Almanaque Bristol una historia en cuadros cual historieta, las más de las veces ilustrativa y con moraleja. Era la parte que más me agradaba leer y lo comentábamos con mi mamá, también lectora empedernida.

En la portada había un señor con barba y abundante cabello y se convirtió en el paradigma del corte de cabello: cuando sentías que ya estabas para ir a la peluquería lo justificabas diciendo “Estoy bristol”, es decir mi cabello ya está muy largo, lejos del ideal masculino que se debatía entre el estilo boxeador o el estilo caballito.

El Almanaque Pintoresco de Bristol

Una de esas historias recuerdo particularmente porque nos hizo debatir con mi mamá sobre su pertinencia.

Se trataba de un viajero que se dirigía a buscar oro en algún lugar y se había alojado en el hospedaje. Al despuntar el día le pidió a la dueña que le diese fiado una docena de huevos duros, para ir sosteniéndose por el camino hasta encontrar lo que buscaba y al regreso le pagaría con creces.

Al cabo de un año regresó feliz el minero y le pagó a la dueña por los huevos que le había fiado, pero ella al ver el oro se llenó de ambicia y le dijo que, dado el tiempo transcurrido y considerando lo que ella hubiera podido obtener con esos huevos que él se llevó, le correspondía quedarse con todo el oro. Y se lo quitó.

No aceptaba ninguna consideración del viajero y finalmente fueron al Juez a quien la ambiciosa mujer le presentó sus cálculos en los que se basaba para quedarse con todo el oro.

El Juicio

Decía que le dio a su inquilino 12 huevos, esos 12 huevos se convertirían en gallinas y en tres meses cada una pondría 25 huevos con lo cual tendría 300 huevos que en tres meses se convertirían en 7,500 huevos, estos a su vez se harían al cabo de tres meses 187,500 y finalmente tendría 4’687,500 huevos en un año.

  • Saque su cuenta Señor Juez, a sol cada huevo entonces me corresponde todo el oro que trajo mi cliente.

El juez estaba sorprendido y le dijo que, en principio ella tenía la razón pero que él deberá pensarlo un poco más. Necesitaba un poco más de tiempo.

Triste y abatido estaba el minero sentado en la vereda afuera del juzgado cuando se presentó un hombrecito que le dijo que no se preocupe que él es abogado y le va a ayudar en el Juicio.

Llegó el día del Juicio y el abogado no llegaba, para aumentar más la desolación de nuestro minero. Cuando llegó el abogado, todo presuroso y sudando, se disculpó con el Señor Juez por su tardanza y le dijo

  • Pido perdón Su Señoría por la tardanza, deberá disculparme, pero es que estaba sancochando cebada para poder sembrarla
  • ¿Sancochando cebada para sembrarla? ¿Está usted loco? Cómo va a sancochar la cebada para sembrar, no va a germinar nada porque ya está muerta.
  • Exactamente Su Señoría, no se puede sancochar la cebada para sembrar porque ya está muerta. Lo mismo pasa con los 12 huevos cocidos ¿Qué pollos puede producir si los huevos ya están muertos?
  • Señora ¿los huevos estaban cocidos?
  • Pasaditos nomás, Señor Juez
  • Entonces solamente le corresponde el valor de los 12 huevos cocidos y nada más.

Y se hizo justicia.

56 NUESTRAS TRADICIONES NAVIDEÑAS

Cuando era niño, allá en la lejana ciudad de Iquitos, la Navidad era una fiesta muy esperada y la recibíamos con mucha alegría.

Mi mamá preparaba para la cena Gallina asada en olla, no teníamos horno ni siquiera de barro, chocolate caliente y chicha fresca de maíz.

La costumbre de cenar pavo vino mucho después cuando ya vivíamos en Lima y todo el mundo adquirió esa costumbre, sobre todo porque en la empresa donde trabajaba nos daban cada año un pavo.

En Iquitos se vendía para esas fechas “Bizcocho de Navidad”, era un bizcocho grande con muchas pasas y muy dulce. Años después se puso de moda cenar con panetones traídos de Lima. Cuando nos casamos, los dos trabajábamos y “ya teníamos plata”, decidimos adquirir un Panetón de Navidad. Compramos un panetón D’onofrio que resultó muy seco y quemado por los lados, una desilusión. Mejor era nuestro Bizcocho de Navidad. En aquel entonces no había esa ley que obliga al fabricante a mostrar la fecha de vencimiento.

Por la noche, cuando era niño, salíamos toda la familia a visitar las tiendas del Jirón Lima (ahora insisten en llamarle Jirón Próspero) para mirar los juguetes novedosos que los empleados diligentes los hacían funcionar para admiración y animación de los paseantes. Nunca me compraron un juguete en las tiendas, no era ese el fin de nuestro paseo, solamente ver la maravilla de juguetes que cada año salían novedades.

Nunca me compraron juguetes porque al amanecer del día 25 aparecía en  mi almohada el juguete que me traía el “Niño Jesús”. Y nosotros muy contentos.

Ese día la conversación con mis compañeros de barrio era ¿Qué te trajo el Niño Jesús? Y era nuestro orgullo mostrar el juguete nuevo.

Me contaban mis padres que “una vez” fueron a la Misa del Gallo pero terminaba después de la media noche y por eso preferían pasarlo en la casa con nosotros. Una Navidad en familia es lo más que podemos pedir en nuestra vida.

En aquel entonces la fiesta de Navidad se celebraba en tres fechas: Navidad (25 de diciembre), Año nuevo (01 de enero) y Fiesta de los Reyes Magos (06 de enero, que era feriado). Los Pastores, eran una agrupación costumbrista formada por niños pero organizada y conducida por adultos, salían la víspera y el día de fiesta cantando villancicos hacia alguna casa que los había invitado para cantar y recitar poesías relativas a la ocasión. Era una actuación muy emotiva y el dueño de casa les agasajaba con las viandas típicas de la fecha: sánguches de chancho asado y chicha fresca de maíz. Durante tres años de mi infancia y adolescencia fui pastor.

El árbol de Navidad

En el cine veíamos que la costumbre era comer 12 uvas en la noche de Año nuevo, una por cada golpe del reloj, pero era una costumbre muy difícil de seguir por la sencilla razón de que en Iquitos no se dan uvas y no había entonces tiendas que las vendieran trayéndolas de Lima o de Estados Unidos; y más difícil aún porque nadie tenía reloj que diera las campanadas. La Iglesia Matriz de la Plaza de Armas, es cierto, daba las campanadas pero dentro de la casa era imposible escucharlas.

También nos enteramos que en Año Nuevo  si das una vuelta a la manzana cargando una maleta, era seguro que ese año ibas a viajar. Algunas veces vimos a algunas personas dar la vuelta por mi casa con su maleta pero nunca se nos ocurrió hacerlo, puesto que nunca creímos en cábalas y si teníamos que viajar, pues viajábamos, sin tener que realizar el paseo de Año Nuevo. Con todo, en ese tiempo podías salir a dar la vuelta a la manzana a la medianoche sin correr ningún peligro.

Sabemos que en Lima muchas personas son muy tradicionales en su celebración navideña y prefieren consumir tamales en la Cena de Navidad. He podido observarlo, la venta masiva de tamales,  en El Callao, en el Jirón Cochrane, a media cuadra del Mercado Central, en Jesús María, Jirón República Dominicana y en Pueblo Libre en el Boulevard de Andalucía.

En nuestra casa en Lima, con mi esposa María Judith y nuestras hijas Luisa Iliana, Claudia Inés y Rocío del Pilar, hemos mantenido esa costumbre de que el regalo les trae el Niño Jesús hasta que cumplieron 7 años. En el octavo año les explicamos por qué habíamos hecho eso, para mantener la pureza de la inocencia tal y como nuestros padres nos inculcaron.

Hasta que mi esposa se enfermó sin remedio, asistimos a la Misa del Gallo en la Parroquia Santa María Magdalena porque empezaba temprano y a más tardar terminaba a las 10 de la noche.

Entonces nos pegábamos un salto, en nuestro carro, a saludar a nuestros padrinos de Matrimonio Víctor H. Montenegro Vílchez y Luz Marina Otiniano Soto en Magdalena. Lo hicimos hasta que sus hijos nos avisaron que ya estaban bastante ancianos y se iban a descansar temprano. Y los íbamos a visitar el 24 por la mañana, hasta que se fueron con el Señor.

55 JAIME VÁZQUEZ IZQUIERDO

Jaime Vásquez Izquierdo fue un amigo a quien admiré desde que era adolescente cuando ingresé a estudiar el Primero de Secundaria en la Gran Unidad Escolar “Mariscal Oscar R. Benavides” de Iquitos y él estaba por terminar la Secundaria.

Estaba yo practicando el clarinete para tocar en la Banda de Músicos bajo la enseñanza del gran maestro Beny Soto, Profesor de música y Director de la Banda, y él ensayaba “Granada” de Agustín Lara con el mismo Profesor. Nunca antes había visto cantar en vivo a un tenor.

Ambos ejecutábamos nuestro arte en el Salón de Actos de la Municipalidad  en el Programa “La Hora de la Gran Unidad Escolar” que se propalaba por Radio Nacional que, justamente, tenía allí sus instalaciones. El programa se realizaba los jueves a las 8 de la noche.

Jaime Vázquez Izquierdo

Nos encontramos nuevamente en la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana (UNAP) de Iquitos cuando estábamos en Estudios Generales. Nuestro Profesor de Educación Cívica en la Universidad era el mismo que nos enseñó en el Colegio este mismo curso y era también su jefe en la Dirección de Trabajo donde laboraba Jaime.

Siempre amable y conversador, sin embargo jamás me imaginé que era ya un poeta y escritor consumado. Jamás lo dejó traslucir. Era más bien dado a contar bromas.

En cierta oportunidad recibimos sendas cartas algunos de los estudiantes, entre los que también estaba Teddy Bendayán, invitándonos, por nuestras características particulares, a fundar el “Club de los Excéntricos”.

No llegábamos a 6 los “miembros” del club, pero no duró mucho tampoco: Nos hizo llegar Citaciones para la Asamblea General que no se realizó porque él no llegó. Al día siguiente apareció un papel en el lugar de la Asamblea que decía:

Citación

Bueno, al final de cuentas  él fue el verdadero excéntrico mientras que nosotros apenas llegábamos a principiantes.

He sabido del elevado honor que le cupo al ser Docente Universitario y Poeta y Escritor reconocido a nivel Nacional e Internacional.

También me he enterado que fue uno de los fundadores del Grupo Cultural Bubinzana, que me fue siempre esquivo y nunca pude conocer mucho de este grupo. Cuantas veces le pregunté al Profesor Humberto Morey Alejo sobre cómo podría unirme a este Grupo, me contestaba con evasivas y cambiaba el tema. Ambos éramos Profesores en la Escuela Regional de Bellas Artes de Iquitos.

Supe del fallecimientode Jaime  cuando empecé a buscar a mis compañeros del Colegio y de la Universidad, por Internet. Encontré a algunos, a algunos otros demasiado tarde.

Su hondo legado ha dado pie a hermosas elegías que sus amigos le han dedicado en páginas imborrables que resaltan siempre su don de gentes. Lamento no haberlo buscado antes pero me alegra haberlo conocido y haber compartido con él momentos entrañables de amistad.

Sobre su cualidad de tenor el único que hizo mención fue Josef Nájar en el Post

Jaime Vásquez Izquierdo, el último sefardí de Iquitos

En más de una oportunidad sucedía que los visitantes esporádicos, invitados a los kabalat Shabat, quedaban más sorprendidos por la voz del cantor que por la misma ceremonia. Jaime siempre tuvo cualidades de tenor;”

Tu afecto y tu sinceridad, querido Jaime, siempre calaron hondo en mi ser y te recordaremos como el gran y carismático amigo que supo llegar a todos nosotros.

Ha sido un gran honor haberte conocido y haber sido tu amigo.