FIN DE AÑO

            Ha sido un año pródigo en acontecimientos muy alegres y otros no tanto, aún algunos dolorosos, pero es el año en que vivimos y en los tiempos que corren nos encontramos inmersos en una diversidad de generaciones.

            He leído que nos han catalogado hasta en cuatro generaciones:

  • Baby Boomers (1946 – 1964)
  • Generación X (1965 – 1980
  • Millennials o Generación Y (1981 – 1996)
  • Centennials o Generación Z (1997 – 2010)

Como no estoy en ninguno de estos grupos he averiguado y se me ha informado que pertenezco a la Generación Zoomers, que viene a ser un guiño a la denominación Boomers, por haber nacido en 1944.

Mis tres hijas pertenecen a la Generación X por haber nacido Luisa Iliana y Claudia Inés en 1970 y Rocío del Pilar en 1979.

Mi nieta Andrea Sofía está en la Centennials y mis nietas Rafaela Luciana y Ainhoa, de hecho están en la Generación Alfa, el mundo enteramente digital.

Cuestiones de nuestra época, pero aunque sea Zoomers, he dedicado mi vida a desentrañar las cuestiones de la informática desde sus raíces.

Mis tres hijas fueron programadoras en lenguaje de Commodore 64, aprendimos Basic en la computadora Sinclair ZX81 y en la computadora Laser. Estudié Ensamblaje de Computadoras PC en la Sociedad Nacional de Informática y ensamblé mi primera computadora PC con Windows 95.

En ese mismo año adquirimos un Centro de Cómputo Power Macintosh para nuestra hija Claudia, quien estudiaba Diseño Gráfico en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).

He construido mi propia página web, la cual me permite comunicarme directamente con ustedes, amables lectores, y estoy muy orgulloso de ella.

Un abrazo a todos mis fieles lectores y muy pronto estaremos anunciando mis nuevos libros.

¡FELIZ AÑO NUEVO!

EL PAN

            Durante 12 años vivimos en la Avenida Manco Cápac 439, en la misma Plaza Manco Cápac. Había, por supuesto, una panadería bien surtida  en la cuadra 3, de propiedad de unos hermanos italianos, y en la cuadra 2 la panadería Rapallo, famosa porque en Navidad sacaba sus panetones Rapallo que venían con su Rapallito (al igual que los panetones Todinno vienen con su Todinnito).

            A Claudia le gustaba jugar con la frase panetones Rapallo con su Rapallito, pero nunca lo compramos.

            Sin embargo preferíamos comprar panes de otra manufactura, mucho más agradables para nuestro gusto. Todos los días compramos el pan en una panadería informal ubicada en una casona desvencijada ubicada en el jirón Huascarán, a la espalda de nuestra casa.

            Había una larga cola para comprar pan francés, el cual demoraba más en salir. El limeño prefiere pan francés porque piensa que le va a llenar más por su corteza crujiente y dura, pero en nuestra casa preferimos el pan blando y suave, denominado tolete. A las 6 de la mañana ya estaba listo el tolete y nunca hicimos cola. La cola era solamente para el pan francés.

            El GRFA dispuso por decreto ley la obligatoriedad de producir pan popular (francés y tolete) a todas las panaderías en el país. Esto no se cumplió en Iquitos porque en Loreto se le pone manteca a todos los panes y los panes populares solamente llevan harina, sal, agua y levadura.

            El pan tolete suave y calientito era una delicia para todos nosotros.

            Los domingos iba con mi amada esposa al Mercado Municipal Manco Cápac que está en la cuadra 8 de la Avenida Manco Cápac. En el interior vendía pan una señora de muy mal humor, Maria Judith decía que a las mujeres las trataba mal, pero a mí me trataba con total cordialidad y siempre sonriendo. Me dijo que el pan lo traen de Chorrillos. Era un delicioso pan tolete, más rico que el de todos los días. Recuérdese que en casa comemos pan en el desayuno y en la cena. Y Maria Judith me mandaba a comprarle el pan porque a mí me trataba bien: “la vieja está enamorada de ti” me decía con una sonrisa.

            Cuando pasamos a vivir en Pueblo Libre, había cuatro panaderías cercanas a nuestra casa pero preferíamos comprarlo a una vendedora ambulante que se ponía en la esquina de nuestra casa. Tenía el pan en un canastón de mimbre con el fondo forrado a prueba de arrastres y cubierto con un mantel que mantenía caliente el pan. Solamente traía pan tolete.

            Nos decía que el pan lo traen de Chorrillos. Al parecer, Chorrillos es la tierra del buen pan y se distribuía por todo Lima, y es que era un pan desde todos los puntos de vista, muy agradable.

            Algunas veces, cuando salíamos a pasear en nuestro auto solíamos recalar en el Centro Comercial Higuereta donde había una panadería que vendía pan baguete (como dice la RAE: barra de pan larga y estrecha).

            En aquel entonces no era común la venta de pan baguete en Lima. Lo conocimos en la Feria Internacional del Pacífico, donde en el Stand de Francia hacían demostraciones sobre su horno eléctrico que ocupaba muy pequeño espacio y cada ciertas horas regalaban panes baguetes y fue la primera vez que lo conocimos. Nos parecía un pan de los ángeles.

            En la actualidad ya no hay vendedores ambulantes de pan y a la vuelta de nuestra casa hay panaderías y Pedro, mi yerno, alterna la compra según el humor de él y Charito, y los panes que preparo para la cena, pita, campesino o de leche. Todos somos panaderos (comemos harto pan), en eso coincidimos inevitablemente: solo, con mantequilla, con jamón o queso y hasta con tamal o salchicha huachana. Pedro lo come con aceite de olivo extravirgen. Ainhoa come el pan solo, pita o campesino que yo hago o cachitos que le compran.

PERO EL ES BIEN TONLLÍN

            En mi infancia, en la legendaria ciudad de Iquitos, había una celebración muy especial que se llevaba a cabo en el local del Tusan, en los altos de una casa ubicada en la cuadra 1 de la calle Ramírez Hurtado.

            Era el 04 de febrero de 1954, dando inicio al año Nuevo Chino y era, en verdad, muy estruendosa: desde los altos, los chinitos encendían paquetes de cohetes de todo tamaño y lo lanzaban por el balcón a la calle.

            Todos quienes mirábamos sorprendidos tales estallidos, comprendíamos que era una fiesta privada, solamente para chinos.

            Fue en 1958 cuando contrataron a la Orquesta de Beny Soto, de la cual yo formaba parte, de manera que pude conocer uno de los misterios de mi niñez: nunca había estado en el interior de la Casa Tusan. Cada familia que llega trae una fuente de viandas para compartir, de modo que no es gravoso para nadie.

            Andando los años, trabajaba en la Cervecería Backus y conmigo trabajaba una joven con rasgos ligeramente chinos, pero su nombre era completamente español. Dora Rodríguez Vega; le pregunté quién era la china o el chino, me dijo “mi mamá”.

            Nos hicimos amigos y nos invitó a su matrimonio, pero al hacerlo me dijo:

  • Pero él sí es bien tonllín.

            Entendí que me estaba diciendo que su novio sí era bien chino, a diferencia de ella que era achinadita nada más.

            Asistimos con mi amada esposa a la Parroquia Santa Teresita del Niño Jesús, ubicada en la espalda del Coloso de José Díaz y precisamente está en la calle José Díaz 453.

            Una Iglesia pequeña que se llenó porque tenían muchos amigos y fue una bonita celebración que, esperamos, haya sido el inicio de una buena y larga vida matrimonial.

            Pero siempre me quedó la expresión de mi amiga: bien tonllín. He buscado inútilmente esta palabra y no existe, ni tonllín ni tonyin, no existe en ningún diccionario ni en ningún anecdotario. Solamente la palabra de nuestra buena amiga con el significado que él era bien chino a diferencia de ella que podía pasar por latina.

EL QUE SIEMPRE ESTÁ AHÍ

            Pese a que el Neurólogo del Ancije (Hospital Geriátrico de Essalud para Maestros jubilados) nos aseguró que mi amada esposa no padecía del Mal de Alzheimer, la verdad es que sí estaba siendo atacada por esta enfermedad.

            Poco a poco la vimos cambiar hasta que se desencadenó de manera franca la enfermedad. En opinión del Médico la presencia del Alzheimer en mi amada esposa es completamente precoz. También fue precoz su desarrollo. Muy rápido evolucionó hasta la completa pérdida de los conocimientos, la memoria y la razón.

            Generalmente se presenta en personas de más de 80 años, en el presente caso ocurrió a los 72 años, mucho antes de la edad que podía producirse.

            La Asistenta Social del Ancije fue quien sugirió que la trasladáramos al Padomi para que pudiera ser atendida en su domicilio. De hecho fue la mejor solución. El Padomi es el Programa de atención domiciliaria de Essalud.

            Un día vino a evaluarla el Psiquiatra y comenzó su evaluación con la pregunta de rigor:

  • Señora ¿Cómo se llama usted?
  • ¿Yo? Yo me llamo Maria Judith Alva Rivera de Suárez.

            Sorprendido ante tamaña respuesta, no se lo esperaba, el Psiquiatra me preguntó:

  • Usted le dijo ¿Verdad?
  • Se lo digo todos los días, todas las veces. Pero no recuerda otras cosas.

            Entonces el doctor continuó con la evaluación:

  • Señora ¿Quién es el señor que está a su lado?

            Mi amada esposa me miró de arriba abajo y entonces contestó moviendo la mano como diciendo nadie:

  • Él, es el que siempre está ahí.

            Comfirmado que no poseía conocimiento ni memoria, el profesional dio por concluido el examen. Jamás olvido este episodio.

            No recordaba nada, que soy su esposo, que es madre, tía y abuela, pero en lo más profundo de su ser comprendía que yo siempre estoy ahí.

            Y siempre estuve ahí, orgulloso de ser la persona señalada por ella cómo el que siempre está ahí.

            Siempre estaré ahí, para ella y para todas las personas que amamos. Es un don que se me regaló en gran medida.

El que siempre está ahí

Ese soy yo

USOS Y COSTUMBRES

            Era muy niño en nuestra hermosa tierra de Iquitos cuando escuché la palabra “llilet”, se refería a una delgada hoja de afeitar de la marca Gillete, pero todos se referían a ella como llilet, sin parar mientes en que se trataba de una marca registrada y podía tratarse de cualquier otra marca contrincante como Schick o Buchanan pero a todas las llamábamos así.

            Los niños lo usábamos principalmente para sacar punta a los lápices y para cortar finamente las láminas y hojas de cartón.

            Las primeras refrigeradoras que llegaron a Iquitos eran de la marca Frigid Air, el cual debíamos pronunciar como los gringos “frillidair”, devenida en “frishidaire”, palabra más acomodada a nuestra manera de pronunciar las cosas. De allí se sintetizó a “frishi” que es como nos referimos en la actualidad a nuestra refrigeradora, sea de la marca que fuera: Samsung, LG, Mabe, etc. Todo loretano se refiere a su refrigeradora como la frishi.

            Acostumbramos llamar mamey a una fruta cuyo verdadero nombre es albaricoque, aunque también le llamamos mamey a un fruto de color rojo, suave y muy dulce  cuyo nombre real es pomarrosa. Pero es que así somos los loretanos.

            Al pez bagre (tiene bigotes) se prefiere decirle cunchi y tienes que ser hábil cuando lo pescas o puedes salir lastimado con sus aletas.

            Antiguamente se llamaba zúngaro a un pez grande, poco apreciado y algunas veces lo daban en vez del paiche. Ahora la doncella y el dorado (zúngaros) han sido reconocidos como de sabor más delicado y superiores al paiche por lo cual son preferidos.

            El casho es un fruto muy especial. En las clases de Botánica se nos explicaba que la parte carnosa y jugosa que comemos es una “hoja modificada” y el verdadero fruto parece una cabeza de cachupín y los niños solíamos sartarlo en un palo de raspadillo para jugar. Mi mamá prefería llamarlo por su otro nombre: marañón.

            Algunas veces partíamos el fruto y sacábamos la almendra para comerlo crudo. En la actualidad esa almendra es uno de los frutos secos más cotizados y lo venden tostado a sesenta soles el kilo: le llaman castaña de cajú y también anacardo, pero es el mismo casho o marañón.

            Al huito, fruto sumamente jugoso y ligeramente picante, solían prepararlo para obtener un jarabe para la tos. Mi mamá le llamaba jagua.

            Cuando un cohete no revienta le dicen “cuchinsupin” porque solo hace shish, y los loretanos éramos muy amantes de los cohetes, los cohetecillos y los cohetones.

            En la Cerro de Pasco (en La Oroya) al tractor que usábamos para recoger el mineral no lo llamábamos cargador frontal ni payloader sino “Caterpilar”, dando preferencia a la marca. Le decían “payloader”, más bien, a un trabajador de oficinas que tenía prognatismo muy pronunciado. Teníamos también un cargador frontal chiquito al que se le llamaba “Michigan”, su marca, y también a otro trabajador de oficinas cuyo prognatismo no era muy pronunciado.

            La mica, en realidad, es un mineral perteneciente a un grupo numeroso de silicatos que son usados en la industria como aislantes térmicos y eléctricos, pero se le llama también mica a la capa que cubre y protege la pantalla de un celular. Generalmente esta mica es de plástico aunque en la actualidad se ofrecen “micas de vidrio” para celulares, lo cual suena más bien a una contradicción: o es mica o es vidrio, o es lo mismo decir, o es plástico o es vidrio, pero allí están las “micas de vidrio”. Son realmente una paradoja.

            Referente a los peces, un muchacho de la chacra me dio una “cátedra” cuando yo era pequeño:

  • Peje, cuando está en el agua y pescado cuando lo has agarrado.

            Me parecía muy traído de los cabellos esta diferenciación, pero, por si las moscas, jamás dije peje. Siempre pez o pescado esté donde estuviese.

            Microsoft creó una computadora portátil y la llamó Laptop. Macintosh sacó su computadora portátil y la llamó Powerbook. Pero, debido a que Macintosh no es de uso generalizado en nuestro país, todos le llaman laptop a toda computadora portátil, sea de Microsoft o Macintosh. Además ahora también hay Notebook, Netbook y Tablet.

            Chancabuque, según la doctora Martha Hildebrandt es un sustantivo compuesto que tiene un sentido figurado que puede ser despectivo o humorístico cuyo significado es “Zapato grande, tosco y deforme”.

            Entre nosotros se le llama chancabuque al zapato de tropa porque nos parece enorme, pero tiene más un sentido de admiración. También se le dice “Plastachaqui” en el lenguaje coloquial amazónico. Recordemos que chaqui es una palabra quechua cuyo significado es pie, sería entonces su significado “Pie grande que aplasta todo por donde va”.

            El churo o comgompe es en realidad un caracol gigante de nuestra Amazonía y abunda en la ribera de nuestros ríos. Son comestibles y pueden llegar a figurar en platos gourmets como el churo al sillao que sirvieron en la boda de Luis Alberto Bardales en la ciudad de Lima con caracoles que trajeron de Iquitos.

            Es una costumbre inveterada en Loreto llamar mangua a esa fruta deliciosa. Cuando era niño, la señora Juana Venegas de Herbozo, Directora de la Escuela Práctica, me corregía cada que me escuchaba decir mangua; insistía en que debo decir mango. Igual ocurre con la sachamangua.

            Es frecuente en el habla coloquial decir calcamonía y remplaz, expresiones que a algunos “culteranos” les puede  resultar chocantes, pues la palabra académica es calcomanía y remplazo. A propósito, en el habla culta es igual decir remplazo o reemplazo.

            Es también conocido el uso de la palabra “sacha” con el significado de que no es el verdadero, como por ejemplo sachaculantro. Decimos chullalado para significar que no está derecho y pensamos que chullachaqui quiere decir desigual, por ejemplo los pies del demonio de la selva. Pero en realidad sacha quiere decir en quechua, silvestre, y chulla es uno solo. El chullachaqui tiene solo un pie.

            Es también frecuente llamar shishaco al serrano, quien fácilmente se denota porque cuando llega tiene el rostro chaposo, color rojo como la manzana de California. Cuando se pierde su color, quemado por el inclemente sol de nuestra Selva, son fácilmente descubiertos por su modo de hablar confundiendo la i con la e.

            Una expresión muy común en nuestra tierra es “Hacer bola arriba”, que significa que te han hecho de tonto.

            Al parecer deriva del espectáculo del malabarista o prestidigitador quien lanza una bola hacia arriba y cuando cae lo atrapa con la mano. Cuando ha captado la atención de los circunstantes, lanza la bola arriba, hacia los altos, y no cae: todos siguen mirando arriba tratando de ver la bola. Pero el mago en el último instante se metió la bola al bolsillo y lanzó la mano como si estuviera lanzando la bola. En suma, te ha hecho de tonto.

            Cuando han hecho de tonto a alguien, la gente dice “Le han hecho bola arriba”.

            Cruzar el río nosotros decimos chimbar. La Dra. Martha Hildebrandt nos ilustra diciendo que chimbar deriva del quechua chimpay con el significado de “vadear un río”.

            Pero esta es nuestra costumbre y hay muchas personas que se empeñan en mantenerla así, porque somos así.

SER CULTO

            El diccionario nos dice que culto es un adjetivo que nos indica que la persona tiene instrucción o cultura. Que ha leído y conoce información a fondo sobre muchos temas.

            Sus sinónimos vendrían a ser erudito, ilustrado, instruido, leído y sabio.

            Generalmente consideramos así a las personas que gustan emplear palabras rebuscadas, las cuales, esperamos se hayan enterado de su significado y correcta utilización.

            Mi hermano Pedro desde muy niño era muy dado a usar este lenguaje en vez de las palabras comunes en boca de todos: Cuando hablaban de fútbol no decía el “arquero”, prefería llamarlo guardameta y hasta golquíper (goalkeeper).

            Naturalmente se ganaba la burla de todos pero poco a poco se hizo notar por esa afición que los hacía sentirse pequeñitos a los demás, quienes jamás cogían un diccionario.

            Cuando un chico, mucho más grande que él, llegó al barrio a bordo de un taxi dijo a la patota:

  • Ese chofer es “mi carreta”.

            Pedro le retrucó:

  • Entonces tú eres su caballo.

            El hecho que yo estuviera cerca evitó que lo corriera a pegarle por haberse burlado de él haciéndole quedar mal frente a todos los demás. De hecho “mi carreta” era un modismo local para significar mi amigo o mi pata, pero mi hermano lo tomó por el lado menos amable. Es decir que toda carreta es jalada por un caballo.

            Las personas que suelen expresarse con palabras rebuscadas casi siempre son incomprendidas y objetos de burla, aunque a veces despiertan la admiración de sus oyentes.

            Tantas veces me pidieron una explicación de algo que no entendían y los ayudaba con gusto que me pusieron una aureola de saber todo. Bueno, me he pasado toda mi vida leyendo libros, de literatura y textos técnicos y científicos, que prácticamente conozco al dedillo todo lo que me han consultado y he ayudado a todos en sus inquietudes.

            Pero se me escarapela el cuerpo cuando veo que muchas personas usan las palabras sin ton ni son.

            Una de las más frecuentes es saludar a sus amigos y familiares por su cumpleaños y le felicitan por su onomástico, pensando que esta palabra significa cumpleaños en un modo culto. Nada más alejado de la realidad.

            Esto solamente revela que no han leído mis libros. En Cuentos de mi Blog – Volumen II, incluí estas palabras en el Glosario Parte I. Allí se dice:

“Cumpleaños y Onomástico

Aunque se suelen tomar como sinónimos, estas palabras tienen significados distintos. Cumpleaños es el aniversario del día en que nació una persona, en tanto que onomástico se refiere al día en que, según el santoral, es festividad del santo en honor del cual se le puso el nombre a alguien. Por ello se suele referir, también, que es el día de su santo.

En conclusión, se puede celebrar el cumpleaños y el onomástico (o el santo) el mismo día, si ambas fechas coinciden”.

            Pero también debemos entender que el día del santo cuyo nombre llevas es, por consiguiente, el día de tu santo y lo puedes celebrar. Entonces puedes tener el Día de tu Cumpleaños y también el Día de tu Santo, en fechas diferentes y festejarlos ambos.

            Las circunstancias en que ayudé a mis compañeros de trabajo los he contado en muchos de mis libros publicados y si se toman la molestia de leerlos se pueden entretener bastante que todas las historias son divertidas.

            Ser culto es bonito pero se tiene que aprender primero el significado de las palabras que se piensa emplear, y, sobre todo, ser cuidadoso con la ortografía.