395 NOTAS DE HUMOR 6

DAR A LUZ

  • Cariño has dado a luz a un negro.
  • Como ya teníamos dos blancos, para evitarnos movidas raciales…
  • Ah, genial.

TU ELECCIÓN

            Quédate con la persona que te quiere por dentro y por fiera.

VOLVER AL FUTURO

  • Cariño ¿Qué harías si volvieses a los setenta?
  • Alfonso, yo soy de los noventa.
  • Sí, pero yo digo kilos, 70 kilos.

EL VIAJE DE VACACIONES

            Primer año que no viajo a Europa en verano a causa de una pandemia. Los años anteriores fue por falta de dinero.

EN LA ESCUELA

            El niño le pregunta a la maestra:

  • Señorita ¿El perro y la zorra pueden dar hijos?
  • No, Eduardito, no pueden.
  • Ah, pero mi mamá dijo que el perro de mi papá tuvo un hijo con la zorra del frente.

EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO

            La maestra pregunta al niño:

  • A ver, Eduardito, la frase “yo busco novio” ¿Qué tiempo es?
  • Tiempo perdido Señorita.

EN EL CIRCO

  • ¿Por qué las focas del circo miran siempre hacia arriba?
  • Porque arriba están los focos.

CONVERSE

  • ¿Por qué estás hablando con tus zapatillas?
  • Porque ahí dice «Converse».

PHONE PATH

  • ¿Me da un café con leche corto?
  • Se me ha roto la máquina, cambio.

BATMAN PARA SIEMPRE

  • Buenos días, me gustaría alquilar «Batman Forever».
  • No es posible, tiene que devolverla tomorrow.

DIÁLOGOS

  • ¿Qué le dice un techo a otro?
  • Techo de menos.

INSPIRADOR

  • Buenos días, quería una camiseta de un personaje inspirador.
  • ¿Ghandi?
  • No, mediani.

EL TELÉFONO

  • Aló ¿está Agustín?
  • No, estoy incomodín.

SUPERMÁN

  • ¿Dónde cuelga Superman su supercapa?
  • En superchero

LAS IGUANAS

  • ¿Qué le dice una iguana a su hermana gemela?
  • Somos iguanitas
Volver a los 70

394 NO VALÍA LA PENA

            En mi libro digital En nuestra Selva narro una historia denominada Tamshiyacu. Les recuerdo que Tamshiyacu es una localidad cercana a Iquitos, capital del departamento de Loreto.

            Fue en el año de 1964, el Primer Año de nuestros estudios en la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana (UNAP), cuando acudíamos todos los sábados a la ciudad de Tamshiyacu para disputar partidos de Fútbol en la tarde y Básquetbol en la noche en la Escuela del lugar. El iniciador de este evento y reclutador era el “Charapa” Bardales, hijo del dueño de una empresa funeraria. No era yo un reputado futbolero como los otros compañeros, pero sí uno de los más entusiastas participantes del equipo. Teníamos que viajar en bote motor los 30 kilómetros que dista de Iquitos. En mi libro digital En nuestra Selva narro las incidencias en este paradisíaco lugar.

            En una oportunidad mi buen amigo Bardales me invitó a dar una vuelta por la ciudad de Tamshiyacu. Llegamos a una bodega. El dueño estaba en la ventana.

            Luego de saludarse, Bardales me presentó y me dijo que el amigo había estado en la cárcel.

            Sumamente sorprendido me fijé en él y vi a un hombre joven, alto, de bigotes, bien vestido y en todo sentido, apuesto. No me podría imaginar que estuvo preso, pero Bardales insistió que fue por una chiquilla.

            El amigo me dijo:

  • Es la verdad, estuve en la cárcel. Cometí el error de relacionarme con una joven menor de edad que sin embargo tenía ya un largo historial.
  • ¿Fue por presión de la madre?
  • Por supuesto, la madre era una “loba”. Me dijo: Te casas con mi hija o vas a la cárcel.
  • Voy a la cárcel, le respondí.
  • ¿Para ti era mejor ir a la cárcel?
  • Por supuesto, la chica no valía la pena y estaba “muy recorrida”. Ahora estoy libre, sin compromisos y, sobre todo, me salvé de esa mujer y su madre, que solo querían apoderarse de mis bienes.
  • Al ver lo que tienes, esa mujer habrá dicho, para sí, “este partido no me lo pierdo”. Pero lo perdió porque no le hiciste caso.
  • Así es, felizmente. Al final yo gané y estoy bien. Porque ella no valía la pena.

            Entiendo que en aquel entonces la cárcel de Iquitos no era como ahora lo pintan a todas las cárceles del mundo: muy peligrosas y sin control de las autoridades. Cuando era niño la gente iba todos los domingos a la cárcel para comprar los artículos de madera que hacían los presos. Era más bien un ambiente festivo.

Damisela que no valía la pena

393 NETO

            Desde que tengo memoria, vivía en Iquitos un señor que era mudo. Le llamaban Neto, posiblemente sea el apócope familiar de Ernesto, no lo sé. En realidad sé muy poco de él.

            Estatura mediana, bigotes tipo bayuca, que parecía un cepillo debajo de la nariz. Andaba siempre con ropa caqui como si hubiera sido militar y botas de cuero. Colgaba del hombro una caja de madera para lustrar zapatos.

            Porque era lustrador de zapatos, ambulante. En la esquina de la Plaza de Armas, al pie de la Casa Fortes (la Casa de Fierro) existía un puesto de lustrar zapatos con asientos acojinados.

            Pero Neto recorría toda la Plaza ofreciendo sus servicios, y no eran pocos los que lo llamaban porque trabajaba sin hablar. Neto era en aquellos tiempos el único lustrabotas ambulante.

            Le decían “Neto” y él contestaba siempre con una sonrisa; y todo el tiempo era así sonriente.

            Los muchachos mataperros lo buscaban para fastidiarlo, y vaya que lo lograban en gran medida.

            Le llamaban “Neto” y cuando volteaba hacia ellos le hacían un gesto con la mano. Nunca supe qué significaba pero era el clásico gesto de los cuernos: el puño cerrado con los dedos índice y meñique extendidos.

            Neto los seguía a la carrera, sosteniendo con una mano el cajón de lustrador, y bufando porque no podía hablar. Posiblemente con cada bufido los maldecía y si los agarraba los iba a estropear, pero nunca vi que los alcanzara. Los muchachos, sin lastre encima, corrían más rápido.

            Yo solamente asistía sorprendido a este evento de majaderías de los muchachos y la furia descontrolada de Neto por el gesto que le hacían los malcriados.

            Pero en mi interior pensaba que se tiene que ser muy valiente para provocar a un adulto a ese nivel de furia.

            Costumbres de mi tierra.

El gesto que provocaba la furia de Neto

392 LA PAMPA DE LA QUINUA

            Todo el que conoce la Historia del Perú, sabe lo que ocurrió en la Pampa de la Quinua.

            En esta pampa situada al pie del cerro Condorcunca (cuello del cóndor, en quechua) se selló la independencia del Perú y América. Aquí se llevó a cabo la Batalla de Ayacucho el 09 de diciembre de 1824 entre las fuerzas realistas (España) y las Fuerzas Patriotas.

            Hoy es un santuario histórico y obligado lugar de visita turística para que todos se enteren de la vital importancia para América de la gesta histórica que ocurrió en este lugar.

            La quinua es una planta herbácea oriunda del Perú y se prodiga generosamente en esta parte del continente. Es actualmente considerada el alimento por excelencia para toda la humanidad. Realmente es una semilla, no un grano y por tanto no es un cereal, pero se acostumbra denominarlo cereal integral andino. La planta mide entre 1 a 3 metros de altura y sus hojas verdes son también comestibles al igual que una lechuga. Su nombre científico es Chenopodium Quinoa.

            Cierto día me llamó por teléfono mi sobrino Pedro, policía de fuerzas especiales, para decirme que se encuentra en la histórica Pampa de la Quinua.

  • Todo es muy lindo, tío. Pero no veo ningún árbol.
  • ¿Qué árbol?
  • El árbol que está en el Escudo pues tío.
  • Pedro, el árbol que está en el Escudo es el árbol de la Quina del cual se extrae la quinina para curar el paludismo. La quinua en cambio es una hierba cuyas semillas comemos en mazamorras en el desayuno.

            El árbol de la Quina cuyo nombre científico es Cinchona Officinalis  puede alcanzar los 30 metros de altura y se utiliza su corteza para obtener la quinina para combatir el paludismo. Su difusión se le atribuye a la Condesa de Chinchón y por sus virtudes se ganó un lugar en el segundo cuadrante del Escudo Nacional representando al Reino Vegetal. En el primer cuadrante está una vicuña representando al Reino Animal y debajo hay una cornucopia derramando monedas que representa al Reino Mineral.

            El hecho de que mi sobrino haya confundido uno con otro vegetal se debe a que son palabras homófonas: palabras que si bien suenan igual, se escriben diferente y tienen distinto significado.

            A pesar de su importancia la quina está al borde de la extinción por sobre explotación  y a la falta de atención por parte del Estado Peruano para su preservación y conservación. Mientras todos resaltan la bendición alimenticia de la quinua, nadie se ocupa de la quina por más que cure las fiebres malignas.

            ¿Si desaparece qué le vamos a decir a nuestros hijos cuando les enseñemos el Escudo nacional?

Quinua
El Escudo Nacional del Perú
Santuario en la histórica Pampa de la Quinua

391 EL BUDA

            La empleada en la casa, Rosa, tenía un hijo de 4 años cuya característica sobresaliente era el sobrepeso que le hacía gordito por lo cual en la casa le apodaban Buda.

            Otro aspecto que me intrigaba es que no hablaba. Nunca decía nada, en la edad en que los niños, aunque sea en media lengua hablan de todo.

            Le pregunté a su mamá y ella me contestó de manera atrevida:

  • Si tú también has demorado en hablar. Me lo dijo tu papá.

            Quedé intrigado. Recordaba que hablaba mal; a los seis años decía tasa en vez de casa, pero no tenía memoria de lo que estaba diciendo Rosa.

            Le pregunté a mi papá y él me confirmó.

  • Sí, pues, has demorado en hablar.

            Estaba más bien molesto porque otras personas se enteraban de cosas que yo no sabía, o, por lo menos, no recordaba.

            Entonces no insistí con su mamá puesto que mi intención había sido ayudarla para que su hijo pudiera hablar. A veces resulta contraproducente querer ayudar, es decir: ningún adulón sale con bendición.

            De todas maneras no duré mucho en mi casa porque me casé y fui a vivir con mi esposa y me olvidé del asunto. Pero queda en mi memoria que yo demoré en hablar, pero una vez que empecé ya no me detuve.

El Buda

390 NOTAS DE HUMOR 5

EL HIJO GUAPO

  • Papá, ¿qué se siente tener un hijo tan guapo?
  • No sé hijo, pregúntale a tu abuelo.

LA BICICLETA

  • ¿Sabes que mi hermano anda en bicicleta desde los cuatro años?
  • Mmm, pues ya debe estar muy lejos.

LAS LETRAS

  • Luisito, ¿qué es la A? – pregunta la profesora
  • Una vocal, Señorita.
  • ¿Y la K?
  • Una consonante que no se puede repetir, Señorita.

ASTRONOMÍA

  • ¿Qué planeta va después de Marte?
  • Miércole.

EL INGLÉS

  • Señorita, ¿qué quiere decir ‘why’?
  • ¿Por qué?
  • Por saber, nada más.

EL DISTRAÍDO

  • Mamá, en el colegio me llaman distraído.
  • Juanito, tú vives en la casa de enfrente.

LA EDAD

            Van en un ascensor un elefante y una hormiga; dice la hormiga:

  • ¿Cuántos años tienes?
  • Yo, tres años. ¿Y tú? – contesta el elefante.
  • También tres, pero he estado malita.

EL PILOTO

            Iban dos ratitas paseando por la calle, cuando pasa por encima un murciélago.

  • ¿Qué es eso? – dice una de ellas.
  • Mi novio, que es piloto.

LA LIBRETA DE NOTAS

            Llega Luisito a casa y, escondiendo la libreta de notas detrás de la espalda, le ofrece un bolígrafo a su padre y le dice:

  • Papá ¿A que no sabes firmar con los ojos cerrados?

CLASE DE HISTORIA

            En clase de Historia, le preguntan a Luisito:

  • ¿Qué ocurrió en 1,812?
  • Yo qué sé, Señorita, si ni siquiera había nacido.

LA COMPOSICIÓN

            A la salida del colegio una niña le cuenta a su madre:

  • ¿Sabes, mamá? Mi redacción ha conmovido mucho a la maestra.
  • ¿De veras?
  • Sí, me ha dicho que daba pena.

LA HORA

            Dos amigos se encuentran en la calle. Uno pregunta:

  • ¿Qué hora es?
  • Las doce.
  • ¡Qué tarde  es!
  • Haberme preguntado antes.

LA DIFERENCIA

  • ¿Qué diferencia hay entre una pulga y un elefante?
  • Que el elefante puede tener pulgas y la pulga no puede tener elefantes.
El piloto