SEMBLANZAS

            Cada noche mi hija Charito antes de dormir llevaba a su bebé a dar las buenas noches a su abuelita en una actividad que no podía dejar de realizar por ninguna razón. Una vez que se había quedado dormida en su camita, su mamá vino a arroparla y ella se levantó de un salto diciendo:

  • ¡Abuelita!
  • Hoy no, hijita.
  • No mamá, abuelita.

            Y ahí tienen a la niña dando las buenas noches a su abuelita Maria Judith. Ainhoa sabe que la abuelita no le contesta pero sí entiende que su abuelita sabe que está allí hablándole y sus ojos brillan y estira su oreja para escucharla mejor. Comprende mejor que nosotros la enfermedad de la abuelita.

  • Good night, Gandma.
  • Sweet dreams, Grandma.

            Hecho lo cual se retira completamente satisfecha.

            Luego la trae donde mí, invariablemente estoy sentado en la PC. Ainhoa me dice:

  • Good night, Grandpa.

            Respondo igualmente en inglés:

  • Good night, baby.
  • Sweet dreams, Grandpa.
  • Sweet dreams, baby.

            Esto es porque a mi nieta la educaron sus padres desde que nació en los dos idiomas. Pues bien, a pesar de que las buenas noches nos la da siempre en inglés, cierta noche fue diferente. Debo aclarar que he perdido bastante el sentido del oído, pero me guío por los gestos. Cuando vino a mí a darme las buenas noches, como no escuché bien respondí en inglés y ella al instante me corrigió:

  • En español, abuelo.
  • Buenas noches bebita.
  • Que tengas dulces sueños, abuelo.
  • Que tengas dulces sueños bebita.

            He comentado esto con mi hija y me dijo que cuando viene con ella a dar las buenas noches las da en inglés y cuando viene con su papá las da en español.

EL AMOR

            Ainhoa estaba tan acostumbrada a ver a su abuelita Maria Judith echada en su cama clínica que muchas veces cedió a la tentación de subirse a la cama y echarse junto a su abuelita. Y nadie podía retirarla de allí. Cuando sentía que ya había descansado lo suficiente se bajaba.

            La amaba tanto que una vez le trajo un pajarito de goma, de sus juguetes, y le dijo a su mamá que lo pegue en la cabecera de la cama de la abuelita. Otro día le trajo una flor de plástico que igualmente fue pegada a la cabecera de la cama de la abuelita.

            Esos dos juguetes regalos entregados con amor los puse sobre el ataúd de mi amada esposa y ella se los llevó hacia la eternidad.

            Cuando la ve en el fondo de pantalla de nuestra PC ella reconoce al toque a su abuelita y lo dice, no con pena sino con orgullo que así es como recordamos a nuestros seres queridos.

EL TOMATODO

            Mi hija nunca fue de leer catálogos ni manuales de instrucción. Ella de frente encendía la máquina y la ponía a funcionar. Cuando compramos nuestro primer VHS, Luisa, Claudia y yo tratábamos de desentrañar el manual antes de poner a funcionar el equipo, cuando de repente Charito nos dijo:

  • La película ya está en el televisor.

            Sin manuales, únicamente con su intuición y su sentido común resolvía situaciones.

            Ainhoa no es menos. Cuando le compraron su nuevo tomatodo simplemente se puso a tomar como si lo hubiera estado haciendo toda su vida.

            En el catálogo dice: Taza para sorber Munchkin Miracle 360 grados que brilla en la oscuridad, 9 onzas, astronauta, rojo. (9 0nzas equivale a 266.16 ml).

            Su papá orgulloso acotó:

  • Y a la primera.

            Quiere decir sin que nadie le indique, simplemente lo usó, y eso es para maravillar a cualquiera.

EL ORIGINAL

            Cuando fueron a pasar vacaciones en el Cafae-se Ainhoa se negó a tomar la bebida que sus padres le dieron. Sorprendidos le preguntaron:

  • ¿Qué es lo que quieres, hijita?
  • El original.
  • ¿Cuál es el original?
  • El del Abuelo

            Las bebidas que preparo todos los días, manzanilla, menta y hierbaluisa, lo toma en el almuerzo pero también lo toma todas las veces que tiene sed y en la cena. Para ella es indesligable de su vida.

PRIMERO DE ABRIL

            Fecha grandiosa de mi infancia, comparable al Día de Navidad o a las Fiestas Patrias, porque ese día se daba inicio al año Escolar en todo el Perú.

            Todas las acciones de los padres de familia se dirigían a la conquista del intelecto para sus niños y no mezquinaban ningún gasto en  su realización.

            Habida cuenta de que la educación era gratuita y eran pocos los útiles necesarios para aprender. El sacar buenas notas era motivo de orgullo familiar que trascendía las fronteras de la familia y vecinos.

            Ese día mi mamá me lavaba las rodillas y ponía en mis manos un cuaderno de cincuenta centavos y un lápiz de cincuenta centavos para enviarme al colegio.

            Mi hija Claudia puso en tela de juicio que mi mamá me lavara las rodillas en ese día grandioso:

  • ¿Qué niño no usa en Iquitos, pantalón corto? ¿Qué niño no se arrodilla para lo que sea: pegar una figurita del álbum, leer mejor una revista o escuchar mejor lo que te dicen tus padres?

            Sí, mi mamá me lavaba las rodillas para ir al colegio el Primer día de Clases. Es el mismo día que Mafalda, camino al colegio, vio un reguero de agua que corría por la vereda y alzó la mano para comprobar que no llovía y se encontró con un grupo de niños que lloraban a moco tendido porque por primera vez van a separarse de sus padres. Es el Primer Día de Clases.

            Nunca fuimos al colegio el Primer día de Clases con uniforme nuevo: estrenábamos uniforme y zapatos el 27 de Julio, Día del Desfile Escolar. Con galones azules los de Primaria y galones rojos los de Secundaria.

            Hoy en día llevas a tu niño al Kinder gastando una fortuna en útiles escolares y en uniformes. Cada colegio se da el lujo de crear su propio uniforme y se sienten orgullosos de ello.

            Pero el Primero de Abril se iniciaban las clases en todo el país y en todos los centros educativos cantábamos a voz en cuello:

“Cual bandada de palomas que regresan del vergel

ya volvemos a la escuela anhelantes de saber.

Ellas vuelven tras el grano que las ha de sustentar

y nosotros tras la idea que es el grano intelectual”.

            El Primero de Abril ha quedado solamente en nuestro recuerdo porque los genios que dizqué saben de educación han decidido cambiarlo todo, no solamente el currículo sino también la esencia misma de lo que es estudiar.

            Los colegios ricos decidieron que el alumno aprende más si comenzamos el 15 de marzo. Naturalmente los colegios estatales, para no ser menos también comenzaron las clases el 15 de marzo, en la creencia inocente que sin enseñar más los alumnos van a aprender más.

            Ahora las clases empiezan el Primero de Marzo con la aquiescencia del Ministerio de Educación que es incapaz de crear un criterio que ayude a mejorar la educación de nuestro país.

            Y eso no es todo, las clases empiezan a las 7:30 am para los niños de 6 años, hasta las 4 de la tarde.

            Nadie sabe, entonces hacia dónde va nuestra educación, y quizás tampoco lo sepa el ministro. Qué pena.

            Publicado en Facebook el Primero de abril de 2023

LE PASAMOS BOLA AL TENIENTE PE

            El II CIR es el Centro de Reclutas del Ejército Peruano y estaba ubicado en el Complejo del CIMP en Chorrillos.

            1,159 reclutas habitábamos en ese lugar. En aquel entonces todo ingresante al Ejército debía pasar por el II CIR de donde nos distribuían a las diferentes unidades de combate.

            Había varios oficiales pero solamente uno era futbolista. Un Teniente alto y delgado a quien le gustaba salir a pelotear en la explanada de formación. No tardaron en presentarse reclutas de la Primera Compañía, estaban al lado de la cancha.

            El Teniente pronto descubrió quienes eran los soldados peloteros expertos y los hacía jugar con él todas las veces.

            Eran tiempos políticamente un poco revueltos en el Perú y por esa razón no teníamos permisos de salida.

            Únicamente los peloteros asociados con el Teniente salían de permiso. Eran dos jóvenes negros altos, parecían Watusis, que de repente se volvieron indispensables para el Oficial deportista: No hacían servicio los fines de semana y tenían salida todos los fines de semana y eran los únicos reclutas de paseo.

            Sus compañeros les preguntaron cómo fue que se congraciaron con el Teniente:

  • Le pasamos bola al Teniente pe, y el mete gol.
  • El Teniente se luce pe.

            No solamente los servicios que no hacían los fines de semana y los permisos de salida, ellos le pidieron al Teniente ir a la panadería del CIMP para traer el pan para la Unidad.

            En la panadería había, claro está, abundancia de pan para abastecer a toda la tropa del CIMP y los “engreídos” se atiborraban de panes metiéndolos dentro de sus pantalones, cómo usábamos cañabotas la bocapierna estaba cerrada.

            Todo estaba de maravillas y el asunto de los panes aumentó la admiración de sus compañeros, quienes los veían tragar a sus anchas los panes mal habidos. Pero el latrocinio lo hacían a vista y paciencia de los panaderos a pesar de que ellos trataban de impedirlo.

            Finalmente se quejaron al Jefe de Intendencia y éste al Comandante del II CIR, quien llamó la atención al Teniente ordenándole poner fin a la situación.

            Observé la fuerte llamada de atención del Oficial a sus “amigos” y se terminó los partiditos de fulbito, los permisos de salida y la comisión para traer el pan. Todo volvió a la normalidad. Nunca más se vio jugar fulbito en la explanada y todos los demás comenzamos a salir de paseo, exceptuando cuando estamos de Guardia o de Retén, quiero decir cuando estamos de Servicio.

            Una vez más se cumple lo que decía el viejo cuento de mi infancia: “La ambicia rompe el saco”. Y, en este caso, fue totalmente cierto.

Yo soy este recluta

ESTAMOS PROHIBIDAS DE INGRESAR A LAS CASAS

            Cada cierto tiempo en casa revisamos nuestra ropa y determinamos cuál prenda ya no pensamos utilizar y lo ponemos en una bolsa grande para ir juntando y regalarlo a alguien que podría utilizarlo. También lo hacíamos con los zapatos y zapatillas.

            Muchas de las prendas ya estaban pasadas de moda y no podíamos seguir llevándolas al trabajo o a las reuniones de sus colegios, pero estaban en buen estado.

            La Municipalidad había contratado personal para barrer las calles y recoger basura menor. Todos los días me encontraba con una señora con el uniforme de trabajadora municipal y nos saludábamos con una sonrisa mientras ella barría y empujaba un cilindro con ruedas para recoger la basura.

            En una oportunidad, mi amada esposa había ido para hacerse cargo de nuestra nieta Andrea y Charito se había llevado el carro a la universidad. Bajé la bolsa llena de prendas y lo puse en la cochera, estaba pensando entregárselo a la señora que barría la cuadra.

            Abrí el postigo, la cochera estaba vacía y le señalé el bulto en el interior le dije a la trabajadora:

  • Señora, en esa bolsa hay prendas de vestir que a lo mejor le pueden servir. Están en buen estado.
  • Señor no puedo entrar. Estamos prohibidas de ingresar a las casas.

            Sorprendido por su respuesta, recordé un pasaje del libro que en mi niñez leí: El Lazarillo de Tormes de autor anónimo:

            “Y mi amo comenzó a sacudir con las manos unas pocas de migajas, y bien menudas, que en los pechos se le habían quedado. Y entró en una camareta que allí estaba, y sacó un jarro desbocado y no muy nuevo, y, desde que hubo bebido, convidóme con él. Yo, por hacer del continente, dije:

  • Señor, no bebo vino.
  • Agua es —me respondió—. Bien puedes beber.

            Entonces tomé el jarro y bebí, no mucho, porque de sed no era mi congoja”.

            (Por hacer del continente = Por dar buena imagen).

            Miré hacia el final de la calle y apareció el “ropavejero”, personaje infaltable en la Lima de siempre, quién en un triciclo lleva artículos de plástico como bandejas, trapeadores, recogedores de basura, etc., los cuales intercambia por ropa usada u otros artefactos domésticos. Dije a la trabajadora señalando al ropavejero:

  • A él le voy a regalar la bolsa.

            En un santiamén la dama entró a la casa, chapó la bolsa y en menos que canta un gallo ya estaba afuera barriendo la vereda, con aire de satisfacción.

            ¡Cosas veredes, amigo Sancho, que harán temblar las paredes!

            Frase atribuida a Don Quijote.

GENERACIÓN DE HIDRÓGENO

            Cuando estudiaba química en el colegio secundario, generamos hidrógeno gaseoso en el Laboratorio de Química haciendo reaccionar granallas de zinc con ácido clorhídrico.        Esta misma operación lo realizamos en mi casa los “Tres amigos”, utilizando como balón el tanque de vidrio de la cocina a querosene de mi mamá. Queríamos inflar globos con gas para venderlos, pero reventó el tanque de vidrio porque la reacción es exotérmica y no lo habíamos tomado en cuenta.

            Es decir, generar gas hidrógeno es la reacción más simple que se puede realizar en un laboratorio. Pero no en nuestra universidad.

            El Ingeniero Armando Cabrera, Jefe de Prácticas de Química Inorgánica nos congregó a los escasos alumnos de Ingeniería Química para observar “la maravilla”, generar gas hidrógeno, en el Laboratorio de Química Inorgánica de la UNAP, Iquitos.

            El balón estaba en su sitio, bien sujeto con abrazaderas, quitó el tapón de jebe surcado por un tubo de vidrio, vertió el ácido clorhídrico y luego las “granallas de zinc” y… no pasó nada. No salía ningún gas. Qué fiasco, una práctica que de colegiales lo habíamos hecho y aquí no resultaba.

            El mismo Jefe de Prácticas estaba sorprendido pues es una práctica elemental. Hasta que cayó en la cuenta: me mostró el frasco que decía tin, que es como se dice en inglés al estaño, y él pensó que eso era zinc. Qué tal confusión.

            Quedamos que en la próxima práctica lo haríamos de nuevo pero con zinc de verdad para no pasar vergüenza otra vez.

            Lo más curioso fue que el Ingeniero hubiera confundido tin con zinc, puesto que todos los Ingenieros estamos obligados a saber inglés porque la gran mayoría de textos están en inglés, incluyendo el famoso Handbook de Perry (Perry’s Chemical Engineer’s Handbook) que todos usamos aun en nuestra vida profesional.

LA PRÁCTICA

            Me gustó siempre hacer las cosas porque pensaba que era la mejor manera de aprender. Por esta razón discutí con el Ingeniero Armando Cabrera, Jefe de Prácticas de Química Inorgánica, quién pensaba que la Práctica debía consistir en “mostrar” cómo se realiza el experimento. Manifesté mi contrariedad y él llevándome aparte me preguntó:

  • ¿Qué es lo que quiere usted alumno Suárez?
  • Queremos hacer la Práctica nosotros mismos. No venimos a la universidad para que nos haga ver lo bien que usted sabe hacerlo.
  • ¿Quiere usted hacer la Práctica?
  • Todos queremos hacerlo. Denos a cada uno de nosotros nuestro propio material y lo haremos y así aprenderemos de verdad.

            El Decano, Ingeniero José Reátegui Cárdenas, nos hizo entrega a cada alumno (éramos 10) de un lugar en la mesa de trabajo con dos cajones y anaqueles en la parte inferior y todo el material de vidrio y utensilios necesarios. También comunicó a los porteros y guardianes que los alumnos de Ingeniería Química podíamos ingresar a la universidad sábados, domingos y feriados, a cualquier hora. Esta es la razón por la que salimos tan buenos Ingenieros Químicos. Aprendimos las cosas haciéndolas y repitiéndolas una y otra vez.

            Es por ello que en el examen final para la graduación, el Ingº Víctor H. Montenegro, Catedrático y Decano, nos hizo entrega de un Erlenmeyer con un líquido y teníamos que hacer la marcha analítica cualitativa para determinar qué sustancia está presente y luego la determinación cuantitativa para establecer cuánto de esa sustancia nos había entregado. Los diez graduandos aprobamos (era una sustancia diferente para cada uno).

Proceso de la generación de hidrógeno

SER O NO SER

            Don Ricardo Blume, un caballero a carta cabal, tiene un largo historial como actor, director, profesor y escritor.

            Sabemos que fue el fundador del TUC (Teatro de la Universidad Católica) y profesor de teatro en la Pontificia Universidad Católica del Perú.

            Recordamos, como sus seguidores, su página semanal en el diario El Comercio, donde cada artículo era una verdadera cátedra de prosa, conocimiento y sentido común.

            Cuando en 1980 don Fernando Belaunde Terry fue nuevamente elegido Presidente de la República, luego de 12 años de dictadura militar, Ricardo Blume tildó su columna:

  • Un Presidente de lujo.

            Una joven desubicada escribió en algún lugar una reseña sobre Sir William Shakespeare, cuyo escrito era un atentado y una increíble falta de respeto, de conocimiento y de sentido común. Ricardo Blume respondió a ese artículo donde calificaba a esa joven de irrespetuosa al llamarle Willy al insigne escritor, símbolo de la literatura inglesa, como lo es Don Miguel de Cervantes y Saavedra para los hispano hablantes.

            La joven irrespetuosa había dicho que más importante que el ser es el estar. No tenía idea de lo que significa:

  • Ser o no ser, esa es la cuestión.

            En inglés: To be or not to be, that is the question; es la primera frase del monólogo de Hamlet y don Ricardo Blume le dijo simplemente:

  • Si no eres, no puedes estar.

            Claramente se sabe que se refiere a existir (ser). Si no existes no puedes estar en ninguna parte.

            Es curioso que algunos periódicos puedan publicar tales libelos que denigran el conocimiento y la razón, pero allí estaba el tremendo periodista para poner las cosas en su sitio.

            En otra parte un periodista que no sabía expresarse correctamente dijo de Shakespeare:

  • El cisne de Avon.

            Don Ricardo le explicó que no se dice, por ejemplo; Palomillas de Rímac sino Palomillas del Rímac (título de una antigua película peruana) y hace referencia al río Rímac. Lo apropiado era llamarlo: El Cisne del Avon porque era nacido en la localidad de Stratford-upon-Avon, es decir que su ciudad estaba a orillas del río Avon.

            Muchas cosas aprendí de él: Grande Ricardo Cristóbal Blume Traverso.