121 EL CANCIONERO DE NUESTRA VIDA

Mi esposa Maria Judith Alva Rivera  tiene la voz aguda, voz necesaria para ser Profesora de Educación Primaria cuyo timbre de voz le permitía ser escuchada nítidamente por los 60 alumnos de su Clase.

El mío es más bien ronca, especial para voz de mando y me fue útil cuando fui soldado de la Patria.

Pero ambos compartíamos una afición que nos unía: el canto.

Las canciones que se escuchaba en la radio, jaranas criollas, o en el cine Belén, canciones rancheras, nos servían como excelente pretexto para cantar a dúo.

Ella cantaba con voz impostada de soprano falsete, tal y como le enseñaron a cantar las monjas del Sagrado Corazón en el Internado de Requena y en la Escuela Normal de Iquitos. Pero muchas veces sabíamos la canción pero no la letra por lo cual adquiríamos cancioneros y cantábamos las canciones más conocidas. Era un buen ejercicio amén de una buena manera de estar juntos.

En resumen, nuestra afición compartida era  contarle yo la obra de literatura que había leído, entonces había leído miles de libros, y ella la oyente más atenta que todo orador sueña con tener, ir al cine,  y cantar juntos; además de pasear por las calles de Iquitos, las Plazas y los lugares de baño, piscina de Pucayacu, rio Itaya, lago Morona y la playa de Nanay. Lo pasábamos bien y cada vez nos compenetrábamos más para llegar con ansias al matrimonio.

Luego de casados continuamos con nuestro canto a dúo, y cuando nos separamos por cuestiones de mi trabajo, ella enseñaba a nuestras hijas canciones representativas de   nuestra tierra: Ellas formaban un trío melódico. Básicamente ella les enseñaba principalmente el vals Iquitos y Amazonas de Julio “Chispa” Elgegren Pinedo y también el vals Hermosa loretana.

Cada que llegaba a Lima, recorría el corredor entre el Parque Universitario y la Plaza San Martín y en alguna librería al paso encontraba cancioneros que los adquiría y constituía nuestro más preciado tesoro que nos permitía cantar las canciones que escuchábamos en la radio o en las películas mexicanas. Aún conservo estos cancioneros aunque ya no lo cantamos, ella ya no puede hacerlo. Así tengo:

  • Cancionero Escolar Editorial Bruño
  • 200 Valses Criollos Ediciones Comerciales 1971
  • Selección de Valses Criollos de Ediciones Díaz 1971
  • Selección de los Mejores Boleros de Ayer, de Hoy y de Siempre Editorial Inkari
  • 1000 Boleros de todos los Tiempos Tomo 1 Centro Gráfico 1993
  • Cantares de México Editorial Goicochea
  • Los Mejores Tangos Ediciones comerciales
  • Vive Cantando Parroquia Santa María Magdalena

Claro, el Cancionero Escolar es de su época en la Escuela Normal y contiene las partituras, y Vive Cantando es el cancionero que hace algún tiempo editó nuestra Parroquia pero nunca más publicó una actualización y  en los Via Crucis cantamos cantos que no están incluidos en este cancionero.

Fue mi hija Claudia quien nos pasó el post “Por qué los pacientes con demencia recuerdan su canción favorita”.

            El proyecto se basa en la idea de que si a la gente con la enfermedad se le ofrece un acceso frecuente a la música en la que están arraigadas sus memorias y experiencias pasadas, la música puede mejorar su estado actual, disminuyendo la agitación, depresión y ansiedad, mejorando la interacción y aumentando su sentido de identidad.

Por ello elaboré «PLAYLIST CANCIONERO DEL AMOR», cancionero con nuestros temas más queridos, 16 en total, con el lema

“Ser capaz de reaccionar ante la música es lo único que la demencia no puede destruir”

Este es pues el Cancionero de nuestra vida y lo cantábamos juntos con emoción y nuestro corazón vibrando al compás de cada tema.

Los temas contenidos en este Playlist son:

                    Alabaré                                               Alma, corazón y vida

                   Cielito lindo                                       El mar y el cielo

                   El reloj                                                 El trece de mayo

                   Estrellita del sur                               La Contamanina

                   Las mañanitas                                   María bonita

                   Me he de comer esa tuna               Muñequita linda

                   Oh buen Jesús                                    Solamente una vez

                   Tengo una muñeca                            Tú reinarás

            Durante un año tuvimos esta hermosa terapia, luego perdió el interés por el cancionero, así como por muchas otras cosas más.

Cuando mi amada esposa estaba pasando por el proceso de cambio que le ocasiona el Mal de Alzheimer, estaba de pie a mi lado mientras yo lavaba los platos luego de la cena, entonces aprovechaba para cantar nuestros cantos más reconocidos y ella me hacía el dúo en voz alta. Fueron unos 6 meses aproximadamente, y después ya no quiso cantar.

Llegó de visita Elmira Amaya, antigua amiga nuestra y cantora y rezadora profesional, como ex monja sanjosesina. Le conté lo que estaba pasando, después de haber cantado a dúo “ahora ella ya no quiere cantar”. Elmira me preguntó “¿Cuáles son esas canciones? A ver, vamos cantando”. Estábamos sentados en la mesa, y di la voz de nuestros cantos conocidos.

Elmira con su voz potente hizo que Judith también volviera a cantar con nosotros. Fue muy bonito y llenos de entusiasmo cantamos toda la tarde, pero fue también la única vez. Judith nunca más cantó conmigo ni con nadie.

 

120 EL LLASBÁN

Es de todos sabido que muchas cosas son llamadas por su marca como si fuera ese el nombre del objeto. Pedimos una Llilet (Gillette) para referirnos a una hoja de afeitar sea de la marca que fuera. Para nosotros es simplemente una Llilet, aunque los anglófilos prefieran decir razor blade.

Llamamos táper al recipiente para comida, desconociendo que Tupperware es una marca registrada por el químico norteamericano Earl Silas Tupper y fue presentado como el tazón maravilla. Aún muchos prefieren llamarlo bowl, la Rae lo reconoce bol, para referirnos a un simple tazón.

En La Oroya teníamos un pay loader, cargador frontal, y a un trabajador que tenía prognatismo bastante pronunciado le decían “peylouder”. A otro trabajador que su prognatismo no era tan sobresaliente le decían “michigan”. Michigan era la marca de un cargador frontal chico.

Es proverbial que en la selva se llame “frishi” a la refrigeradora porque las primeras refrigeradoras que hubo en la ciudad, en los años cincuenta, eran de marca Frigid Air, que en boca de los loretanos suena a frishidera y de ahí se derivó a la forma más corta “frishi”.

En nuestra selva tenemos la tansharina, forma loretana de la tangerina (se pronuncia tanllerina) a la cual en la costa suelen llamar mandarina.

Este tema viene a raíz de que en nuestra tierra al bombo de la orquesta le llaman “llasbán”. El músico que lo toca es el llasbanista. Todo porque en las películas antiguas, estaba de moda en los estados Unidos el Jazz (Se pronuncia llas) y el nombre de la orquesta de Jazz lo ponían en el bombo. De manera que para todos los loretanos, el bombo es el llasbán, porque así estaba escrito en el mismo bombo con letras de molde. Hasta Woody Allen es músico y toca el clarinete en la New Orleans Jazz Band.

Si se fijan bien en las fotos antiguas, el bombo luce en letras de molde, junto con el nombre del conjunto las palabras mágicas JAZZ BAND.

Así tenemos la Pérez Prado Jazz Band, la The Southern Rag Jazz Band, Porteña Jazz Band, Chris Barber Jazz Band, Caxton ST. Jazz Band, Bohem Ragtime Jazz Band, Retaguardia Jazz Band, Madrid Hot Jazz Band, Original Dixieland Jazz Band, Preservation Hall Jazz Band, Small Jazz Band, etc.

Algunas Bandas de Jazz conocidas

 

119 ANEMIA

           La anemia es una afección que se caracteriza por la falta de suficientes glóbulos rojos sanos para transportar un nivel adecuado de oxígeno a los tejidos del cuerpo. Si tienes anemia, es probable que te sientas cansado y fatigado.

            Hay muchas formas de anemia, cada una con causas diferentes. La anemia puede ser temporal o prolongada, y puede variar entre leve y grave. Consulta a un médico si sospechas que tienes anemia, ya que esta puede ser indicio de una enfermedad grave.

            Los tratamientos para la anemia varían desde la toma de suplementos hasta la realización de procedimientos médicos. Es posible que puedas evitar algunos tipos de anemia si sigues una dieta saludable y variada”.

Fuente: mayoclinic.org

 

Los casos que requieren tratamiento médico están lejos del alcance de este post. Aquí solamente vamos a tratar aquellas cuestiones de anemia derivados de la falta de alimentación. No diré “falta de una buena alimentación” porque la alimentación, buena o mala, es siempre necesaria para no caer en la anemia.

Esta anemia es la que preocupa a propios y extraños, la que da pie a que el Gobierno haga declaraciones rimbombantes y carentes de sustento porque desconocen todo lo relacionado con la situación. Ignorantes de cabo a rabo: que alguien inventa unas galletas de sangrecita, de inmediato le dan premios y halagos. Ya tenemos la solución para una cuestión tan compleja como puede ser la anemia.

Mi hija Claudia siempre ha dicho que la anemia solamente se soluciona con “vitamina O”. Vitamina olla. Es decir, con comida. Nada que ver con galletitas.

El hombre no es capaz de producir sus propios nutrientes pero puede procesar los alimentos, por eso debe comer de todo, carne  (res, cerdo, carnero, chivo, pescado, pollo), leche, carbohidratos, menestras, legumbres, verduras y frutas.

Si no le damos suficiente alimento al niño va a sufrir de anemia. Y aquí tiene mucho que ver con las campañas de “Coma sano” y los “Octógonos en alimentos procesados”. También se incluye en este rubro la “lonchera nutritiva”.

Dejémonos de cosas y pongámonos de acuerdo: queremos niños sanos o niños anémicos o tal vez niños obesos. Para todo estamos listos para saltar y defender, menos el sentido común.

De niño era flaco pero en mi casa jamás faltó la comida abundante. Se decía entonces que así era mi contextura. Estaba en uso un viejo refrán “el que nace barrigón, aunque le fajen de niño”. De joven pesaba 48 kilos y necesitaba 50 para postular a la Escuela Militar. Mi papá me llevó al médico para que me hiciera subir de peso pero el médico solamente me recomendó que comiera chocolate. Entonces estaba en boga el chocolate suizo Toblerone. Nunca llegué a los 50 kilos tan ansiados.

En lo que se refiere a la lonchera nutritiva deben saber que ninguna lonchera debe ser “nutritiva”. No es un almuerzo ni una cena, es solamente un tentempié. Algo que se ha vuelto una costumbre y nada más que eso. Recuerden que el niño recibe en su casa desayuno, almuerzo y cena, que sí deben ser nutritivos. De lo contrario estaríamos creando una generación de obesos.

Mi prima Blanca, del Callao, despertaba a sus dos hijos a las once de la mañana. Les daba su almuerzo y los mandaba al Colegio, sin lonchera ni fruta ni plata para llevar. Se ahorraba el desayuno.

Mi amada esposa se trasladó de Requena a Iquitos para postular a la Escuela Normal de Mujeres “Sagrado Corazón de Jesús” donde estudiaban internadas. Ingresó becada. Pero al pasar el examen médico el Dr. Gil le dijo que deberá estudiar como alumna externa porque estaba anémica y necesitaba alimentación especial, no comida de internado. Le indicó además ponerse inyecciones intramusculares dolorosas de Feranin. Cuando la conocí, ya profesional, pesaba 48 kilos con 1.65 m de estatura. Hasta hace 6 años, cuando enfermó de Alzheimer, pesó 48 kilos. Ahora, tal vez, pesa 60 kilos, porque le doy su alimentación en la boca. Y, además, los Alva eran los cahuaypillos de Requena. Es decir, de los más importantes porque eran productores de alimentos que suministraban al Internado de varones, al Internado de mujeres y al Cuartel del Ejército. Pero todos ellos eran de poco comer. Pueden verlo en mi libro digital “Nuestro Amor”. Pero aun así, mi esposa era la única flaca de la familia Alva.

Mi hija menor cuando tenía 15 años tuvo acné. La llevé al Dermatólogo especializado en acné y publicitado en las Páginas Amarillas. Le tomó muestras de los granos para análisis a fin de recetarle el antibiótico más indicado para su caso. Su esposa era Cosmiatra y se encargaba de la “limpieza facial”. Todo en un solo lugar, en San Borja.

Fue él quien me dijo:

  • ¿No ven en la calle muchas colegialas con el cabello todo desteñido? Es por la anemia debido a que no se alimentan. Nada que no pueda subsanar un buen churrasco.

De manera que ya lo saben, solamente una alimentación balanceada evitará la anemia. Tal vez algunos necesitarán algún suplemento alimenticio para completar su dieta, pero nada más.

Pero para que un niño pueda tener una buena alimentación, sus padres deben tener un empleo y es tarea del Gobierno crear las condiciones para que las empresas se desarrollen y puedan contratar personal. El Presidente no está para pasear y recibir homenajes, halagos y adulaciones sino para gobernar, es decir, para poner al país en acción. ¿Nadie se lo ha dicho?

 

118 LAS MARCHINAS DEL CARNAVAL

La fiesta del Carnaval en Iquitos era “la fiesta” por excelencia. Duraba tres días de desenfreno y descontrol bajo el lema

“Carnaval manda y nadie lo demanda”

            Los chicos jugábamos con agua, mojando a cuanta chica pasara por nuestro barrio, con baldes, con globos o con bombas hechas con bambú que lanzaba a 5 metros los chorros de agua.

Las fiestas infantiles se realizaba con “serpentinas”, confeti y talco. Las fiestas de adultos era con serpentinas, confeti, talco y “chisguetes”, que eran unos tubos de vidrio delgado rellenos de éter perfumado que olía bien rico pero los hombres lo lanzaban a las espaldas desnudas de las jóvenes que las hacían tiritar porque el chorro era bien frío y a los hombres les lanzaban a los ojos que les hacían arder pues eran irritantes por lo cual todos los asistentes llevaban antifaces transparentes para proteger sus ojos.

Las serpentinas eran rollitos de papel de colores que se cogían de una punta y se lanzaba al aire tratando de hacerlo llegar al otro extremo del salón, en el camino se desenrollaba y pronto todo el salón de baile estaba lleno de serpentinas. Los confetis eran minúsculos discos de papel de colores, como los que deja un perforador de oficina. Se vendía por bolsas y se echaba sobre la cabeza de las personas. Eran el símbolo de la fiesta del Carnaval. Las serpentinas traían mensajes grabados y parte de la diversión era coger una serpentina y leer ese mensaje y, si resultaba oportuno, lo arrancabas y se lo entregabas a la chica que te gustaba, como un mensaje de amor no pronunciado.

Nunca participé en un baile de Carnaval porque desde los 12 años ya fui músico profesional y me pasaba las fiestas haciendo bailar a la gente y por esa razón no sabía bailar y tuve que aprenderlo tardíamente porque mi amada esposa era bailiterilla desde muy joven.

Las fiestas de Carnaval eran un negocio redondo con la venta de globos, serpentinas, confetis, talcos perfumados, chisguetes y antifaces, amén de cigarros, cerveza y chiclets Adams para besar sin roche. Era también un negocio redondo para nosotros los músicos pues cobrábamos el triple. Los salones se llenaban al tope ya que nadie quería dejar pasar la oportunidad de bailar intensamente y quizás enamorar.

Cuando comenzábamos la “marchina del Carnaval” todos los caballeros salían a la carrera a tomar una pareja pues si una pieza normal dura tres minutos, la marchina podía durar media hora. Se baila como una mezcla de polca y merengue, como marchando y lo mejor es que no tenías que abrazar a tu pareja.

Comenzábamos con la polca de Filomeno Ormeño La canción del Carnaval y el coro era coreado por todos los asistentes

“¡Carnaval, carnaval!

es el grito general;

¡carnaval, carnaval!

de alegría sin igual”.

            Normalmente nadie sube al tabladillo de la orquesta pero en esta oportunidad era imposible evitar a los espontáneos.

De repente uno de la orquesta, no necesariamente el “crooner”, comenzaba a cantar unos versos de alguna canción infantil y todo el público lo coreaba, dando inicio a un verdadero popurrí de la alegría:

“Se va, se va la lancha

Se va con el pescador

En esa lancha que cruza el mar

Se va también mi amor”

 

“Tengo una vaca lechera

No es una vaca cualquiera

Me da leche condensada

Ay que vaca tan salada

Tolón, tolón

Tolón, tolón”.

 

“Ay mama Inés, ay mama Inés

Todos los negros tomamos café.

Ay mama Inés, ay mama Inés

Todos los negros tomamos café”.

 

“Pío pío pío pollo

Pío pío pío pá

Canta canta pajarillo

Que tu cantar me alegra el corazón

Con tu cantar, con tu cantar

Con tu cantar me alegra el corazón.

Con tu cantar, con tu cantar

Con tu cantar me alegra el corazón”.

 

“Mamá yo quiero, mamá yo quiero

Mamá, yo quiero mamá

Una chupeta, una chupeta

Una chupeta pa poderme enamorar.

Mamá, mamá, mamá yo quiero

Mamá yo quiero

Mamá, yo quiero mamá

Una chupeta, una chupeta

Una chupeta pa poderme enamorar”.

 

“Uno, dos y tres

Que paso más chévere, que paso más chévere

Que tiene mi canción.

Uno, dos y tres

Que paso más chévere, que paso más chévere

Que tiene mi canción”.

            Al final se notaba un alivio en el rostro de todos los danzantes por el esfuerzo y la alegría desplegada, como si hubieran realizado la acción más importante de sus vidas. Esto es pues la alegría del Carnaval.

Todo cambió cuando el Presidente Belaunde suprimió los tres días del Carnaval así como muchos otros días feriados, y la vida cambió para siempre.

Las serpentinas, los confetis y los chisguetes

 

 

117 EL DÍA QUE MI SERIE FAVORITA HIZO FALLAR A MI AMADA ESPOSA

Siempre pensamos que mi esposa, quien sufre de Alzheimer, no atiende los programas que ve en la televisión, pero más de una vez nos ha mostrado lo contrario. Pueden revisar el post 22 Las andanzas de mi amada esposa 1.

De hecho nos ha hecho saber que el programa infantil Robin Hood no le gusta y Criminal Mind la perturba y asusta. No las pongo nunca.

Normalmente ella ve programas del canal infantil del cable, pero algunas veces para relajarme un poco me echo a su lado en la cama y veo mi serie favorita: NCIS (Naval Criminal Investigative Service o Servicio de Investigación Criminal Naval).

            NCIS es la principal agencia de investigación del Departamento de la Marina de los Estados Unidos

Esta serie tiene un tema musical que la ponen al iniciar y al terminar el programa. Quizás sea conveniente anotar que el Psicólogo César Peche, vecino de la Quinta, me había recomendado que la hiciera escuchar música clásica, pero a ella ni cuando estaba sana le atraía y ahora que está mal, menos. En cambio la música rítmica si la pone en movimiento.           Cuando podía caminar la llevaba al baño poniendo a todo volumen Radio Q, cuyo tema de fondo siempre es bien rítmico, y nos íbamos bailoteando al ritmo de la cumbia.

Si han visto la serie NCIS entonces conocen el tema musical característico que es rítmico y tiene bastante percusión. Cuando suena la música ella sacude todo su cuerpo en la cama al compás del ritmo. Ahora no se puede mover mucho, pero entonces lo que hace es seguir la música con los dedos índice en punta y haciendo arcos con las dos manos al mismo tiempo y en sentido contrario como si estuviera marcando el compás uno dos, uno dos, uno dos, como el Director dirigiendo a la Banda de Músicos.

Mi esposa, entonces, ve conmigo la serie y cuando aparece la última escena del programa ella levanta las dos manos, lista para empezar la marcha, e inmediatamente comienza la música. El televisor está hacia la derecha de nuestra cama y ella mira la pantalla en esa dirección, pero para  dirigir la Banda mira hacia el frente, en dirección al espejo del tocador y todo el tiempo que suena la marcha ella mueve las manos como si fuera la directora de la marcha.

Pero un día NCIS falló y le hizo fallar a mi esposa: vio la última escena, levantó las manos, los dedos índice en punta, y volteó la mirada hacia el espejo, lista para iniciar el desfile… pero la marcha no sonó. Vi su cara de sorpresa y volteó la vista al televisor como Condorito cuando dice «exijo una explicación». En ese momento empezó la marcha, ella volvió la mirada al espejo y comenzó entonces a dirigir la música con las manos. Es agradable ver la satisfacción en su rostro cuando todo sale bien. Y la música salió bien.

Si no han tenido oportunidad de ver la serie pueden escuchar aquí el tema musical

https://www.youtube.com/watch?v=jRQAF3CLQ84

 

116 ANDREA Y LAS PAPAS FRITAS

El Corral para bebés uno de los equipos del hogar que son ideales para los bebés, están diseñados para el desplazamiento del bebé al momento de querer dar sus primeros pasos y además también para poder mantener al bebé vigilado.

Cuando mi primera nieta Andrea Sofía Canaval Suárez era bebita, cuando aún no podía caminar ni hablar, se hacía entender por señas: estiraba su manita con la palma extendida hacia arriba y abría y cerraba sus deditos, como queriendo que el objeto deseado viniera hacia ella.

Mientras la “muchacha” cocinaba el almuerzo no le quitaba el  ojo a la bebe pues desde su cocina la podía ver bien sentadita en su Corral y la pequeña gateaba de un lado para otro y se sentaba ensimismada. Pero cuando la muchacha freía papas la cosa cambiaba.

El solo olor de la papa frita transformaba a la bebita; se ponía de pie agarrándose de los barrotes del Corral y estirando su manita le pedía, sin voces, una papita frita. La muchacha, sabedora de la debilidad de la pequeña, apenas salía la primera porción de papas fritas, cogía uno y soplando soplando se acercaba y se lo daba.

Con el manjar en la mano Andreíta se iba a un rincón de su Corral, se sentaba y disfrutaba con deleite esa cosa tan rica para ella. Era la época en que su mamá la llamaba Cindy (sin dientes). Apenas terminaba pedía otra que también se lo daba. Solo dos y quedaba satisfecha. Ella podía percibir el olor de las papas fritas hasta a dos cuadras de distancia. Lo pueden comprobar leyendo lo siguiente.

Tenía ya 1 año de edad y en pleno invierno a las 6 de la tarde la saqué a dar una vuelta por la manzana de mi casa en Pueblo Libre en su cochecito, bien protegida con un poncho de polar que le había cosido su abuelita Judith.

El ponchito color beige todos lo celebraban porque era tan grande y decían que le va a durar hasta los 15 años. Ya cumplió 17 y lo sigue usando

Era pues, mi nieta, aficionada a las papas fritas desde que nació y los percibía de lejos con el olfato. No lo comprendí exactamente hasta que pasó esto:

Andando por la calle Andalucía en Pueblo Libre, volteamos por la avenida Bolívar, calle además poco iluminada, apenas habíamos avanzado unos pocos metros y estando a la altura del Majestic ella se puso de pie en su cochecito diciendo – “papash”.

Miré la soledad en la penumbra de la calle y la reconvine – “¿Dónde va a haber papas aquí? No hay nada”. Quizás debo agregar que hace muchos años que he perdido el olfato y voy perdiendo también el oído.

La bebita se sentó en silencio y seguimos avanzando y ya al llegar a la esquina de Sucre pude ver que del restaurante Rockys, que tiene su cocinería en el patio exterior, salía un intenso olor a papas fritas, y ella lo había sentido a casi dos cuadras de distancia.

Muy avergonzado por no haberle hecho caso en su momento, la llevé de vuelta a la casa y le freí sus papas fritas que tanto le gustan. Se lo merecía.

Cuando asistía al Curso Vacacional del Nido Dory Kids, Andreíta le cambiaba su sándwich por las papitas Lay’s de Ricardito, un año menor que ella.

En otro momento, con ocasión de celebrar el Día de la Madre nos reunimos toda la familia y fuimos al Restaurante Roky’s de la Av. Bolívar con Sucre en Pueblo Libre, entonces era un restaurante de pollos a la brasa emblemático en nuestro distrito, y  muy concurrido, y más aún en esta ocasión.

Mis yernos Jorge y Juan hicieron el pedido y, sabedores de la afición de Andreíta por las papas fritas, le dijeron al maitre que primero que todo trajera una porción de papas fritas, pues la niña, entonces de 3 años, se ponía impaciente muy pronto.

A pesar de asegurar el maitre que había entendido la indicación, no trajeron nada, y menos aún, las dichosas papas.

Al cabo de un rato Andreíta de golpe se puso de pie en su sillita alta y dijo en tono autoritario – “¡Vamosh!” – Todos la miramos sorprendidos y ella encogiéndose de hombros agregó – “¡No taen papash!”.

El tío Juan la llevó a la piscina de pelotas para que se distrajera un poco y se olvidara por un momento del asunto de las papas fritas.

Cuando mi nieta tenía doce años puso en su cuenta de Facebook – “Bárbara se comió mi chocolate”.

Una amiga de ella y también amiga de su Facebook,  quien, por lo visto, la conoce bien, escribió – “Sólo falta que se coma tus papas fritas y muere”.

Seguro estoy que la conoce muy bien, tan bien como la conocemos nosotros.

Las papas fritas