104 LOS SANTOS

Los santos son hombres o mujeres destacados en las tradiciones religiosas por sus atribuidas relaciones especiales con Dios o por una particular elevación ética. Son el modelo operativo estándar para los seres humanos.

Fuente

Wikipedia la enciclopedia libre

En realidad, una persona que pertenece a una comunidad religiosa debe mantenerse o, por lo menos, tratar de mantenerse en Estado de Gracia espiritual.

Uno pensaría que las personas que se encuentran en un trance de santidad deberían por lo menos ser honrados. Pero la realidad algunas veces nos golpea en la cara y nos sentimos anonadados.

En mi primer “Encuentro” del EPCA, Encuentro de Promoción Cristiana de Adultos de nuestra Parroquia nos entregaron un librito Guía del Cristiano Católico, donde estaba toda la programación ordenada para cada día de las oraciones y los alimentos. Lo apreciaba mucho porque durante el retiro pedí a todos los integrantes de mi Decuria que escriban su nombre en la página destinada para ello, y así tendría un recuerdo de puño y letra guardado para siempre.

Luego del Encuentro teníamos nuestra reunión semanal de la Comunidad los días miércoles a las 8:00 pm en un salón del Colegio Agustiniano. Todos teníamos que asistir con la Guía en la mano. Un día lo dejé olvidado en la carpeta, pero no me inquieté. Me dije a mi mismo que es un Colegio Católico donde lo mínimo que deben enseñar a sus alumnos es a decir la verdad, no tomar lo que no es suyo y devolver lo que encuentren en las carpetas, habida cuenta de que todos sabían que otro grupo de personas ocupábamos las aulas. Pero nunca más volví a ver mi cartilla tan apreciada por su valor intrínseco.

La verdad es que todas las personas tenemos la obligación moral de portarnos bien con las demás personas y con las cosas de los demás: Decir siempre la verdad, no tomar las cosas ajenas, respetar siempre a nuestros mayores y nunca rechazar a los migrantes ni a los desvalidos.

En mi Segundo Encuentro, en el que nosotros dábamos el retiro y en un grupo en el que todos éramos veteranos  y en Estado de Gracia obligatorio. Me robaron mi carrete nuevo de hilo dental.

El hilo dental Johnson cuesta 8 soles. El primero lo puse en el botiquín del baño de mi casa y cuando no lo encontré mi esposa me dijo que era una cajita de plástico vacío y lo botó a la basura. El segundo lo puse sobre mi velador pero la señora que viene a limpiar me dijo que creía que no valía y lo botó. El tercero lo puse directamente en mi maletín para ir al Encuentro.

En el primer día lo llevé al baño para limpiarme los dientes y regresé a mi habitación dejando el hilo dental en el baño. Me di cuenta y corrí al baño pero todas las personas, santas, dijeron no haberlo visto o cogido. Qué triste.

Mi hija Charito hizo su Confirmación en nuestra Parroquia Santa María Magdalena y luego del cual se enroló en la Comunidad Luz y Vida como Catequista. Un domingo cuando salían de su Catequesis, en la aglomeración que se forma, le robaron su celular del interior de su cartera.

Una vez, cuando yo trabajaba en le Cervecería Backus le conseguí 4 cajas de Guaraná gratis como colaboración para su Comunidad. Las llevé en mi camioneta y vi con pena que ningún varón de su grupo se acomidió a ayudarla a ingresar las pesadas cajas. Charito las tuvo que ingresar ella sola.

Cuando mi hermana menor Mónica iba a ser trasplantada necesitábamos donadores de sangre. Charito, me dijo, confiada, que en su comunidad hay bastantes hombres y no sería problema conseguir la sangre. Nadie aceptó sacrificarse. Qué tales hombres, y santos además.

Mi hija Charito, cuando volvió de su viaje a Estados Unidos, le regaló a mi nieta Andrea Canaval un frasquito decorativo de gel desinfectante que aquí costaba 6 dólares pero en USA los compras a un dólar. Andrea lo tenía colgado en el exterior de su mochila cuando iba a su Colegio San José de Cluny, Colegio religioso. En un descuido en el patio se lo robaron. Charito le regaló otro y éste lo guardó dentro de su mochila. Apenas se descuidó en el patio se lo robaron del interior de su mochila.

Supimos que en un convento en Chosica una monja joven y muy apreciada por sus dotes cristianas fue envenenada por su compañera porque le daba envidia que fuera tan querida.

Hasta en el Vaticano se tejieron historias acerca de la sospechosa muerte del papa Juan Pablo I, apenas 33 días de pontificado.

Cuando ocurren estas cosas recuerdo los versos de una Tradición de don Ricardo Palma

“Cosas tiene el rey cristiano

que parecen de pagano”

Quizás no deberíamos perder de vista la Biblia «Al que se le ha dado mucho, se le exigirá mucho; y cuanto más se le haya confiado, tanto más se le pedirá cuentas.» Lucas 12, 48

Los santos

 

103 LAS ANDANZAS DE MI AMADA ESPOSA 6

Cuando le comenzó el Mal de Alzheimer a mi esposa, decidimos que no debía salir sola ni quedarse sola en la casa.

Podía caminar muy bien aunque sin orientación. Un día la llevé al Hospital Ancije, Centro médico de Essalud para maestros jubilados, pues yo tenía cita con el Reumatólogo.

Ella se aburría muy pronto, una característica de esta enfermedad, y, mientras yo esperaba que me llamen, ella se levantó y se fue hacia la salida. La observaba con toda atención, que no fuera a salir a la calle, para traerla de vuelta.

Vi que se puso en la cola del Módulo de Citas. “Bueno – pensé – no le puede pasar nada malo allí”.

Módulo de citas

Al rato vino y me dijo

  • Dicen que tengo que llevar mi DNI.

Estaba sorprendido, totalmente sorprendido, pero le entregué su DNI y ella regresó al módulo.

Vino a aparecer con una cita impresa, me entregó la cita y su documento de identidad y se sentó a mi lado, ya tranquila y satisfecha. Nunca he dejado de sorprenderme con ella.

Era una cita para Geriatría con la doctora Ana Cecilia del Pilar Rojas Berrospi.

  • Bebe, ¿Qué fuiste a decir para que te den esta cita?
  • Qué habré ido a decir – me dijo sonriente

Es una expresión típica y característica de la mujer loretana. También yo sonreí, feliz por tenerla a ella.

Cuando llegó la fecha la llevé a su cita, la cita que ella misma consiguió sin saber cómo, fue atendida con mucha atención y bastante cariño e hicieron buenas migas de inmediato.

La doctora Ana Cecilia del Pilar Eojas Berrospi

Es reconfortante que un profesional sea atento, cariñoso e interesado en la persona y no solamente en el mal, y la doctora Ana Cecilia del Pilar era esa persona que todos deseamos tener para atender a nuestra persona amada.

Siento mucha gratitud por esta doctora que supo ganarse nuestro corazón.

Que El Señor la bendiga siempre.

 

102 LA FELICIDAD

Mi amigo Carlos Vildoso solía decirnos que “algunos creen que la felicidad es como un nirvana, que una vez que llegas ahí ya estás feliz para siempre. Pero eso no es verdad, la felicidad nunca es un estado permanente”.

Carlos Vildoso es Psicólogo de Profesión y docente universitario, y era el Supervisor Zonal del Programa de Cooperación Popular Universitaria, y gracias a él pude participar en este programa en 1966 en la ciudad de Mushoc, al pie del Huascarán, como jefe del Grupo Polivalente.

En mi opinión la felicidad consiste en la búsqueda constante de esos momentos que nos hacen sentir que todo nos ha sonreído y estamos listos para emprender una nueva búsqueda.

El nirvana que mencionó Carlos se refiere a filosofías y religiones orientales. En el mundo occidental los conceptos de felicidad son diferentes y hay diversidad de criterios. Y hasta la religión cristiana tiene una opinión cuando funda la base de la felicidad en el ser, no en el tener: «Felices los que tienen alma de pobres, porque de ellos será el Reino de los cielos» Mateo 5, 3.

Y hasta William Shakespeare tiene una opinión clara sobre este asunto cuando le hace decir a Hamlet “To be or not to be, that is the question”. Y es cierto, si no eres no puedes estar y menos tener.

La felicidad, como es un estado emocional y autopercibido, es un estado subjetivo que, sin embargo, puede analizarse mediante procedimientos objetivos. Algunas disciplinas lo han estudiado complementando sus criterios: La Filosofía nos habla de su concepto y realidad, la Psicología trata de establecer los factores interiores que la persona puede controlar para alcanzar ese especial estado de ánimo, la Sociología nos ayuda a determinar qué factores sociales marcan los objetivos que el sujeto se ha fijado como meta para alcanzar estados de felicidad, y la Antropología nos enseña cómo distintas culturas han creado reglas distintas para alcanzar este estado en particular.

Entre los filósofos griegos había diversidad de criterios acerca de la felicidad: para Aristóteles, ser feliz es ser humano en el más completo sentido de la palabra, mientras Epicuro se pregunta qué es lo que mueve al ser humano a obrar porque la felicidad estará en conseguirlo, y esa meta es el placer.

Algunos Psicólogos piensan que la felicidad está en autoconseguirlo sin tomar en cuenta a lo demás. Esto me parece un error.

La imagen de la felicidad

Si estás casado tu felicidad vendrá de ambos. Tú le harás feliz y ella te hará feliz. No puedes ni siquiera pensar que puedes ser feliz sin considerarlo a esa otra persona: Al casarte lo aceptaste como parte de ti y juntos son uno sólo así tengan distintos criterios sobre las cosas y, lo más probable, es que esos distintos criterios los hayan unido para llegar al matrimonio y sin darse cuenta han llegado a uniformizarlos acomodándose el uno a la otra. Y esto es definitivamente la Felicidad.

El amor y la felicidad no se publican

Que tengan un bendecido y feliz día.

La felicidad No se publica

La felicidad

 

 

101 LA EDUCACIÓN

Desde que era un niño, allá en la lejana Iquitos, supe de la necesidad de la Educación.

Mi padre, don Pedro Suárez Soto, me contaba siempre que a pesar de sus “acciones de armas” sacrificadas y exitosas, era Sargento Primero en el Ejército, no lo ascendieron al cargo que le correspondía.

Debían ascenderlo a Subteniente Efectivo (Oficial del Ejército) pero ascendieron a un Miró Quesada que tenía Quinto de Media y había estudiado en la Escuela de Clases del Ejército en Lima.

A él, a pesar de ser un Clase sobresaliente, con “acciones de armas distinguidas” con Colombia en 1933 y con Ecuador en 1941, lo “ascendieron” a Subteniente de Reserva por lo cual se dio de baja. Le dio mucha cólera.

El cargo de Subteniente de Reserva devino después en Instructor Premilitar. Tenía razón mi padre para no haber aceptado.

Y siempre recalcaba que fue “por no tener educación”.

Se convirtió entonces en un apóstol de la Educación. Quería que todos sus hijos, 7 en total, tuviéramos Educación para que no nos pase lo que a él.

Lamentablemente fui el único aprovechado de sus esfuerzos y él estaba siempre orgulloso de haber logrado graduarme de Ingeniero Químico.

En la familia de mi esposa, María Judith Alva Rivera, todos fueron aprovechados estudiantes: ella y otras dos hermanas son Profesoras, una hermana Contadora, un hermano Cirujano Dentista y un hermano Ingeniero Agrónomo.

Entonces nuestra principal preocupación fue dar la mejor Educación a nuestras hijas y nos sentimos orgullosos de haberlo logrado: dos hijas graduadas en la Pontificia Universidad Católica, Claudia Inés, Diseñadora Gráfica, y Rocío del Pilar, Psicóloga Organizacional, y Luisa Iliana, Cirujano Dentista graduada en la Universidad Peruana “Cayetano Heredia”.

Conocíamos de cerca la Universidad Nacional Agraria “La Molina”, de manera que ofrecí a mi sobrina Ludomila Suárez pagarle sus estudios en la UNA, pero ella lo rechazó. A mis hijas les dijo “De ahí no más viene la responsabilidad”. Nunca supe qué quiso decir.

Universidad Nacional Agraria «La Molina»

Buscaba siempre en el diario posibilidades educativas, sobre todo gratis. Conseguí informes y recortes de la Escuela de Enfermeras del Ejército, que se había vuelto a abrir. Es gratis. Fui a ver a mi hermano Raúl para hablar con sus hijos, pero no quisieron. Mónica me dijo “No me gusta ser Enfermera”.

Cuando se creó el Instituto de Educación Superior Tecnológico de la Policía, recorté el periódico y volví a la casa de mi hermano Raúl. Tampoco aceptaron.

De regreso a mi casa, estaba de visita Alicia Amaya, y les conté lo que ocurrió, que no les interesó a ninguno de los cuatro. Si son varias profesiones y la postulación y los estudios son gratis. Alicia me dijo que a ella si le interesaba para su hijo Rafael. Le di el recorte y el lunes siguiente fueron a la Escuela para inscribir a Rafael Cueva Amaya.

Tres años después egresó como Tecnólogo Electrónico y estuvimos en su Graduación. Rafael se casó con su compañera de estudios y colega Odallys Jimena Estela Rodríguez. Él trabaja en una mina y ella en Essalud.

Instituto de Educación Superior Tecnológico de la Policía

Podemos decir, entonces, que lo intentamos, quisimos cumplir el sueño de  nuestros padres y de nosotros mismos y, en gran medida, lo hemos logrado.

Felices quienes supieron aprovechar la oportunidad de estudiar una Carrera y conseguir así mejores oportunidades en la vida.

100 EL NOMBRE DE MIS HIJAS

Siempre he pensado que el nombre de una persona puede significar la fortuna y el orgullo para esa persona.

Los padres buscamos un nombre que suene bonito junto a su apellido. Algunos padres no. O se rigen por el Santoral o como homenaje y recuerdo de un antepasado ilustre que hizo grandes cosas, y aun cuando solamente tuvo ese nombre y nada más.

Alguna vez leí que una persona explicaba en la televisión que los ricos y acomodados ponen a sus hijos nombres de Conquistadores, Francisco, Hernán, Pedro, etc., pero las personan comunes ponen a sus hijos nombre más bien extranjeros, como Piter, Llimmy, James (pronunciado como está escrito).

Ahora, definitivamente, como se sabe el sexo del bebé de manera anticipada, los padres tienen 4 o 5 meses para conversar y ponerse de acuerdo sobre el nombre de su hijo. Algunos, inclusive, hacen una encuesta entre familiares y amigos para que decidan su favorito entre una lista preparada por ellos.

Pero en mis tiempos, te enterabas del sexo de tu hijo cuando nacía, y no importaba si habías comprado una pelota de fútbol deseando que fuera varón y te nacía una mujercita, que a la postre resultaba ser como el premio mayor de la lotería.

Tu esposa dormida luego de la operación cesárea, no estaba en condiciones de ponerse a pensar en qué nombre ponerle a la bebé inesperada, más cuando se debe registrar un nombre en los documentos del recién nacido.

Es el nombre que va a llevar por siempre, aunque sé de algunos que se cambiaron judicialmente su nombre y hasta su apellido.

Toda la responsabilidad entonces para dotar de un nombre a tu bebé recae en el padre.

Por ello me llamó mucho la atención cuando mi ahijada Rosario Alcalá me gritó “machista” cuando le dije que yo había puesto nombre a mis hijas.

Aunque deseaba un hijo varón, nos enteramos una semana antes del parto que serían dos, de manera que esperábamos dos varones o por lo menos un varón y una mujercita, pero ante tal incertidumbre, nunca conversamos acerca de sus nombres.

Luego de 18 horas de trabajo de parto, las mellicitas nacieron por cesárea en la Clínica Marín de Iquitos, atendidas por el doctor Ángel Achával Silva (ginecólogo) y el doctor César Garayar García (pediatra).

Estaba de moda en el cine los nombres sonoros y consonados cuando se trataba de mellizas, como  Pili y Mili.

Busqué para ellas nombres cuyas siglas pudieran sonar bonito al agregarles SA, nuestros apellidos Suárez y Alva.

La primera fue Luisa Iliana Suárez Alva (LISA) y la segunda Claudia Inés Suárez Alva (CISA), de modo que mis hijas fueron Lisa y Cisa y así las llamábamos.

Mi esposa me comentó que una colega profesora le había dicho

  • Has puesto a tus hijitas nombres reales (de la realeza)

Lo cual ella me lo dijo llena de orgullo.

En el caso de nuestra tercera hija “jugábamos a ganador” que sería varón. El doctor Luis Muñante de la Clínica San Felipe de Jesús María nos aseguraba que dada la cantidad de pulsaciones, de todas maneras sería varón. Nació mujercita.

Mi esposa María Judith tuvo un hermano que era su “coteja”, solo le llevaba dos años, andaban todo el tiempo juntos y se querían mucho. Murió en la tragedia del Estadio Nacional el 24 de mayo de 1964, cirujano dentista recién graduado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Su nombre, Noé Segundo Alva Rivera.

Como un homenaje al amor que se tenían decidimos ponerle a nuestro “varón” el nombre de Jorge Noé y las mellicitas estaban encantadas con el nombre y todos esperábamos la llegada de Jorge Noé. Las mayores aún recuerdan este nombre.

Pero quien nació fue Charito. Me quedé anonadado cuando el doctor me dijo nació mujercita.

No teníamos preparado ningún nombre de mujercita – ¿Y ahora, qué hago” – debo registrar un nombre. La mamá dormida luego de la operación cesárea. Estaba sólo.

Siempre me había gustado el nombre Rocío del Pilar, señorial y claramente en referencia a la Virgen del Pilar, catedral de España. Entré a la oficina y le pregunté a la señorita secretaria

  • ¿Qué nombre te gustaría para una mujercita?
  • Si yo tuviera una hija mujer le pondría Rocío del Pilar

Lo consideré una señal que viene de lo alto y registré a nuestra bebé como Rocío del Pilar Suárez Alva.

El problema fue al llegar a la casa y decirle a las mellizas el nombre que le había puesto. Se molestaron mucho.

  • ¿Por qué? ¿Cómo le vamos a llamar?
  • Charito

Todos saben que a las Rocío no se les dice Charito sino Chío, pero lo dije al tuntún y para salirme del paso, con el agregado que ella se quedó para siempre con el apelativo Charito.

Mi ahijada Rosario Alcalá debe comprender que si un hombre pone nombres a sus hijas es porque su esposa lo permite, puesto que el amor es así.

 

99 CONSTANTINO SULLCACCORI LAURA

En el año de 1962 llegamos a la gran Lima con mi papá, don Pedro Suárez Soto, excombatiente en las Campañas de 1933 contra Colombia y de 1941 contra Ecuador, devenido  en ese entonces en Empleado civil del Ministerio de Guerra (Ejército).

Va este preámbulo porque nuestro viaje fue en “Apoyo Aéreo”, lo cual quiere decir que volamos gratis en un avión de la Fuerza Aérea del Perú y en aquel entonces la FAP asignaba cupos a los funcionarios y tenían que solicitar y esperar que les toque su fecha de vuelo, con las maletas listas. Se sabe que algunas veces los viajantes fueron desembarcados porque un “alto jefe tenía que viajar urgentemente a Lima”.

Llegamos a la casa de mi tía Ángela Pino Chávez, hermana de mi mamá, María Luisa Sandoval Chávez. Quedaba en la calle Cochrane 240 en el Callao. Luego de conocer a mi abuelita Luisa Sandoval nos dedicamos a visitar y conocer a la familia de mi papá, muy numerosa.

El punto de encuentro fue siempre la casa del tío Faustino Suárez Soto, hermano de  mi padre, y su esposa, mi tía, Martha Moreano Barrientos. Eran muy amables y generosos y todos los familiares que venían de su tierra llegaban primero a la  casa de ellos. Venían de Mamara, Provincia de Grau, Departamento de Apurímac.

Siempre que llegaba a Lima iba a visitar a la tía Martha. Allí conocí a mi prima hermana Julia Huillca Suárez, una joven bonachona, risueña que te abrazaba muy fuerte.

Supe después que se había casado con Constantino Sullcaccori Laura. Lo conoció cuando él estaba en el Servicio Militar y al licenciarse se casaron. Me dijeron que trabajaban en Radio Central, en el jirón De la Unión, como guardianes y allí tenían un minidepartamento muy cómodo. Fui a visitarlos y conocí al primo Constantino, un hombre joven muy amable y bien amigable. Justo ese día estaban actuando “Los Caporales”, un dúo de cómicos chilenos y me invitó a ver el espectáculo. El salón estaba lleno.

Cuando terminó el show pude observar que estaban probando la grabación que se había realizado del espectáculo. Algunos días después salió a la venta el long play con esa grabación, con los aplausos genuinos.

Constantino me mostró un recorte de El Comercio que lo tenía enmarcado: allí se informaba de un accidente doméstico, Constantino manipulando su escopeta de balines con presión de aire, le había disparado en el pie a Julia. Todo no pasó de un susto y no hubo consecuencias.

Años después construyeron su casa propia en Zárate y él trabajaba como vigilante en una empresa. Junto con Antonio, hermano de Julia y Macario Enríquez esposo de Vidalina, hermana de Julia, salimos varias veces de juerga. Éramos un buen equipo de fiesteros.

Constantino se desplazaba en su bicicleta para llegar a su trabajo y una noche un ómnibus lo atropelló. Cayó hacia atrás de cabeza y se murió.

El “parte policial” decía que “el conductor del vehículo B (bicicleta) chocó al vehículo A (ómnibus)”. Es decir que el ciclista es el responsable del accidente. Y es que siempre ha habido policías indolentes.

Mi prima Julia me llamó para que la ayude con este problema, y era muy grande: El gerente de la empresa de transporte se había ofrecido a sufragar todos los gastos que demande el sepelio, pero la funeraria se negaba a enterrarlo si antes no le cancelaban el total acordado para un entierro de primera.

El gerente decía que no se opone a pagar todo pero primero teníamos que firmar un contrato en el que renunciábamos a realizar cualquier acción judicial o a reclamar indemnización civil.

Todos los familiares y conocidos presentes clamaban por el juicio para demandar a la empresa y que se hipoteque la casa para pagar los gastos. Menudo problema.

Me gané la crítica de todos ellos.

Busqué en las Páginas Amarillas y encontré un estudio de abogados cercano. Su consejo no podía ser más desalentador: Un juicio puede durar años y no hay nada que te garantice que puedas ganarlo. Peor  con ese parte policial culpando a Constantino del accidente. Y va a costar mucho dinero que nadie te va a resarcir. Admiré la sinceridad del doctor, era un abogado de verdad, enteramente honesto.

De regreso a la casa le expliqué a Julia la situación: es mejor firmar el contrato y logar que Constantino se entierre como exigía la empresa. La grita de los oyentes no se hizo esperar: ¡Al juicio!, ¡Al juicio!, ¡Que se hipoteque!, ¡Que se hipoteque!

Le dije a Julia

  • Hipotecar es pedir plata al banco poniendo de garantía tu casa y al banco le tienes que pagar, sino pagas te quitan la casa. ¿De dónde vas a pagar? Los que están aquí gritando no te van a dar ni un centavo. Lo mejor es firmar el contrato y conservar la casa para tus hijos.
  • Hagamos, pues, cómo tú estás diciendo hermano, tú entiendes mejor que yo estas cosas.

Julia es analfabeta y solamente puede poner una cruz en vez de firma y yo tuve que firmar al lado de su cruz para dar validez al contrato. Apenas se firmó el contrato, el gerente le dio el cheque a la funeraria y procedimos al sepelio, y así Constantino pudo descansar en paz.

El tío Domingo Quintanilla Soto me dijo que su apellido es quechua y quiere decir Sullca (el que busca) Ccori (oro). El que busca oro; y lo encontró en su familia.

Años después Ruth Sullcaccori Huillca, la hija mayor de Julia vino a mi casa para pedirnos que fuéramos sus padrinos de matrimonio. Era profesora y se había graduado en la Universidad Garcilazo. Me dijo que su mamá le había contado cómo yo había preservado su casa y estaban muy agradecidos.

Hermano Constantino Sullcaccori Laura, tienes una digna hija. Dios te bendiga y a nosotros también.