68 POLLADA PRO DAMNIFICADOS DEL NORTE

Recibí la invitación de mi hermano Pedro (QEPD) para asistir a una Pollada Bailable que estaba organizando. La tarjeta decía

Pollada Bailable Pro Damnificados del Norte

            Asistimos toda la familia. Mi esposa y mis hijas saben el aprecio que siempre he tenido a mi hermano. Disfrutamos el plato que estaba en verdad delicioso, acompañado con su buena cerveza helada. Todo el mundo sabe que la verdadera ganancia está, precisamente, en la venta de cerveza y gaseosa.

Realmente un buen momento para relajarnos de nuestras actividades cotidianas a fin de reintegrarnos con renovados bríos.

Era el año de 1983 y todos recuerdan que el Fenómeno del Niño asoló a la Región del Norte, principalmente Piura, y por los daños causados se denominó a toda esta población como “Los Damnificados del Norte”.

Muchas instituciones humanitarias participaron en su ayuda así como todos los canales de televisión. Inclusive hubo particulares que organizaron eventos para ayudarlos.

Por ello no me extrañó que mi hermano haya organizado esta pollada y participamos de inmediato. No me esperaba lo que sigue.

Pregunté a Pedro

  • ¿Cuándo piensas enviar la plata al Norte?
  • ¿Al Norte, para qué?
  • No estás, pues, haciendo este evento para enviarles ayuda?
  • No, para mí es
  • Cómo para ti, en la tarjeta dice Pro Damnificados del Norte.
  • Sí, pero todo el mundo lo hace así. Todos hacen polladas con esas tarjetas, pero es para ellos mismos, no para enviar a nadie.
  • Ten cuidado, no vaya a ser que tengas problemas. Mejor sería que digas que es Pro Bolsillo y no otra cosa.
  • Está bien, no volveré a hacerlo

Es bueno recordar que esa vez de todas partes del mundo les llegó ayuda porque su problema fue bien grande y ocasionó muchos estragos y para muchos de nosotros fue la primera vez que vimos una cosa semejante.

 

67 EL TRABAJO

Un muchacho termina el colegio y no quiere estudiar nada. Así que se lo dice a su padre y éste le amenaza:

  • ¿Ah? ¿No quieres estudiar? Bueno, pues yo no mantengo vagos, así que vas a trabajar. ¿Me oíste? Vas a trabajar.

El padre, que es un político con mucho dinero y con amigos muy influyentes, trata de conseguirle un empleo, habla con uno de los compañeros de su partido y le dice:

  • Rodríguez, ¿Te acuerdas de mi hijo? Bueno, pues terminó el colegio y no quiere estudiar más. Si puedes, necesitaría que le consigas un puesto para que empiece a trabajar y no esté por ahí haciendo el vago ¿me entiendes?

A los tres días llama Rodríguez:

  • Toño, ya tengo el trabajo para tu hijo. Asesor del Presidente. Unos 15,000 soles al mes ¿Qué bien, verdad?
  • No, no Rodríguez, ¡Es una locura! Tiene que comenzar desde abajo, además con mucho dinero se va a echar a perder.

A los dos días llama de nuevo Rodríguez:

  • Toño, ya lo tengo. Le conseguí un cargo de Asistente Privado de un Diputado. El sueldo es más modesto, 7,000 soles al mes.
  • ¡No, Rodríguez!, ¡Acaba de terminar el colegio! No quiero que la vida se le haga tan fácil de entrada. Quiero que sienta la necesidad de volver a estudiar, ¿Me entiendes?

Al otro día:

  • Toño, ahora sí ya está. Le conseguí el puesto de Jefe de Compras en el Ministerio de Comunicaciones, claro que el sueldo es bien bajo. Serán 2,500 soles mensuales nada más
  • Pero Rodríguez, ¡por favor! Consígueme algo más modesto. Está empezando…algo de unos 700 soles.
  • No, eso es imposible, Toño
  • ¿Por qué?
  • Porque esos cargos son por Concurso. Necesita: currículum, inglés, título universitario, haber hecho por lo menos una maestría o un post-grado en el extranjero…disponibilidad de horario y, por supuesto, experiencia previa. Ya lo sabes Toño. Trabajos así no se consiguen tan fácil.

El trabajo

66 PRECISIÓN Y EXACTITUD

El Jefe de Laboratorio de la Cervecería Backus, Hernán Villavisencio me llamó a su oficina para hacerme una “consulta”. Era sabido que leía bastante y que además tenía una memoria muy grande y podía recordar muchas cosas, por lo que era muy común el preguntarme por diferentes asuntos que requerían una ayuda inmediata. Estaba con el Segundo Jefe José Bettocchi y la pregunta era un tanto salida de los temas comunes.

  • Ingeniero Suárez, tenemos una serie de datos dispersos de una investigación que hicimos, ¿Cómo podemos escribirlo en un informe, qué términos podemos emplear?

Los miré y luego comencé a hablar

  • Cuando estaba en el Ejército…
  • ¿Qué tiene que ver el Ejército en esto? – interrumpió el Jefe

Sin hacerle caso continué hablando

  • Decía, que en el Ejército, en las prácticas de tiro, habían soldados que disparaban sus 10 tiros y las balas salían desperdigadas. Si eres un buen tirador pero el fusil no está calibrado, las balas quedan juntas pero no en el “blanco”. Si usas una “mosca”, que es un disco rojo de 5 cm de diámetro, y apuntas a la mosca, entonces los 10 tiros dan el blanco. En el primer caso se dice, en el Ejército, que “no hay agrupamiento”, en el segundo caso hay agrupamiento, es decir, que en el primer caso no hay precisión, en el segundo caso hay precisión pero no exactitud y en el tercer caso, obviamente, hay precisión y exactitud.

El tiro al blanco

  • Esas son las palabras que estábamos buscando, precisión y exactitud. Si recuerdo nuestras prácticas de tiro en el colegio y también usábamos la mosca.
  • Esos mismos términos y por los mismos motivos se usan en estadística y eso es lo que ustedes están haciendo.
  • Sí, ¿Ya ves Bettocchi? Te decía que el Ingeniero Suárez podía darnos una “luz” en nuestro asunto

La verdad era que les daba luz a cada rato y a todos, hubo alguno que decía de mí que era una enciclopedia andante, hubo otro que, tratando de halagarme, decía que era “Vargas Llosa”, personaje a quien yo, precisamente, no aprecio.

65 COMPADRITO TENEMOS QUE VOTAR POR ESTE CANDIDATO

Siempre me sorprende cómo algunas personas que jamás se interesaron por la política, por las cosas que ocurren en el país o por quienes nos están gobernando, y de repente te salen “recomendando” a tal cual candidato, como la mejor opción, con aires de saberlo todo.

Cuando estuvieron en la universidad se dedicaban o a estudiar o a hacer vida “social”, pero jamás participaron en los debates o en las luchas estudiantiles afines a tal o cual partido. Que todos los partidos políticos tienen grupos entre los estudiantes es algo que todo el mundo lo sabe, y también sabemos que tratan de enmascararlos con nombres rimbombantes pero que todo el mundo sabe de qué pie cojean. Mientras más extremista es el partido político, más usan el tan manoseado término “democrático”.

O también ocurre que ni siquiera estuvieron en una universidad.

Si no has estado en la universidad no tienes manera de conocer de cerca la política, a menos que seas o aprista o comunista, pues estos partidos políticos forman cuadros desde la niñez, como los chapistas, los japistas o la juventud comunista. A ellos los ves que aun siendo niños dan largos y encendidos discursos en el “día del trabajo” o en el sepelio de algún “mártir”.

Pero mi comadre Elizabeth nunca estuvo en una universidad y nunca se interesó en la política, pero ello no fue óbice para soltarme de repente este reclamo urgente.

Teníamos una celebración familiar en el Club Sporting Cristal, propiedad de la Cervecería Backus y estábamos todos los trabajadores y sus familiares en la fiesta navideña.

Ni bien se bajó de su auto mi comadre corrió hacia mí y me dijo, como si fuera la verdad más importante de su vida, como apóstol de la democracia

  • Tenemos que votar por Pérez de Cuellar, compadrito, es el mejor candidato, ha sido Secretario General de la ONU. No hay otro mejor candidato que él para presidente de nuestro Perú

Era, pues, evidente, que mi comadre no ha conocido la política de nuestro país ni siquiera por el forro de sus botones.

Ha habido, en nuestro país, negros períodos en nuestra historia republicana, y uno de los más oscuros fue el de los 12 años de dictadura militar, 7 con el general Velazco Alvarado y 5 con el general Morales Bermúdez.

Velazco Alvarado derrocó al presidente Belaunde el 03 de octubre de 1968  y lo deportó a la Argentina, luego Belaunde fue a vivir en Estados Unidos. El miembro más importante del partido de Belaunde, Acción Popular, era Luis Alva Orlandini, diputado y ministro. El 01 de junio de 1974 fue detenido y deportado a la Argentina. Luego de bochornosos espectáculos en el aeropuerto tratando de evitar la deportación, fue conducido en carro a la frontera.

Cuentan que en Estados Unidos el señor Pérez de Cuellar le invitaba a Belaunde dulces tradicionales peruanos que le preparaba su esposa.

Dicen también que en mérito de esta “gentileza”, cuando Belaunde fue nuevamente elegido Presidente del Perú, lo nombró Embajador en Brasil.

Pero ocurre que, de acuerdo a la Constitución de entonces, los embajadores deben ser aprobados por el Congreso de la República. La negativa a tal nombramiento se denomina “Balotear”. Alva Orlandini era el Presidente del Congreso, Cámara de Diputados y Cámara de Senadores, y tenía un odio terrible a todos los civiles que se sumaron al carro de la dictadura militar que los deportó fuera del país a Belaunde, Alva Orlandini y a muchos más, incluidos estudiantes universitarios. Entre estos civiles el más conspicuo era Javier Pérez de Cuellar, quien se había encargado de la toma de mando de la cúpula militar. Lógicamente el Congreso lo baloteó.

Desesperado, el presidente Belaunde lo nombró entonces Embajador en la Naciones Unidas, pues para ello no se necesita la aprobación del Congreso. De esta manera Pérez de Cuellar fue elegido Secretario General de la ONU. Y fue, también, reelegido, según la tradición. Pero en el país mucha gente tiene memoria y no olvida a quienes dañaron su historia.

De manera que mi comadre Elizabeth alababa a alguien de quien no sabía realmente nada y pregonaba su blancura inmaculada como el mejor candidato.

Naturalmente, el “mejor candidato”, no ganó.

Después el candidato anunció que se retiraba a vivir en Suiza, deseo que no se cumplió porque Suiza le negó la visa de residencia y se fue entonces a vivir en Paris.

64 EL MANTENIMIENTO DE MI AUTO

Hace algunos años tenía un auto maravilloso, un auto Station Wagon Datsun Modelo Ejecutivo que lo había comprado en la Planta Autodelta de Surquillo, o sea fui su único dueño. La siguiente persona que lo manejó fue mi hija Charito quien hizo sus pininos en esta móvil.

Lo cuidaba como al elemento más preciado de nuestra familia, que nunca nos dejó botado y se adaptaba a todas las circunstancias: Recorrimos el Perú en nuestro auto maravilloso, La Oroya, Huancayo, Chimbote, Trujillo, Huaraz, Callejón de Huaylas, Ica, Pisco, Nazca, Arequipa, etc.

Pero, como corresponde, lo limpiaba y cuidaba su mantenimiento con esmero. Nunca fue necesario hacerle “bajada de motor” pues era un carro eterno.

En el Hotel Accolla en el distrito de El Tambo, Huancayo

A pesar de esto no tenía un “lugar” apropiado para hacerle el mantenimiento; En Autodelta el mantenimiento me salía demasiado caro y a Maquinarias nunca fui porque me habían hecho el “avión” cuando buscaba comprar mi carro. Eran tiempos difíciles.

En cierta oportunidad, que tuve necesidad de conseguir bujías pues se había producido una escasez en todo Lima, recordé haber visto una tienda de autopartes en  General Varela en Breña, cercana a la Comisaría. No tenían bujías pero me dijeron que en el taller que estaba al lado sí tenían.

En este taller nuevo, toda una Planta de Mantenimiento Mecánico, solicité bujías y me ofrecieron “ponerlas” ellos si contrataba el mantenimiento. Me dijeron que tenían que cambiar la empaquetadura de culata porque está mal. Total, un mantenimiento de mil soles.

Acepté dejar el carro en ese taller y le dije al “ingeniero” que iba a retirar mis pertenencias, pero me dijo que no era necesario, que él respondía por sus “trabajadores”.

  • ¿Está seguro?
  • Pongo las manos al fuego por mis “trabajadores”
  • Bueno, allí dejo el manómetro, el plano de Lima y una colonia nueva

Jamás lo hubiera hecho, porque se los robaron. Cuando se lo dije me contestó

  • Francamente no sé lo que ha pasado

Fastidiado me retiré y al día siguiente, mi esposa me dijo que tenía que ir a la Carretera Central, al Centro de Esparcimiento del Seguro Social, el Koricancha, a dejar una “cortesía” de la Cervecería que habían solicitado, raciones de Guaraná, para sus amigas del Seguro Social.

Nunca el carro estuvo tan duro, tan incapaz de avanzar, por más que presionaba todo el acelerador, el carro iba muy lento y la pierna derecha me dolía y se me inflamó porque tenía que pisar a fondo el acelerador. No entendía que podía haber pasado. Acababan de hacerle mantenimiento y esto no era lo que esperaba.

Después de cumplir con el encargo volví al trabajo y al salir a las 3 pm me dirigí a buscar un mecánico. Recordé haber visto un taller en el cruce de la Av. Venezuela con Av. Naciones Unidas en Breña.

Allí conocí al mecánico de autos Carlos Eduardo Patiño Vargas y desde entonces fue el “Mecánico oficial” del Datsun. Desarmó el carburador y al hacerlo encontró que las válvulas de “alta” estaban amarradas con alambre.

Como todos saben, un carburador de gasolina tiene 4 válvulas tipo mariposa, dos son de “baja”, que se abren cuando aceleras a baja velocidad y dos de “alta” que funcionan cuando conduces a altas velocidades. Pues bien, las válvulas de alta estaban amarradas.

¿Por qué?

Esta es la pregunta del millón. Carlos Patiño, mecánico capaz pero muy humilde, solamente se limitó a decir

  • Para mí, para mí, puede ser que le hayan amarrado con alambre para que cuando usted regrese a ese “taller” le digan que el carburador está malogrado y lo tienen que cambiar. Para que, una vez que usted acepte su precio, simplemente le sacan el alambre y entonces le dicen que ya lo cambiaron. Un negocio, malos trabajadores, pero para ellos un negocio.

Y este fulano decían que era “ingeniero”. Carlos agregó que no parece que hayan cambiado la empaquetadura de culata ni de ninguna otra parte del motor de mi carro. Un sinvergüenza es lo que es.

 

63 LA AMABILIDAD

La amabilidad se define como el acto o comportamiento que realiza una persona con respeto y educación hacia otras personas y es por ello digno de ser tomado en cuenta y ser tratado con amabilidad.

Muchas veces basta una simple palabra para lograr que la otra persona se sienta bien, se sienta aliviada y con ganas de retribuir tu actitud.

Cuando uno va a un restaurante donde sirven menú, donde uno es solamente uno más de  los que acuden a este lugar, pero desde que llegas te haces notar con un simple “Buenas tardes” y ”Muchas gracias” al salir. Definitivamente quienes están atendiendo te volverán a mirar y al principio como a un bicho raro, pero después como alguien que definitivamente “tiene educación”. Y están dispuestos a  corresponder igual.

Puede también hacer la diferencia y levantar el ánimo de las personas con quienes interactúas.

Esto lo pude comprobar muchas veces, pero de manera especial recuerdo el siguiente episodio que me tocó vivir.

Estaba fallando el auto Nissan Primera de mi hija Charito y lo había dejado en una calle de Surquillo. Fui a buscar un mecánico en los talleres que conozco en Breña. Un mecánico que conocía, Javier Yanayaco Ramos, me aceptó ir hasta Surquillo para reparar la avería del Nissan.

El Nissan Primera

Me dijo que era un tanto complicado y que deberíamos llevarlo al taller que su tío tiene allí cerca. Mientras lo soldaban, lo invité a almorzar. Tampoco él conocía el barrio.

Encontramos un restaurante pequeño, bonito, limpio y buena comida. El dueño en persona atendía a los comensales.

Cuando terminamos, Javier se comió todo su menú, pero yo solamente puedo comer la mitad de un menú. Esa es la razón por la que cuando salía con mi esposa comíamos un menú entre los dos, puesto que ella jamás fue de mucho comer.

Cuando el dueño se acercó a retirar los platos que yo ya había alejado de mí, se le notaba un tanto desilusionado porque, me pareció, pensaba que no me había agradado su comida. De inmediato reaccioné y le dije

  • Señor, su comida es excelente, lo que pasa es que no como mucho, pero nos agradó a los dos – señalando los platos de Javier que estaban “limpios”.
  • Gracias, muchas gracias estimado señor

Se le notaba la alegría en el rostro y la satisfacción en todo su ser. Fue un buen momento para ser amable y lo logré. Pero lo cierto es que yo como poco y además, estaba excelente la comida. Era verdad todo lo que le dije.