EL AEROPUERTO

            El domingo 03 de abril publiqué en Facebook una foto del “Baúl de los Recuerdos”. Era una imagen en la que estaba junto con mi amada esposa al pie del avión LAN en que habíamos viajado a Iquitos en enero de 2012.

            Esa misma imagen puse como fondo de pantalla en el monitor de mi PC. Cada domingo cambio el fondo de pantalla tratando de alternar las fotos de nuestra familia, últimamente pongo fotos de Ainhoa y después de mi amada esposa.

            Este domingo la imagen no pasó desapercibida para Ainhoa, 05 años de edad, quién con toda la candidez de su inocencia y la seguridad de su conocimiento dijo mirando el fondo de pantalla:

  • El abuelito y la abuelita han ido al aeropuerto.

            Puedo asegurar que Ainhoa jamás ha visto a su abuelita de pie, bueno cuando ella tenía 1 año de edad la abuelita se postró en cama y así la ha visto siempre.

            Nunca la habíamos llevado al aeropuerto, aparte que desde que comenzó la pandemia nadie va al aeropuerto en nuestra familia donde me cuidan y nos cuidamos todos. Repito, nunca le mostramos un aeropuerto pero ella lo sabe porque, quizás, en algunas de las historias que ve o lee, había aeropuertos. Pero ella lo sabe y nos admira su capacidad de entendimiento.

LA CASITA DE CAMPO

            Una característica que nos define en la familia es que a la persona a quien amamos no la recordamos con dolor: la recordamos con alegría por lo hermosa que fue nuestra vida cuando la tuvimos con nosotros. Y nos sentimos felices y motivados.

            El 22 de marzo de 2022 se cumplió seis meses de su partida de este mundo, pero nunca de nuestra vida. Ese día fuimos al Cementerio Parque del Recuerdo a visitar a mi amada esposa Maria Judith Alva Rivera.

            Es un hermoso lugar lleno de pasto verde y árboles que fácilmente nos recuerda al lugar de donde vinimos, la Amazonía. Ella de Requena, llamada por los mismos requeninos “La Atenas del Ucayali” porque allí se creó el primer Centro de Estudios Superiores en el Oriente Peruano y está situada a orillas del río Ucayali, el cual junto con el río Marañón dan origen al río Amazonas, frente a la ciudad de Nauta. Y yo de Iquitos, la capital del departamento de Loreto y está situada a orillas del grandioso río Amazonas, al cual también le dicen río mar.

            Nuestra nieta Andrea, sentada al lado del lugar donde está su abuelita  dijo:

  • Esta es la casita de campo de la abuela.

LA CANCIÓN DE LOS BEATLES

            A pesar de que los Beatles nacieron en los años 60 mi nieta Andrea cuando los descubrió se hizo fan de ellos. Andrea nació el año 2002, y tenía alrededor de 8 0 10 años de edad cuando pasó esto.

            Como siempre ha tenido una confianza ilimitada con sus abuelos, me salía con cada ocurrencia que me hacía sonreír. Esta vez me salió con una pregunta:

  • Abuelo ¿cuál de las canciones de los Beatles te gusta más?
  • Yo, Andreíta, ni siquiera cuando eran nuevos me gustó la música de los Beatles.
  • Ah, ya sé. A ti te gusta “Amigos traigan cerveza”.

            Y lo cantó con toda su entonación este verso, a pesar de que este grupo, los Ronisch, tampoco son de su época. Mi hija Luisa, tía de Andrea, dijo:

  • Pero si hace más de 8 años que no se escucha a este grupo, ¿cómo los recuerda?

            Esto solamente nos indica que Andreíta es una gran cultora de la música popular. Es seguidora acérrima de One Direction, de Michael Jackson y de la música K-pop (Korean popular music).

QUÉ ESTÁS HACIENDO

            Cuando mi nieta Ainhoa me ve en la cocina, batiendo la mantequilla en un bol o mezclando la harina, invariablemente surge la pregunta de rigor:

  • Abuelo ¿Qué estás haciendo?

            Cuando hace esto, siento que está diciendo:

  • Lobo ¿Qué estás haciendo?

            Aquel juego infantil “Juguemos a la ronda, mientras que el lobo esté”. Generalmente suelo responder que estoy haciendo cupcake o galletas de avena o pan pita.       Las dos primeras son su delicia e invariablemente van en su lonchera al colegio.            Pero cuando respondo que es pan pita, Ainhoa sabe que tiene una cita en la cocina a una hora determinada (6:00 pm), ella es la encargada de transformar las bolas de masa en pan pita: aplasta la masa, pasa el rodillo, estira la masa, la cual pongo en la fuente para pan y la llevo al horno.

            Suena a música celestial Abuelo ¿Qué estás haciendo?

BATE EL CHOCOLATE

            Una característica que sobresale en todos los integrantes de la familia Espejo es las ganas de bailar y en los varones, además, las ganas de patear pelota.

            Nos pasaban la voz para asistir a toda celebración que se realizaba en su casa y eran fiestas muy divertidas.

            Pero lo que más me impresionaba era el enorme cariño que nos tenían, a tal punto que se dieron cuenta que me gustaba la música rítmica para bailar y en cuanto llegábamos a su casa, inmediatamente corrían para poner en el equipo de audio la música de los Ronisch.

            Los Ronisch era un grupo musical boliviano y en nuestro país sonaba bastante sus canciones pegajosas y su ritmo contagiante que nos hacía mover el esqueleto a fines de los años ochenta.

            Desde que entramos a su casa nos poníamos a bailar y coreábamos la canción:

Prefiero estar lejos

y no mal acompañado.

Prefiero estar lejos

y no contigo y llorando…

            O, este tema del mismo corte:

Amigos traigan cerveza

quiero tomar para olvidar.

Amigos traigan cerveza

quiero matar este dolor…

            Siempre nos divertíamos en casa de nuestros amigos por la amistad sincera y la gran consideración que nos tenían, que lo apreciamos con todo el corazón.

            A principios del año 2001 se puso de moda un nuevo ritmo que lo popularizó el grupo uruguayo Chocolate. El tema se llamaba Mayonesa y se tenía que bailar de la manera que ellos mismos enseñaron.

            Una cuestión que debo mencionar es que mis raíces pertenecen a dos mundos diferentes: La mitad de mi sangre es de la selva (mi madre) y la otra mitad es de la sierra (mi padre). La gran mayoría de mis parientes son de la sierra (Apurímac) y también son fiesteros, pero en sus fiestas solamente se baila huaynos.

            Yo, a pesar de ser loretano y haberme criado allí, en Lima aprendí rápidamente a zapatear los ritmos del huayno. Quise sembrar en mis hijas este mismo sentimiento pero, como dicen en mi tierra: “lo que no nace, no crece”. Mis hijas solo bailaban a regañadientes porque yo les exigía que en sus fiestas en nuestra casa se baile aunque sea solamente un huayno.

            Mi hija Luisa, a modo de revancha, luego de bailar el huayno, ponía el rock más estruendoso y me sacaba a bailar, sin fijarse que ya era adolescente cuando nació el rock and roll y conocía todos sus pasos, lo mismo ocurrió con el twist. Que no me gusten, es otra cosa, pero de conocerlos, bastante. De modo que bailaba y todos se quedaban atónitos, porque no se lo esperaban. No me podían pillar.

            En una oportunidad en que estábamos en casa de los amigos Espejo, pusieron Mayonesa. Al momento me puse a bailar, junto con los demás, porque en esa casa bailamos todos, pero al ser el tema de reciente data no esperaban que yo pudiera destacar. Pero me puse a batir el chocolate  moviendo los brazos como si estuviera batiendo una paila:

Bate que bate

Bate que bate que bate el chocolate…

            Mi hija Charito no se aguantó y me dijo, sorprendida:

  • Oye ¿tú cuando has aprendido a batir el chocolate?

            Yo solamente sonreía y seguía batiendo el chocolate:

Bate que bate

Bate que bate que bate el chocolate…

NUESTRA TELEVISIÓN

            Hace muchos años que llegó la televisión al Perú. Un lujo que solamente podían disfrutar los limeños. A Loreto tardó bastante más en llegar.

            La televisión en blanco y negro fue la maravilla del siglo y era necesario tenerlo en casa por tus hijas. Ellas tenían la misión de hacer sus tareas del colegio y repasar la lección para poder disfrutar de este grandioso invento. Era impensable no ver la televisión durante el almuerzo y la cena, y en el desayuno solamente de manera fugaz porque se pasaba la hora. Alguien que se respeta solamente podía tener televisión de 24 pulgadas de consola, es decir que era un gran mueble pesado que tenía sus propias patas para asentarse en el suelo. Nuestro primer televisor fue un Westinghouse, blanco y negro de 24 pulgadas, de consola, que adquirimos en Yompián (Donde ganan los que van) de la avenida Abancay en el Centro de Lima.

            Anteriormente toda la diversión provenía de las radioemisoras. Una emisora que siempre me había parecido curiosa era Radio Reloj. Una vez pregunté al soldado encargado del salón de Oficiales si sabía la hora, movió la cabeza en señal afirmativa, encendió la radio y giró el dial a Radio Reloj. Cada minuto anunciaba la hora.

            Las emisoras más importantes contrataban a los artistas internacionales para presentarse en su auditorio con emisiones en vivo que también grababan y luego sacaban a la venta los discos. Radio Central trajo a Los Caporales.

            Los canales de televisión más importantes eran el Cuatro y el Cinco (Panamericana). También el canal Siete, del estado, pero pasaban mayormente programas enlatados, es decir grabaciones que generosamente proporcionaban algunas embajadas.

            Los canales privados competían entre sí para contratar estrellas del mundo artístico. Así llegaron Chubby Checker, conocido mundialmente como el Rey del Twist, Sergio Murillo y divas como María Félix. Fue grandioso cuando vino Dámaso Pérez Prado con el mambo y después con el dengue. Tan especial era el dengue que se tocaba el ritmo golpeando con las baquetas un aro de carro y se trajo a Daisy Guzmán para enseñarnos el tan novedoso baile. También tuvo amplia difusión la venida de Tin Tan cuyo espectáculo cómico y musical fue deslumbrante y nos reímos a carcajadas. Todo el mundo repetía sus canciones pegajosas:

Cantando en el baño

Me acuerdo de ti…

o

Este es el corrido

de un caballo flaco

que salió un domingo

pa Guadalajara.

Su noble jinete

no pesaba nada

porque iba arriba

don Agustín Lara.

            La televisión pugnaba por la sintonía y organizaban Programas Concurso, una de las más sonadas fue Helen Curtis Pregunta y también lo que Vale el Saber.

            Pero también hacían concursos sobre cualquier novedad que aparecía en el universo, tales como Concurso de Yo-yos, concurso de Rock And Roll, etc.

            Fue a finales de los años 70 cuando se produjo el Boom de la televisión a color. Era como tener el cine en casa en Technicolor. El televisor a color más grande era de 20 pulgadas y era de sobremesa; nuestro primer televisor a colores fue Tatung de 20 pulgadas, de sobremesa, con mando manual de perilla. Aún no llegaba el control remoto.

            Hoy en día la televisión está tan venida a menos que necesitamos contratar televisión por cable para ver algo mejor; y en los últimos años hemos tenido que recurrir a Netflix, Youtube, Plex, etc. para disfrutar películas y series de valor sin comerciales.

            Más de dos años de pandemia nos ha alejado de los centros de espectáculos más concurridos: cine, teatro, ballet, circo y estadio, para ahora circunscribirnos nada más a la “caja boba”.

            De hecho no se me ocurriría de ningún modo asistir a un espectáculo masivo por ninguna circunstancia. Me basta con poder entrar al Mercado Particular de la avenida Bolívar, pues durante un año se me prohibió ingresar por esa muletilla loca de que soy “adulto mayor”. Pero en casa nos cuidamos todos, desde la más pequeña hasta el mayor, que lamentablemente ahora soy yo.

            Los televisores, por supuesto, han dado saltos gigantescos desde lo que fueron los tubos de rayos catódicos, hasta los transistores y en la actualidad los circuitos integrados, de manera tal que los televisores son hoy en día ultradelgados, smart y del tamaño de una pared.