Cursábamos el Primer año en la UNAP, Estudios Generales, y se organizó un equipo de fútbol y uno de básquetbol para ir a jugar los sábados en Tamshiyacu, francamente no recuerdo quien fue el promotor de esta aventura muy linda por cierto.
Tamshiyacu es la capital del Distrito de Fernando Lores, Provincia de Maynas, Departamento de Loreto y está ubicada en la margen derecha del río Amazonas aguas arriba a 30 km de Iquitos.
Participaban también el “Ciego” Burga, hermano de Arturo Burga, el “Chino” León, el “Charapa” Bardales, el de la funeraria de la calle San Martín, frente al ACJP y otros cuyo recuerdo escapa a mi memoria.
El gestor de estos eventos era el Profesor Babilonia, Director del Centro Educativo del lugar y nos alojaba en el local estudiantil. Para esto no ingresábamos por la puerta sino por la cancha de básquetbol y entrábamos a un salón del fondo. Al costado había arbustos de café y otras plantas, casi un bosque.
Por el equipo de Tamshiyacu jugaban soldados de la guarnición local y yo jugaba con zapatos de militar y cuando cogía la pelota mis compañeros gritaban:
- Pasa, Capitán Suárez.
Y de inmediato los soldados que me cubrían se apartaban, y cuando sus compañeros les reclamaban:
- ¿Oye, por qué no le marcaste? – Ellos respondían – No. Es un capitán, no se le puede marcar.
Así ganábamos siempre. Por la noche se desarrollaba el partido de básquetbol donde brillaban precisamente el “Ciego”, el “Charapa” y el “Chino” y también ganábamos pero sin subterfugios.
Semana tras semana se repetía la situación por lo cual el Director decidió organizar una fiesta para agasajarnos a los ganadores, con un gran Baile Social.
Esa noche estábamos todos en la esquina del Salón y solamente faltaba uno de nosotros, no recuerdo su nombre, pero tenía el pelo “casharo” y le tomaba tiempo dominarlo a punta de brillantina. Casharo es un modismo regional que significa pelo parado, difícil de peinar.
Ya queríamos ir a la fiesta, así que enviamos al “Ciego” Burga a llamarlo. Al poco rato se escuchó un tremendo grito y los vimos llegar a la carrera. Burga no supo lo que pasó, solamente dijo que al llegar, el amigo se estaba peinando y le pareció ver que estaba paralizado con la mano con el peine en la cabeza, como hipnotizado, y le gritó:
- Oye, vamos ya.
Momento en que el otro pareció empujar a alguien y pegar el grito, acto seguido salió corriendo y él por su tras, por supuesto:
- Me asusté sin querer – dijo.
El Casharo contó que se estaba peinando para llegar bien plantado a la fiesta y por eso se había retrasado y, por hacer algo, salió al patio peinándose cuando de pronto de la mata de café salió una mujer vestida de blanco con un traje largo que caminaba en el aire y él, al verla, se quedó paralizado porque ella se dirigía hacia él y le hacía señas para que se acercara, y cuando la dama llegó donde él estaba estiró los brazos para abrazarlo, justo en el momento en que llegó Burga y le habló fuerte, lo cual rompió el hechizo, pudo zafarse y salir gritando a todo vapor.
Todos fuimos a la Escuela con linternas y buscamos y rebuscamos pero no encontramos ningún indicio. En adelante ya nadie quería alojarse en la escuela y la aventura en Tamshiyacu duró solamente ese año de nuestra vida.