POBRECITO EL NIÑO DIOS

Cada año, al llegar la Navidad, se escuchan en nuestra comunidad las mismas historias referidas al nacimiento del Niño Dios: que era un niño pobrecito, no tenía ni pañales, sus padres no tenían plata y por eso tuvo que nacer en un establo.

Tales expresiones no tienen un asidero real, Cristo sí nació en un establo y fue colocado en un pesebre, pero no nació allí por las razones aducidas sino por otras causas que vamos a explicar.

José era carpintero, lo saben todos, y siendo judío no sería un carpintero chambón pues los judíos son reputados y respetados por su habilidad para las actividades en todos los campos, cada uno en el suyo y José no sería una excepción. Es posible que todas las casas de Nazareth tuvieran muebles hechos por San José. Y María, conocida por sus habilidades para el tejido y el bordado, habría confeccionado los más increíbles pañales para el Niño.

Para cumplir la orden del Emperador Augusto para empadronarse para el censo tuvo que viajar con su esposa de Nazareth, donde vivían, a la ciudad de origen de José, Belén.

Pero todos los judíos tuvieron que acatar también esa orden y todos viajaron a la ciudad donde habían nacido los hombres.

Si alguna vez han viajado a una ciudad en momentos en que se realiza un evento extraordinario, sabrán entonces que no es posible encontrar alojamiento en ningún hotel.

Cuando trabajaba en La Oroya quise ir a pasar las Fiestas Patrias en Huancayo. Mi amigo Pipo Puga me invitó a su casa en Huancayo, pero para no incomodarlo, me fui directamente a buscar alojamiento en el hotel. Recorrí todos los hoteles de Huancayo y no pude conseguir sitio en ninguno, así que a las 8 de la noche me presenté en la casa de mi amigo Pipo quien me recibió con los brazos abiertos.

También me pasó cuando con mi familia nos fuimos a celebrar el cumpleaños de mis hijas en Ica. Contacté por teléfono con el Hotel de Turistas y el Gerente me aseguró que no era necesario hacer reservación porque hay suficiente espacio en los pabellones y no habrá ningún evento en esos días.

Llegamos a Ica y no había alojamiento en el Hotel de Turistas. Un Congreso Extraordinario de Médicos Pediatras se estaba realizando en el Hotel y habían copado la mayoría de habitaciones de los pabellones y un Congreso Extraordinario Internacional de la Coca Cola había tomado el resto.

No es agradable viajar 300 kilómetros con la familia para que te digan que no hay alojamiento. El Gerente me ofreció un Bungalow con dos camas, una para mi esposa y yo y la otra para mis hijas Luisa y Claudia de 12 años, y para la menor, Charito, de 3 años, me ofreció poner una cuna adicional, sin costo alguno. El Gerente se portó muy bien, pero estuvimos a punto de quedarnos sin  poder alojarnos en el precioso Hotel de Turistas de Ica. La piscina para nosotros solos porque los congresistas no tenían tiempo para eso.

Pero es así, cuando hay eventos extraordinarios es casi imposible hallar alojamiento, y José y María se las vieron muy negras al no poder encontrar alojamiento disponible, pues, por el avanzado estado de gestación de María se demoraron más en llegar a Belén; y quienes no tenían impedimentos llegaron primero y tuvieron todas las comodidades.

En Belén, por consideración a que María estaba próxima a dar a luz se les permitió ocupar el portal de esa casa, y allí nació Jesús.

“Y, mientras estaban allí, se le cumplió el tiempo. Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada”. (Lucas 2, 6 -7)

Y el Ángel del Señor anunció a los pastores:

“Hoy les ha nacido en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor. 12 Esto les servirá de señal: Encontrarán a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre”. (Lucas 2, 11 – 12)

Cuando llegaron para adorarle los Magos que venían de Oriente ya no lo encontraron en un pesebre sino en una casa:

“Entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra”. (Mateo 2, 11)

Lógicamente todos los demás viajeros, que no tenían impedimentos, se habían regresado al lugar donde vivían, no así José y María pues hacía poco había nacido Jesús, el Rey del Mundo.

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