Todos le decían “Ñola Castañeda” en el colegio GUEMORB, creo que nunca supe su nombre, y era un atleta consumado, del tipo de la barra y la pértiga. Sabía hacer paradas de manos, trepar la pértiga “en escuadra” y todos lo admiraban porque en su vientre se dibujaban nítidamente los músculos abdominales como si fueran cuadraditos de músculos.
También era comediante y le gustaba imitar a algunos profesores su manera de caminar, como el profesor Totoyoto (Ingº Lucio Vera) por ejemplo y al “Negro Baylón” su modo nasal de hablar cual Daniel Santos.
Era, además, músico aficionado, de esos duros para la ejecución y no leía música, pero era rápido para contestar con ingenio.
Una mañana de vacaciones estaba ensayando la trompeta en el Gabinete de Música y el maestro Beny Soto, Director de la Banda, había salido a la ciudad. Al regresar el maestro Beny le dijo furioso:
- A cuatro cuadras se escucha lo desafinado que tocas.
Y él contestó:
- ¡Cuatro cuadras, que potencia! ¿No, maestro?
