Si bien es cierto que su origen es pagano, los primeros misioneros aprovecharon esta tradición para evangelizar a las personas.
Partían de sus costumbres para enseñarles la fe católica para transformar sus vidas y prepararlos para la salvación del mundo
La Corona de Adviento constituye una gran variedad de símbolos:
- La forma circular de la corona
El círculo no tiene principio ni fin. Nos dice que el amor de Dios es eterno, sin principio y sin fin, así como también es nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca debe terminar.
- Las ramas verdes
El verde es el color de la esperanza y la vida, y Dios quiere que esperemos su gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas. Nuestro anhelo más importante debe ser llegar a una unión más estrecha con Dios, nuestro Padre.
- Las cuatro velas
Nos hace pensar en la oscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre. Así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, el mundo se fue iluminando con la cada vez más cercana llegada de Cristo a nuestro mundo.
Son cuatro velas que ponemos en la corona, tres moradas y una rosada, que encendemos de una en una en cada Domingo de Adviento al compás de nuestra oración en familia.
- Las manzanas rojas
Las manzanas rojas que adornan la corona representan los frutos del Jardín del Edén en espera de la promesa del Salvador Universal.
- El listón rojo
Representa nuestro amor a Dios y el amor de Dios que nos envuelve.
La corona se puede llevar al templo para ser bendecida por el sacerdote. Pero también se puede bendecir en la familia con las palabras rituales en el Primer Domingo de Adviento.
No hay nada más hermoso que encender las velas orando en familia y así nuestra familia será más fuerte y amorosa.