Eleodoro Vásquez Tananta fue el héroe de mi niñez en Iquitos. Era el campeón de natación por antonomasia, superando largamente a otros nadadores muy buenos que había en la ciudad.
Aunque no queda testimonio de sus hazañas y nunca fueron homologados, eso no es óbice para que la ciudad no lo considere el más grande nadador de todos los tiempos, estatua incluida. Tarzán ni Jim de la Selva se podrían comparar con este héroe de carne y hueso que vimos de niños.
Realizó la travesía, nadando, desde Pucallpa hasta Iquitos. Se decía entonces que untaba su cuerpo con manteca de boa y de lagarto para eludir a estos animales durante su periplo.
Batió el record de permanencia en el agua. En la piscina de Punchana se cumplió este reto durante 7 días. Dicen que por recomendación de los médicos se tuvo que salir del agua. Para este evento cercaron con madera la piscina con la finalidad de cobrar la entrada para verlo nadar de día o de noche, nunca permanecía detenido.
Claro, la piscina de Punchana solamente queda en el recuerdo de quienes fuimos niños en esa época. Quedaba cerca al caserío de Punchana, ahora es un distrito pujante que alberga instituciones importantes.
Solamente lo conocíamos como Vásquez Tananta, nunca mencionamos su nombre y siempre creímos, por su afición a nadar en el río mar, que era loretano, pero, al parecer nació en el distrito de Pilluana, Provincia de Picota, Departamento de San Martín.
Pero todas sus hazañas las hizo en Iquitos, ciudad de sus amores.
En sus días de gloria todos lo saludaban a su paso y era la sensación del momento pero de esos días ni una sola foto lo recuerda. Ya nadie se acuerda de él.
Fue Profesor de Natación en la Escuela de Policía de Iquitos y como nota anecdótica puedo mencionar que mi compañero de clases en la Gran Unidad Escolar “Mariscal Óscar R. Benavides”, Gilberto Trauco, me dijo que Vásquez Tananta le enseñó a nadar y por eso era un experto en natación, como lo demostró cuando fuimos a nadar en el río Itaya.
