VEINTE MIL LEGUAS

            Tenía 10 años y estaba terminando mi educación primaria cuando se exhibió la extraordinaria película 20,000 Leguas de Viaje Submarino.

            Cuando iba al cine pasaban, antes de comenzar la película, el réclame de esta grandiosa película. En aquel entonces se le llamaba réclame, seguramente la adaptación al español de la palabra inglesa reclame, la cual simplemente significaba el “avance de la película” con fines publicitarios. En la actualidad ha sido reemplazada por tráiler, con el  mismo significado.

            Esperaba con ansias el estreno pues había leído la novela de Julio Verne en la cual se basó la película. Fue extraordinario, asistí al cine los 10 días que la exhibieron en función especial pues dura más de dos horas. Esta tremenda película fue exhibida en el Cine Teatro Belén, la cual estaba situada en la tercera cuadra de la calle 9 de Diciembre, de Iquitos.

            Supe que era más extraordinaria porque fue realizado por los Estudios Disney. Walt Disney se había especializado en producir películas en dibujos animados con gran éxito y sus más afamadas películas son Cenicienta, Blanca Nieves, Dumbo, Pinocho, Peter Pan, Fantasía, etc.

            Era la primera vez que incursionaba en una película no animada y para ello escogió la novela más emblemática del prolífico escritor francés Julio Verne, de quien yo era su seguidor incondicional.

            Fue, de hecho, la más extraordinaria película de todos los tiempos y ganó muchos premios. Es tremendo ver el fondo marino real y es maravillosamente inmenso.

            20,000 Leguas de Viaje Submarino se estrenó en 1954 basado en el libro de Julio Verne, con Kirk Douglas, James Mason, Paul Lukas y Peter Lorre, dirigidos por Richard Fleischer. No me perdí ninguna de las películas que tomaron de mi autor predilecto: Viaje al Centro de la Tierra, 1959, Estados Unidos, con James Mason, Pat Boone, Arlene Dahl y Diane Baker, con la dirección de Henry Levin. Los hijos del Capitán Grant, 1962, con Maurice Chevalier y Hayley Mills, con la dirección de Robert Stevenson. La Isla Misteriosa, producción británico estadounidense de 1961, con Michael Craig y Herbert Lom, dirigida por Cy Endfield.

            La única película que fue un fiasco es la que hicieron los mexicanos. Para qué se metieron con Julio Verne, La jangada – 800 leguas de viaje por el Amazonas. Quizás pensarían que por ponerles a cantar La flor de la Canela se iban a poner a los peruanos en el bolsillo pero, no hay caso, una gran obra literaria desperdiciada. Los mexicanos no tenían la creatividad, la habilidad y, sobre todo, el inmenso caudal de equipamiento del cual siempre han hecho gala los más grandes Estudios Cinematográficos del mundo.

            Tan famosa fue la novela y la película 20,000 Leguas de Viaje Submarino que Maxwell Smart, el Superagente 86 (Don Adams), usa el título para insultar a un policía uniformado cuando tenía que ingresar a la cárcel. Le llama “Veinte mil leguas de traje azul marino”. Lógicamente lo metieron a la cárcel.

            Era tan seguidor de Julio Verne que en mi juventud llegué a atesorar 40 títulos, la mayoría de la Editorial Sopena Argentina, empresa ya desaparecida. Mis hermanos que nada sabían de cultura y el derecho a la propiedad, los vendieron. Nada les hacía falta pero el afán del dinero pudo más. Muchos de esos libros son ahora incunables y no se pueden encontrar. Una gran pérdida y me dio mucha pena perderlos y que nunca hayan sabido valorar la cultura.

            Tengo algunas obras, pero otras ya no se podrán encontrar jamás. Mi Hija Claudia me regaló una colección de 10 libros de Julio Verne porque sabe que es mi escritor favorito de toda mi vida, pero lamentablemente es la edición más descuidada que he visto en mi vida. Muchos pasajes mal escritos. Es impreso por RR Donnelly Chile, que, por cierto, no lo recomiendo.

            Felizmente, una gran noticia, ahora que tengo un Roku nuevo, regalo de mis hijas, se incluyen los canales Disney+ y HBO Max. Disney tiene en Streaming 20,000 Leguas de Viaje Submarino y la estoy volviendo a ver como en mi niñez: es la misma película de 1954 con Kirk Douglas y James Mason. Apenas terminó la película comenzaron a pasar Viaje al Centro de la Tierra de 1959, la cual también lo tiene en streaming el canal Disney. Es la felicidad en 40 pulgadas de pantalla.

EL TANGO

“Yo adivino el parpadeo de las luces que a lo lejos

van marcando mi retorno.

Son las mismas que alumbraron con sus pálidos reflejos

hondas horas de dolor”.

            Estos versos son los que inician el tango Volver (Letra de  Alfredo Le Pera y música de Carlos Gardel) la cual solíamos cantar desde que éramos enamorados con Maria Judith Alva Rivera de Suárez, mi amada esposa. El canto era solamente para nosotros.

            Teníamos el cancionero Los mejores Tangos. También teníamos 200 Valses Criollos, Selección de Valses Criollos, Cantares de México, 100 Boleros de Todos los tiempos y Selección de los Mejores Boleros.

            Aunque el tango no es música que se aprecie mayoritariamente en Iquitos, sin embargo hay algunos temas que de verdad calan, sobre todo a través del cine donde oímos cantar a Carlos Gardel, Libertad Lamarque y Hugo del Carril, héroes de mi madre, quien me inculcaba las nociones del tango.

            En la Universidad, en Estudios Generales, estudiaba conmigo Jaime Rodríguez Vega, quien después resultó que era primo de mi esposa. Jaime no era un estudiante de muchas luces pero tenía un don: por la noche estudiaba Canto en la Escuela Regional de Música de Iquitos.

            Se reveló como un buen cantante con una memoria extraordinaria. Cuando no teníamos clases nos sentábamos en algún salón vacío y le pedía que cante. Todos los temas que le mencionaba, de  mi acervo cultural, se los sabía de memoria: O sole mío, Torna a Sorrento, Granada, Flor sin retoño, María Bonita, etc., y además tangos, El Choclo, Mis Buenos Aires Querido, Tomo y obligo, etc. Todas estas canciones yo los había ejecutado en solo de clarinete en La Hora de la Gran Unidad Escolar que se propalaba por Radio Nacional. Como todos sabían que yo era músico profesional, tenía mi orquesta, Jaime entendía que de canciones yo comprendía un rato bastante largo.

            Muchas personas se dicen cultores del tango pero jamás lo bailan. En realidad la única vez que he visto bailar tango en persona fue en la Fiesta de la Universidad en Iquitos: El Ingeniero José Reátegui Cárdenas, Decano de la Facultad de Ingeniería Química bailó con su esposa. Ambos sabían bailar tango, con todos sus pasos y requiebros. Pero también fueron los únicos, nadie más entre las personas mayores se animaron a bailar, que el tango es de escuela y muy difícil de improvisar.

            El tango es un  género musical y una danza, característica de Argentina y Uruguay. Enrique Santos Discépolo, uno de sus máximos poetas, definió al tango como «un pensamiento triste que se baila».

            Cuando los empleados de Backus teníamos una celebración en el Kuo Wa del Paseo de la República o el de la Plaza de Armas, siempre los viejos decían:

  • A la Esquina Porteña.

            Era un bar que estaba situada en la Plaza Dos de Mayo. La máxima atracción era Josecito Pace, pianista argentino que tocaba tangos y a su lado se ponía un flaco a quien presentaban como el “glosador del tango”. No cantaba, solamente recitaba frases como poemas referidas a la canción que tocaba el pianista. Josecito Pace era buen músico.

            Cuando Tin Tan, el cómico mexicano Germán Valdés, vino a Lima tuvo presentaciones apoteósicas en la televisión donde se grabó íntegramente su show. Estuvo con su carnal Marcelo y el enano Tuntún Machito y toda su banda. La característica de su show fue el estribillo:

  • Cantando en el baño me acuerdo de ti.

            En una parte se refiere al tango:

  • Tango que me hiciste sufrir, tango que me hiciste llorar. Tango, tango… tan golpeando la puerta.

            Para luego decir el tango es muy fuerte, Marcelo.

            Los tangos que conocíamos y cantábamos eran: Adiós muchachos, Caminito, Cambalache, Cuesta abajo, El día que me quieras, Mano a mano, Mi Buenos Aires querido, Silencio en la noche, Volver, Yira yira.

            A solas las vuelvo a escuchar y las canto bajito. Necesito más que nunca a mi amada esposa.