CONFUSIONES

            La segunda acepción en el Diccionario de la palabra confusión es: Error o equivocación causados por entender, utilizar o tomar una cosa por otra.

            Es precisamente este concepto el que origina este post.

JUGO DE NARANJA

            Los primeros días del mes de mayo de 1970, la Cerrro de Pasco Corp. me pagó un viaje en primera clase en el Ferrocarril Central para ir a La Oroya a fin de ocupar mi primer empleo como Ingeniero Químico.

            El tren partió de la Estación de los Desamparados, cerca de la Plaza de Armas de Lima, a las 7:00 am.

            El vagón de primera clase tiene asientos acolchados bipersonales y una mesa entre dos bancos. Tiene también servicio de restaurante y para mi desayuno pedí jugo de naranja. En todos los lugares donde pedí jugo de naranja me han dado jugo recién exprimido, pero en el FFCC me sirvieron jugo en conserva, que, por cierto, tenía un sabor horrible. Tamaña confusión es inaceptable.

ENTRADA DE ATÚN

            Mi hermano Enrique, residente en Iquitos, vino a la Capital enviado por su Comando de la Fuerza Fluvial del Amazonas. Fue al Callao, puerta de entrada al país por vía marítima, y pensando que en El Callao, donde hay tantos pescadores y lanchas de pesca, podía comer pescado fresco en el restaurante.

            Lleno de emoción pidió una entrada de atún, creyendo que le iban a servir un trozo de atún fresco, pero su decepción fue tremenda cuando le sirvieron atún de lata ¿Cómo? decía él:

  • ¿Cómo en la ciudad de los pescadores me van a dar atún de lata?

            Curiosamente el atún es propio del Océano Atlántico, pero en el Océano Pacífico tenemos atún en el norte del Perú, pero su captura va al extranjero y a las fábricas de enlatados. Nunca he visto atún fresco en los mercados.

PEOR

            En la Serie Crímenes Mayores (Temporada 5 – Episodio 9), durante la verificación digital de la identidad de la víctima de asesinato, el Técnico Buzz Watson informa al teniente Louie Provenza:

  • Teniente, tenemos la identidad.
  • ¿Es criminal?
  • Peor – interviene la detective Amy Sykes – es abogado.

PAPA A LA HUANCAÍNA

            En cierta oportunidad viajamos a Huancayo con mi amada esposa, mis tres hijas y mi padre, don Pedro Suárez Soto.

            Nuestra hija Luisa, adolescente, se dio el trabajo de entrar a cuanto restaurante encontrábamos en nuestro paseo para preguntar:

  • ¿Tienen papa a la huancaína?
  • En Huancayo no se conoce ese plato.

            Es curioso y ella no salía de su asombro, no podía creer que en Huancayo no conozcan la papa a la huancaína tan apetecida en Lima.

            Supongo que trataba de establecer que si la papa a la huancaína era oriunda de Huancayo, podríamos determinar si lo que comemos en Lima está bien o algo nos está faltando. Pero no hay caso: No se  le conoce en Huancayo.

OCOPA A LA AREQUIPEÑA

            He tratado de averiguar si en algún otro lugar se prepara otro tipo de ocopa. Claro que cerca de la ciudad de Huancayo existe el distrito de Ocopa, pero en todas partes solamente preparan la ocopa a la arequipeña.

            Si la ocopa es un plato originario y típico de la ciudad de Arequipa, cuya gastronomía se caracteriza por ser muy picante, entonces decir ocopa a la arequipeña viene a ser sencillamente una redundancia: bastaría con decirle solamente ocopa y podríamos sobreentender que es a la arequipeña.

SALGA DE AQUÍ AHORA MISMO

            Ese sábado de 1965, cuando evacuamos a nuestro compañero Machiste de la universidad, fue llevado al Hospital Iquitos que estaba junto al Hospital Militar en Iquitos.

            Nuestro compañero era natural de Yurimaguas y sus padres vinieron presurosos a cuidar a su retoño. Estaba instalado en una Sala de la Sección Clínica (pagada).

            Todos fuimos a visitarlo y, naturalmente “La Guerrillera” María Judith, mi tierna enamorada. Eran tiempos de las guerrillas en el Valle de La Convención y todos los estudiantes de izquierda nos asumíamos guerrilleros.

            Pero no era cierto, en el FER (Frente Estudiantil Revolucionario) estábamos unidos Acción Popular, Democracia Cristiana (entonces no existía aun el engendro llamado PPC), apolíticos y, por supuesto uno o dos comunistas. Éramos un frente unido contra el grupo aprista que apoyaba al rector.

            A Maria Judith la llamaban cariñosamente “La Guerrillera” porque siempre estaba con nosotros sin ser estudiante universitaria, era Normalista y Profesora de una escuela fiscal. Andaba con nosotros siguiendo a su hermano Javier, el Presidente de la FEUNAP, quien era completamente apolítico.

            Una vez mientras visitábamos a nuestro compañero Maciste (se pronuncia Machiste) en su habitación del Hospital entró a la sala el Dr. Torres. Torres, por su edad y los años de servicio en el hospital, era seguramente jefe de algún departamento del hospital. Se le consideraba uno de los mejores cirujanos pero carecía totalmente de sentido común, y seguramente él se sentía importante.

            Entró y se puso a reñir a Machiste y a todos los estudiantes tildándonos de irresponsables y que poníamos en peligro la salud y la vida de las personas:

  • Ustedes están mal de la cabeza.

            Vi a mi “tierna” enamorada lanzarse con toda su furia contra el Dr. Torres y alzando la voz (voz de maestra):

  • Quién diablos es usted para venir a meterse en nuestros asuntos. Quién le ha dado autoridad para venir a reñirnos. Si no sabe nada de la realidad no tiene por qué decir nada. Además usted no es su médico tratante y no tiene por qué estar aquí. Haga el favor de irse inmediatamente. Salga de aquí ahora mismo.

            No supo que decir el doctor, nos miró, quizás se sorprendió de nuestra serenidad y dándose media vuelta se fue.

            Ella se calmó y sonrió satisfecha, como si hubiera dicho “Vade retro satán”. Pero todos estábamos admirados de su actitud y supimos que ella era más fuerte que todos nosotros juntos y sabía más de la vida.

            Y yo me casé con ella.

EVOCACIÓN

A nuestra amada nieta

Andrea Sofía Canaval Suárez

            Cuando nos reunimos en familia, mi nieta Andrea, señorita universitaria y quien nos acompañó toda su vida, sabe muchísimas cosas de nosotros sus abuelos, con mucha paciencia pone la música que le pido en la inmensa pantalla del televisor.

            Pero la última vez que estuvieron en mi casa para conmemorar el Primer Año de la partida de su abuelita,  me dijo que quería poner una canción de Los Panchos, le pedí que no lo pusiera:

  • Si pones a Los Panchos, voy a llorar.

            He reflexionado sobre mi actitud y veo que he sido, más bien, torpe. Su abuelita es no solamente mía, sino también de ella y de todas las demás personas relacionadas. Pero sobre todo de ella. De manera que he cambiado de parecer, es decir, que estoy ahora pensando de manera correcta, como lo hubiera querido mi amada esposa.

            Es por ello que ahora publico este artículo al que he denominado Evocación.

            Evocación significa evocar.

            El acto de evocar implica recordar algún suceso del pasado o a una persona. Por lo general se evocan acontecimientos o individuos que dejaron una huella en aquel que recuerda. Una persona mayor, por citar un caso, puede evocar su adolescencia cuando se reúne con amigos de aquella época. (Fuente: Diccionario de la RAE).

            Es el compendio de las canciones que disfrutábamos y que muchas veces las hemos cantado. No siempre hemos tenido que estar corriendo para conseguir el dinero para pagar los gastos de la casa o los estudios de nuestras hijas, también tuvimos tiempo para nosotros y lo disfrutamos con pasión y felicidad, que para eso nos casamos.

MÚSICA CRIOLLA

            La Contamanina, lo puso de moda Tania Libertad y qué bien que lo aprendimos porque en una reunión de Profesores del Colegio Sabogal del Callao, nos hicieron cantar, nos exigían canciones de nuestra tierra, de modo que les regalamos este tema cantado a dúo.

            Iquitos, vals de nuestros paisanos Julio “Chispa” Elgegren y Renato Mesía, es el tema que María Judith enseñaba a las mellicitas Lisa y Cisa, mientras vivieron en Iquitos.

            Amanecer Loretano, composición del General Ítalo Arbulú e interpretado por el Dúo Loreto. Canción que todo loretano que se respete debe conocer y cantar.

            Hermosa loretana interpretado por el Dúo Loreto.

            La polca La Huacachina.

TANGOS

            Los conocemos, sobre todo, por las películas argentinas: Adiós muchachos, Caminito, Cambalache, Cuesta abajo, El choclo, El día que me quieras, La Cumparsita, Silencio en la noche, Sus ojos se cerraron. Volver, Yira yira.

            Sus ojos se cerraron lo incluí en mi libro Elegía, es el canto que Alfredo Le Pera compuso para su amada fallecida de tuberculosis. Tiene mucho que ver conmigo mismo.

LOS PANCHOS

            Es un conjunto famoso por cantar los más sonados boleros de todos los tiempos y todos los enamorados lo bailaron en su momento. Como decía el Ingeniero Luis Pino: una canción que se baila sobre cuatro losetas:

            Alma, corazón y vida, Cielito lindo, El mar y el cielo, El reloj, Espérame en el Cielo, Flor de azálea, Historia de un amor, La última noche, Me voy pal pueblo, Nosotros, Solamente una vez.

            Pienso que también debemos incluir Granada de Agustín Lara y María bonita pero cantada por Julio Iglesias y Muñequita linda por Javier Solís.

            Ahora que he podido razonar, me gustaría volver a escuchar estos temas que tanto nos agradaba y es, también, una forma de traerla de vuelta y estar con nosotros. Gracias amada nieta.

Y TÚ POR QUÉ NO ESTÁS ADENTRO

            Mi enamorada María Judith Alva Rivera era siempre muy directa y casi nunca tenía tacto para decir las cosas.

            Su hermano Javier Domingo Alva Rivera era en aquel entonces el primer Presidente de la Federación de Estudiantes de la UNAP (FEUNAP), de Iquitos.

            Por cuestiones de la violación de la autonomía universitaria perpetrada por el mismo rector de la universidad Emilio Gordillo se había planteado la renuncia y, como el rector se negó, los estudiantes “tomaron” la universidad.

            La Ley Nº 13417 fue el primer instrumento legal que estableció con claridad la triple función universitaria de enseñanza, investigación y proyección social a la comunidad. Para cumplir estos cometidos se establecía con meridiana claridad la autonomía universitaria y su principal defensor tenía que ser el rector, pero en la UNAP fue al revés.

            En síntesis, la Autonomía Universitaria significaba, en su versión más simple, que ninguna persona uniformada y armada, militar o policía, podía ingresar a una universidad por ninguna causa, motivo, razón o circunstancia.

            Y fue el mismo rector quien pidió que ingrese la policía al local universitario para desalojar a un postulante en huelga de hambre en el local de la Federación.

            Fue un sábado de 1965 cuando regresaba de trabajar con mi orquesta a la una de la mañana, a pie porque en aquel entonces no encontrabas taxi a esas horas y las motocar no existían ni en los sueños más calenturientos, cuando acerté a pasar por la universidad camino a mi casa.

            Un gran gentío frente a la universidad llamó poderosamente mi atención por lo que me acerqué a ver.

            Los estudiantes habían tomado la universidad y los apristas, que apoyaban al rector,  trataron de desalojarlos y hubo una lucha sin cuartel con heridos en ambos bandos, pero no lograron desalojarlos. Los estudiantes del FER seguían en posesión del local.

            Naturalmente estaban allí las hermanas de Javier Alva. María Judith me gritó a boca jarro:

  • ¡Y tú, por qué no estás adentro!

            Fue su hermana Lolita quien le dijo con suavidad:

  • Hermana ¿no estás viendo que está con su instrumento en la mano? Está viniendo de trabajar.
  • Ah, ya.

            Pero no se le bajaba la furia, de modo que le entregué mi saxo y le dije que voy a entrar. Le expliqué al policía a cargo del control externo que soy experto en primeros auxilios y puedo ayudar adentro. Me permitió el ingreso.

            Adentro ya estaba un Químico Farmacéutico, estudiante de Ingeniería Química, aplicando inyecciones analgésicas a los heridos de pedradas y palazos. Me puse a vendar y entablillar para completar su labor. Tuvimos que evacuar a “Maciste”, se pronuncia machiste, personaje de película representado por un Míster Universo que era un forzudo y nuestro compañero también, porque había recibido una pedrada de lleno en la nariz y perdía mucha sangre, imposible de restañar.

            Con este gesto logré calmar los ánimos a mi enamorada, la misma que después fue mi amada esposa por 53 años y hoy se encuentra en el Cielo.

EL VIENTO NO SE LLEVÓ NA

            El nombre parece más bien una referencia a alguna película propia de Bollywood, que es como le dicen mayoritariamente a las películas de la India, que, según cuentan, supera en número a las del mismo Hollywood.

            Tampoco es una referencia a la grandiosa cinta de Hollywood de 1939 Lo que el viento se llevó (Gone with the wind) con Clark Gable y Vivien Leigh. Es, en todo caso, una reflexión sobre lo que nos dejó la plaga del siglo, el Covid-19.

            La enfermedad por coronavirus (COVID‑19) es una enfermedad infecciosa provocada por el virus SARS-CoV-2. La mayoría de las personas afectadas sufren síntomas que van de leve a moderada y se recuperan sin requerir tratamientos especiales, sin embargo muchas personas desarrollan síntomas graves que necesitan atención médica inmediata.

            A nivel mundial han fallecido 6.3 millones de personas, siendo América el continente que ha padecido más: 2.7 millones de personas fallecidas. En el Perú se asegura que han fallecido 217,000 personas.

             Casi todas las familias peruanas cuentan con pérdidas, lo cual es muy lamentable. Estamos incluidos en esa triste estadística.

            Lo que la pandemia nos dejó es el manchari, voz loretana de origen quechua que significa: miedo. Todos tenemos miedo a contagiarnos y una vez contagiados a no llegar a contarla. El pánico es general.

            La plaga nos ha dejado en la ruina: muchas empresas han desaparecido y otras han cambiado de rubro para poder subsistir en un mundo en el que ni siquiera podías salir.

            La mayoría ha perdido su empleo aunque el despacho a domicilio ha emergido como una solución y aun cuando todo parece mejorar se ve todavía a jóvenes, varones y mujeres, en bicicleta, motocicleta o scooter y hasta con carretilla repartiendo sus artículos.

            Por recomendación de la ONU (OMS) hemos estado confinados en nuestra casa y con toque de queda. Hemos sido testigos de una situación muy penosa: en el primer día del toque de queda una señora lloraba a moco tendido porque un policía le había indicado mal y ahora no podía tomar el bus que le correspondía para llegar a su casa antes que empiece el toque de queda. Se propaló por televisión canal 2 y ellos pidieron ayuda a su empresa (los periodistas en funciones podían capear el toque de queda), les enviaron una unidad y llevaron a la señora hasta su casa. Una gran acción que jamás olvidará la señora y ellos se anotaron un punto en nuestro corazón.

            Todos los lugares públicos, cerrados, sin estadios, cines, restaurantes, bares ni discotecas. Quienes eran atrapados durante el toque de queda los llevaban a la comisaría, si estaban de buenas, de lo contrario un capitán abusivo la emprendía a cachetadas contra un joven asustado: quienes deben dar ejemplo de aplomo y serenidad dejaban salir su parte animal.

            Quienes frisábamos más allá de los 40 años estábamos prohibidos de ingresar al mercado. Entonces conocimos el verdadero amor de la familia: Mi hija Charito y su esposo Pedro eran los únicos que salían a comprar, se sacrificaban por nosotros, papá y mamá y la pequeña hija de ellos. Al regresar cumplían rigurosamente los protocolos de desinfección. Ellos pusieron una batea con una toalla en el fondo y conteniendo lejía para desinfectar los zapatos. Andaban con alcohol en espray, se lavaban concienzudamente las manos con jabón y se desinfectaban con alcohol en gel. Por toda la casa había recipientes con alcohol en gel y en espray. No usábamos la entrada común de la Quinta, solo el postigo de nuestra cochera.

            Una vez que salí después de tres meses de confinamiento, me había crecido el cabello y estaba Bristol, Charito me consiguió cita en el spa Nicolls. Al volver pasé por la batea de desinfección de zapatos, me dijo que debía bañarme y poner toda mi ropa en la lavadora y me cambiara de zapatos para airearlos.

            Todos andábamos con mascarillas, escafandras y guantes, además de tener que mantener un distanciamiento social de 1.5 m. Yo aún salgo con mi alcohol en espray colgado del cuello y desinfecto todo vuelto que me entregan antes de guardarlo.

            El desacatar las restricciones y el toque de queda originó una tragedia terrible en la discoteca Thomas Restobar donde fallecieron 13 personas debido, más que todo, a la estupidez de los “agentes del orden”. Esta situación originó el artículo Culpables y Responsables que publiqué en Facebook el 08 de agosto de 2020. También está incluido en mi libro digital Cuentos de mi blog – Volumen II.

            Durante los tres años de pandemia, para cantar el japiverdi nos interconectábamos las tres familias por Zoom y nos “encontrábamos” en “vivo y en directo”. Incluido el cumpleaños de la mamá, Ainhoa se encargaba de apagar la vela. Ahora que la mamá no está yo le pido a mi nieta que me ayude a soplar mi vela. La Bebe canta el japiverdi con mucho entusiasmo y le encanta soplar las velas.

            Pero no todo fue drama, también se dio salida al humor, humor del bueno: Cuando declararon que el domingo nadie debe salir de sus casas, yo publiqué en Facebook que solamente Ulises va a salir ese domingo. Ulises, el Odiseo, quien al gigante Polifemo que se los comía le dijo que se llama Nadie.

            Para remarcar la distancia social crearon una imagen de una dama poderosa llamada Susana Distancia. No tardó en aparecer un meme que decía: Después de Susana Distancia viene Inés Tabilidad, Lalo Cura y Cindy Nero.

            Pero el meme que se llevó las palmas es el lamento amargo:

Nunca pensé que mis manos iban a

consumir más alcohol que mi hígado. Nunca.

            A Dios, gracias, que se inventaron las vacunas y estas nos han permitido un respiro, leve, pero respiro. Nos hace sentir más seguros aunque no libres del todo. Ya cuento con la cuarta dosis.

            Aun después de haberse autorizado la apertura de estadios, cines y discotecas, las Iglesias estaban cerradas. Los gobiernos autorizaban a todo menos a lo que más necesita el hombre: la esperanza. Ahora ya podemos ir a Misa y estamos reanudando nuestra vida.

            El hombre ha cambiado la naturaleza, para bien o para mal, también vamos a superar este ataque y alguna vez volveremos a respirar con tranquilidad.

            Puedo ir al mercado y a los centros comerciales cercanos, salimos a tomar desayuno o a almorzar afuera (siguiendo estrictos protocolos). Nos visitamos con nuestras hijas.

            Desde este mes de octubre se ha dispuesto que el uso de mascarilla ya no es obligatorio y se puede ingresar a los lugares públicos sin tener que mostrar el certificado de vacunaciones. Pero aún se ve a muchas personas con mascarillas en las calles, o son cautos o, tal vez, muy desconfiados. Bien por ellos. Pero el miedo va a tardar mucho más en desaparecer.

Este artículo se publicó en Facebook el 10 de octubre de 2022.

DESTAPAR UNA BOTELLA

            En Iquitos, hace muchos años, en nuestro restaurante vendíamos gaseosas y cervezas en botellas. La fábrica Lusitania vendía gaseosas en botella grande (620 ml) y en botella chica o media botella (320 ml). Pilsen vendía la cerveza solamente en botella grande. Todas las botellas tenían chapas (tapas corona) de hojalata.

            El gran problema es que no existían muchos destapadores, pero no fue problema: mi padre, don Pedro Suárez Soto, martilló en la parte interna del mostrador un clavo de 4 pulgadas hasta la mitad y luego, con el mismo martillo lo dobló hacia abajo y listo. Tuvimos nuestro propio destapador de botellas y podíamos vender todas las botellas de gaseosa o cerveza.

            Cuando nos íbamos de excursiones al campo, mi padre destapaba una botella media de gaseosa, le perforaba un hueco en el centro, con un clavo, y volvía a colocar la tapa en la botella a presión. En el paseo podía beber la gaseosa sin tener que destaparlo, solamente lo chupaba por el orificio de la tapa.

            Ahora se ha inventado, con el advenimiento del plástico, las botellas taparrosca. Con algo de fuerza giras la tapa, se rompe el sello y lo puedes abrir. Pero a veces no es tan fácil, sobre todo cuando la máquina falla al fabricar la tapa: se supone que la taparrosca solamente debe estar unida a su base por unas cuatro líneas de plástico y de esa manera, al girar resulta fácil romperlas y abrir la botella, pero muchas veces la tapa está completamente unida a la base. Ni con toda tu fuerza la puedes abrir. A lo más, gira locamente con todo pero no se abre.

            Mi amada esposa Maria Judith, bendita sea, era una mujer muy hábil e industriosa que no se amilanaba con nada.

            La encontré en la cocina afanada con un cuchillo serrucho que se usa normalmente para comer parrilladas, cortando la línea entre la base y la taparrosca de una botella de gaseosa. Muy sorprendido le pregunté:

  • ¿Qué haces, Bebe?
  • Estoy abriendo esta botella.
  • ¿No se abre girando?
  • No. Mira está bien pegada la tapa a la base, pero con este cuchillo le estoy aserrando por la línea y la voy a abrir en un ratito. ¿Ves? Ya está.

            Su orgullosa sonrisa de oreja a oreja era igual a la satisfacción al beber su gaseosa. Ella siempre encontraba una solución a todas las cosas. Nunca nada la detenía, menos una tapita de esas. Y, precisamente, la gaseosa era su bebida favorita.

            Muchas veces cuando me encuentro con una botella así, cojo el cuchillo y le corto la base y resulta fácil abrirla. Y después se preguntan ¿Por qué la recuerdo siempre?, porque ella era mi vida y lo sigue siendo.

            También se inventó las botellas de cerveza con tapa de hojalata “abre fácil”, la cual solamente debes girarla con la mano, aunque algunas veces es mejor ayudarse con un mantel.

            Ahora, como una manera de evitar que los niños abran frascos de medicina, han creado un tipo de tapa que tiene impresa una leyenda en letras mayúsculas:

PUSH DOWN & TURN TO OPEN

            Esto solamente dice que debes presionar hacia abajo la tapa y luego girar para lograr abrirlo. Es fácil de entender, pero mi amigo Patrick me contó que su hermano había ido a Estados Unidos, se sintió mal y fue al médico quien le recetó un medicamento. En la farmacia le dieron un frasco de este tipo, pero el hermano de Patrick no es de andar leyendo las tapas de los frascos de medicina y giraba y giraba y el dichoso frasco no se abría. Le mandó un cuchillazo a la tapa y así pudo tomar su medicina.

            Como pueden observar, hay muchas maneras de abrir una botella o un frasco, con destapador, con clavo doblado, con la mano, con un chuchillo para aserrar y hasta con un puñal, la cuestión es abrirla.