VACACIONES FAMILIARES EN IQUITOS

Todos los años viajábamos a Iquitos para pasar nuestras vacaciones. Mi esposa, Profesora de Educación Primaria, y mis tres hijitas en edad escolar partían el 02 de enero y yo les daba el alcance el 01 de febrero. Nuestras vacaciones terminaban el último día de febrero.

Todo era pasear en nuestra motocicleta y refrescarnos en todo balneario existente y vivíamos una vida feliz, enteramente feliz, no nos enterábamos de nada, no comprábamos periódicos ni veíamos noticieros; solamente nos relajábamos recargando nuestra baterías para soportar los trajines de la vida en Lima. Disfrutábamos de la hermosa ciudad de Iquitos.

Un mal día, camino a Pampa Chica se reventó la llanta delantera de la moto y esta corcoveó igual que un caballo y el tubo de escape me quemó la pantorrilla derecha.

Estábamos cerca al Hospital Iquitos, así que nos dirigimos allí. Qué desilusión. El médico de Emergencia, luego de revisar mi pierna preguntó, como un idiota, a la enfermera:

  • Señorita ¿tenemos algodón? – Respuesta – No doctor.
  • ¿Tenemos gasa? – Respuesta – No doctor.
  • ¿Tenemos agua oxigenada? – Respuesta – No doctor.
  • ¿Tenemos mercurio cromo? – Respuesta – No doctor.
  • Vea señor, vaya a su casa, lávese con agua oxigenada y se pone una crema para quemaduras.

Felizmente al día siguiente regresábamos a Lima donde fui atendido de emergencia en la Clínica Raimondi y mi pierna sanó bien, sin dejar cicatrices.

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