Pedro Urdemales estaba trabajando en una construcción cuando en eso perdió pie y cayó del segundo piso a la calle.
Se arremolinó la gente y daban órdenes sin concierto. Una viejecita decía:
- Traigan un vaso de vino.
Otras personas exclamaban:
- Traigan un vaso de agua.
Y la viejita:
- Traigan un vaso de vino.
Y los demás:
- Traigan un vaso de agua.
Pedro, como pudo se incorporó y dijo:
- ¡Háganle caso a la vieja!