- ¡Frente a su respectivo blanco! … ¡Fuego!
Era la voz de mando que ordenaba disparar en nuestra práctica de tiro en el Polígono del cuartel en Chorrillos. Éramos reclutas en el II CIR.
Uno de los personajes más populares era nuestro compañero a quien dieron en llamar “El hombre piña” porque todo le pasaba a él y solamente a él.
Cuando terminamos de disparar nuestras 10 balas del ejercicio se pudo ver los resultados: En mi blanco habían 20 balas y en la del Hombre piña, ubicado a mi lado, 0 balas. Todas sus balas las disparó en mi blanco y lo castigaron por eso.
En las prácticas de Orden cerrado nos enseñaron a ejecutar el Cuerpo a tierra, para lo cual primero se apoya el fusil en el suelo cogiendo con la mano izquierda del cañón y con la mano derecha a la altura del guardamano se ejecuta la maniobra hasta posicionarse en el suelo.
Todos lo hicimos, pero cuando el Hombre piña lo intentó sonó un crac, se le rompió el fusil. Le hicieron pagar, tuvimos que hacer una erogación entre todos los reclutas para que pudiera cumplir.
Duchos ya en la maniobra del Cuerpo a tierra nos fuimos al campo de fútbol y a la carrera lo hacíamos al sonido del silbato: Un silbato – al suelo – Otro silbato – Arriba y seguir corriendo; una y otra vez. Todo bien hasta que el Hombre piña se dio de cara con el resultado de una vaca indigesta. No sabíamos si reír o ayudar a nuestro camarada a limpiarse la cara.
En fin, era el Hombre piña. Pero lo máximo ocurrió cuando fue al baño. Había 10 baños tipo Chicago, esto es, sin taza, solamente el lugar donde ubicas los pies, te colocas en cuclillas y allá va. Uno estaba malogrado y tenía un letrero que decía no usarlo porque no baldea, no funciona su tanque de agua, un tanque de fierro ubicado dos metros por encima.
Pero el Hombre piña estaba apurado y los 9 baños estaban ocupados. Se dijo a sí mismo:
- No importa después echaré agua con un balde.
Así que se ubicó y estando en plena ejecución se escuchó un ruido raro y luego se soltó el agua del tanque y lo baldeó todo a él. Un año sin funcionar y se le ocurre justamente ahora descargarse. Qué piña el hombre.