EL CLUB

La hora de salida de nuestro colegio era las cinco de la tarde y caminar las siete cuadras hasta mi casa me tomaba 15 minutos, llegaba así siempre a tiempo para la cena a las 6 de la tarde.

Cenábamos temprano porque en mi casa no había luz eléctrica y nos alumbrábamos con lámparas y lamparines de querosene incluso para estudiar y hacer nuestras tareas.

Pero una tarde, a la salida,  me llamaron tres compañeros de salón para formar un club de fútbol pues conocían mi entusiasmo para organizar cosas así como mi habilidad para redactar oficios.

Nos sentamos en un salón de la Escuela y debatimos sobre el nombre del club y los elementos que podríamos invitar para jugar en nuestro club y nombramos la Primera Junta Directiva del Club Deportivo Juventía.

Al de la idea lo nombramos Presidente, me tocó ser Secretario, al otro chico, cuyo padre era contador y se había venido trayendo un Libro de Actas, regalo de su papá, lo elegimos Tesorero, y al último lo pusimos de Vocal.

Formamos un club de fútbol, apenas teníamos 8 años de edad y estábamos en Cuarto de Primaria en la escuela.

A los 8 años de edad yo tenía ya una larga experiencia redactando oficios a mano en Papel de Oficio y de acuerdo a las reglas documentarias de la época. No se podía concebir que tu calle pueda jugar un encuentro de fútbol  con la calle San Martín sin que medie un oficio de desafío. También la aceptación tenía que ser mediante un oficio escrito.

Llegué a mi casa a las 6 y media y mi papá, muy serio, me  preguntó:

  • ¿Por qué llegas tan tarde?

Muy tranquilo le dije:

  • Estábamos en sesión. Formamos un Club Deportivo y elegimos la Primera Junta Directiva. Me eligieron Secretario y aquí traigo el Libro de Actas para pasar el Acta de la Sesión de hoy.

Cambió el semblante de mi papá y muy molesto increpó a mi hermano mayor, Raúl:

  • ¿Por qué tú nunca haces eso?

Debe haberme odiado mi hermano.

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