Se celebraba el aniversario del Club Universitario de Iquitos, su local quedaba, si mal no recuerdo en la Bermúdez, y mi orquesta amenizaba la fiesta.
Luego del obligado Himno Nacional, el Presidente del club pronunció emocionado su Discurso de orden y decía, subiendo la voz a cada palabra:
- Aunque este año bajamos a Segunda, estoy seguro que con la ayuda de todos ustedes el próximo año estaremos militando ennn…
Un gracioso desde el fondo gritó:
- Tercera – y le quitó toda la viada al pobre Presidente.
Este, rojo de vergüenza y sobre todo porque le había malogrado el efecto dramático de su discurso bien ensayado, sólo atinó a decir:
- Muchas gracias, muchas gracias.
Y fin del discurso.