Un país se define como una comunidad social con una organización política común y un territorio y órganos de gobierno propios, que es soberana e independiente políticamente de otras comunidades.
Cada país tiene un nombre y denominación pertinente de cómo se les dice a las personas de ese país.
A esta denominación se le describe como adjetivo gentilicio.
El adjetivo gentilicio es aquel que «denota relación con un lugar geográfico», ya sea por barrio, pueblo, ciudad, provincia, región, país, continente, o cualquier otro lugar o entidad política.
El adjetivo gentilicio se puede sustantivar, es decir, se puede referir a una persona mencionándola únicamente por su gentilicio y así se puede decir correctamente el limeño (en lugar de decir: el individuo limeño), la alemana, etc.
En definitiva, al ciudadano de un lugar se le denomina de una manera que está relacionado con el lugar mismo, a excepción, claro está, de aquellos lugares que tienen nombres compuestos o se refieren a un nombre muy antiguo y que corresponde incluso a otra cultura en el tiempo.
Ha sido siempre mi preocupación conocer los gentilicios de la mayor cantidad de lugares puesto que siempre ha sido el tema preferido en los exámenes en todos los lugares, así como también la onomatopeya de todos los animales. De esto he informado concienzudamente a mis hijas, recalcando la importancia de conocerlas pues ellas también irían a la universidad.
Nos ayudaba un libro que salía cada año, el Almanaque Mundial, y contenía toda la información acerca de todos los países del mundo, país por país: Nombre, nombre original, lugar, idioma, moneda, gentilicio, forma de gobierno, gobernantes, etc.
Los compraba cada año para ellas, de manera que también estaban versadas en el tema gentilicio.
En cierta oportunidad, caminando por las calles de Iquitos en nuestras vacaciones familiares, alcancé a escuchar a un chico que estaba contando la película a sus amigos:
- … entonces los inglaterranos…
Compartí este hecho con mis hijas y Claudia repuso:
- En nuestro grupo de amiguitos un chico dijo: nosotros somos belgicanos.
En el primer caso, el chico no tenía nada que ver con Inglaterra y por lo tanto para él era correcto decir, que puesto que eran de Inglaterra, son inglaterranos.
Pero en el segundo caso el amiguito decía ser de Bélgica y no sabía que era belga y no belgicano.
Es ampliamente conocido el hecho que a los oriundos de Rio de Janeiro se les llama cariocas, del mismo modo que a quienes son de El Callao se les dice chalacos.
Es bueno recalcar que no a todos los nacidos en el departamento de Arequipa les cae la denominación de characato sino solamente a quienes son de la ciudad de Arequipa.
A quienes proceden de Alcalá de Henares se les dice complutenses porque el nombre romano de esta ciudad española era Complutum.
Los malgaches son los habitantes de Madagascar, los jerosolimitanos son aquellos naturales de Jerusalén y los ceilaneses son los procedentes de Sri Lanka o Ceilán. Los neerlandeses proceden de los Países Bajos, los kazajos de Kazajistán, los lusos de Portugal, ridzenes de Riga, los antiguanos de Antigua y Barbuda y los conejeros de Lanzarote.
Los boricuas de Puerto Rico, llamados así por la isla Boriken, honorífica del dios de la cosecha, pero que sin embargo se prefiere llamarlos simplemente puertorriqueños. A los costarricenses se prefiere llamarlos ticos.
A los habitantes de Alaska se les llama alaskeños o alasqueños.
Hace varios años escribí a la Municipalidad de Pueblo Libre para que me informen sobre el gentilicio del distrito. Respondieron que habían consultado con la Dra. Martha Hildebrandt y el resultado es que Pueblo Libre no tiene gentilicio.
Con respecto a Brasil, la RAE recomienda usar el gentilicio brasileño, pero a los loretanos, que están en contacto cercano con ellos, les hace más gracia decirles brasileros. Aunque a nosotros los loretanos nos gusta más decirles brashicos, como también colochos a los colombianos, ecuachos a los ecuatorianos y boliches a los bolivianos.
Desde que llegó a Iquitos la tendencia de hablar al revés nos pareció más divertido decir a los brashicos “coshibra”.
En mi salón del Segundo de Media había un compañero a quien todos decíamos Coshibra. El Profesor de Álgebra, David Bocanegra nos explicó que de acuerdo a las reglas del Ministerio de Educación a Francisco Da Costa Pérez, se le anota en el registro como: Costa Pérez Francisco Da.
Cada mañana en la primera hora de clase (Matemáticas de lunes a viernes) entraba el Profesor Bocanegra al aula y llamaba invariablemente:
- Costa Pérez Francisco Da.
Coshibra desde que llegaba el Profesor ya se sentía inquieto, peor cuando él preguntaba:
- ¿Qué va a dar?
- No sé Profesor.
- Paso, pues, hombre.
Naturalmente Coshibra no sabía la lección, nunca sabía, pero este sainete se repetía cada día de clase.
Para concluir diremos que a los ficticios habitantes de la Luna se les llamaría selenitas, porque el nombre griego de la luna hace referencia a la diosa Selene.