Hasta no hace muchos años la lecha evaporada solamente se vendía en tarros y no existía ni por asomo los tarros abrefácil.
Tenías que usar un cuchillo de cocina grande para hacerle dos cortes: uno para que salga la leche y el otro para que entre el aire porque sino no sale la leche.
En opinión de mi amada esposa la única leche evaporada buena era la leche Gloria porque es espesa y bien cremosa y todas sus preparaciones salen bien, con buen sabor.
Pero mientras nosotros colocamos el cuchillo en posición y con la palma de la mano hendíamos la lata, mi amada esposa alzaba el cuchillo y asestaba una puñalada a la lata.
No dejó de pasar por mi cabeza que a lo mejor se figuraba que el tarro era yo, pero, por si las moscas, decidimos que era un juego que podía terminar mal. Conversamos con nuestras hijas y decidimos que lo mejor era comprar los nuevos tarros de leche evaporada Laive que viene en cajita de cartón.
Le expliqué que con esta leche no necesitaba usar el cuchillo: solamente tiene que levantar la lengüeta y retirar el sello de oropel plateado. De esta manera tiene leche evaporada, ya que no la más cremosa, por lo menos fácil de abrir y que no presenta ningún riesgo. Sabía ella que yo era experto en Seguridad Industrial y me hizo caso. Aceptó cambiar sus tarros apreciados por la leche en cajita.
Aunque no la convencí en todos los casos.
Acudíamos a la Autoridad del Chatarreo de vehículos de la Municipalidad de Lima que estaba ubicada el jirón Emancipación. Al regresar, siendo hora de su refrigerio, compré en una bodega al paso un yogurt. No había Gloria de manera que le compré Laive.
Tomó su yogurt pero me dijo:
- No me vuelvas a comprar nunca más este yogurt. Es ácido. Si no hay Gloria no me compres nada.
- De acuerdo, Bebe.
Efectivamente, el yogurt Laive es ácido; quién sabe por qué se les ocurriría que esto está bien a los fabricantes, pero ni a ella ni a mi nos hace gracia lo ácido. El yogurt debe ser dulce y agradable puesto que es una bebida frutada.