Pese a que el Neurólogo del Ancije (Hospital Geriátrico de Essalud para Maestros jubilados) nos aseguró que mi amada esposa no padecía del Mal de Alzheimer, la verdad es que sí estaba siendo atacada por esta enfermedad.
Poco a poco la vimos cambiar hasta que se desencadenó de manera franca la enfermedad. En opinión del Médico la presencia del Alzheimer en mi amada esposa es completamente precoz. También fue precoz su desarrollo. Muy rápido evolucionó hasta la completa pérdida de los conocimientos, la memoria y la razón.
Generalmente se presenta en personas de más de 80 años, en el presente caso ocurrió a los 72 años, mucho antes de la edad que podía producirse.
La Asistenta Social del Ancije fue quien sugirió que la trasladáramos al Padomi para que pudiera ser atendida en su domicilio. De hecho fue la mejor solución. El Padomi es el Programa de atención domiciliaria de Essalud.
Un día vino a evaluarla el Psiquiatra y comenzó su evaluación con la pregunta de rigor:
- Señora ¿Cómo se llama usted?
- ¿Yo? Yo me llamo Maria Judith Alva Rivera de Suárez.
Sorprendido ante tamaña respuesta, no se lo esperaba, el Psiquiatra me preguntó:
- Usted le dijo ¿Verdad?
- Se lo digo todos los días, todas las veces. Pero no recuerda otras cosas.
Entonces el doctor continuó con la evaluación:
- Señora ¿Quién es el señor que está a su lado?
Mi amada esposa me miró de arriba abajo y entonces contestó moviendo la mano como diciendo nadie:
- Él, es el que siempre está ahí.
Comfirmado que no poseía conocimiento ni memoria, el profesional dio por concluido el examen. Jamás olvido este episodio.
No recordaba nada, que soy su esposo, que es madre, tía y abuela, pero en lo más profundo de su ser comprendía que yo siempre estoy ahí.
Y siempre estuve ahí, orgulloso de ser la persona señalada por ella cómo el que siempre está ahí.
Siempre estaré ahí, para ella y para todas las personas que amamos. Es un don que se me regaló en gran medida.
El que siempre está ahí
Ese soy yo