YO SOY JIMAN

            Cuando en setiembre de 1985 llegamos a vivir en nuestra casa nueva en Pueblo Libre, mientras yo iba a trabajar en la Cervecería Backus, mi amada esposa intentaba hacer un jardín en el frente de nuestra casa.

            Todo el que ha comprado casa en Lima, sabe que el suelo es arcilloso y duro. Se tiene que roturar el duro suelo a punta de pico y pala, retirar ese suelo inútil y reemplazarlo con tierra de chacra.

            Ella nunca se arredraba ante las dificultades y estaba en esa faena cuando vino a presentarse un niño gordito que vivía al frente, en un “pueblo joven” y le dijo:

  • Yo soy Jimán (He-Man).
  • ¿Así?
  • Sí, señito. Yo soy Jimán.
  • ¿Y qué hace Jimán?
  • Yo puedo volar.
  • A ver, pues, vuela.

            «He-Man es un personaje de ficción dentro del universo Masters of the Universe. Pertenece al universo DC Comics. Es el alter ego del Príncipe Adam de la Casa de Randor.

            Cada vez que el príncipe Adam tiene la Espada del Poder en alto y proclama: «¡Por el poder de Grayskull! ¡Yo tengo el poder!», se convierte en He-Man.».

            Fuente: Wikipedia La enciclopedia libre.

            Maria Judith nada sabía de jimanes ni de ninguna de esas cosas porque nunca veía programas infantiles y el diálogo con el gordito y el desafío fue solamente por su costumbre de fastidiar a los niños.

            Estaba ella regando con manguera el jardín para suavizar el suelo y lo había convertido en una piscina de barro.

            Cuando Jimán se lanzó a la “piscina” quedó todo embarrado, ella parecía asombrada pero por dentro se reía a carcajadas. La mamá del niño vino a rescatarlo y se lo llevó a su casa sin decir nada.

            Cuando me contó no podía dejar de reír, casi ni se le podía entender la historia en medio de su risa. Muy serio le dije:

  • Solo tú puedes hacerle eso a un niño.
  • Pero ¿para qué me dice pues “Yo soy Jimán”? Le dije pues que vuele.

            Pero una cosa es cierta, los niños son muy influenciables por las cosas que ven en el cine o la televisión.

            Cuando exhibieron Supermán muchos niños se accidentaron intentando volar como su héroe; y también cuando pasaban cachascán por televisión los niños terminaban luxados por intentar aplicar las llaves que observaban.

            Y, en todo caso, la moraleja es: Con Maria Judith no juegues.

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