En octubre de 2022 se autorizó, por fin, a dejar de usar las famosas mascarillas después de casi tres años que vivimos con el rostro oculto tanto por las mascarillas como por las escafandras.
Como no fue fácil el imponer su uso, tampoco será fácil dejar de usarlos habida cuenta de que nos habíamos acostumbrado a esconder nuestra alegría, nuestra pena y nuestro dolor y hasta nuestra risa tipo “Pulgoso” (risa sarcástica y contagiante que Pulgoso soltaba cuando hacía una maldad en el Show de la Hormiga Atómica).
Algunas anécdotas van a sobrevivir a la pandemia porque el humor es lo que nos da fuerzas para resistir hasta a los virus.
EL TRABAJADOR
- ¡Que me dejes entrar, hombre! ¡Qué llevo dos años trabajando aquí!
- A ver, póngase la mascarilla.
EL ATRACO
- Ya no es necesario llevar mascarilla en interiores, caballero.
- Que esto es un atraco, idiota.
EN EL GYM
Llevo 10 minutos sin la mascarilla en el gym y ya me han pillado tres veces cantando y moviendo la boca como un idiota.
LA CARA
Después de dos años con mascarilla voy a tener que volver a aprender a disimular mi cara de asco.
EN EL SUPER
Los empleados del Supermercado se ponen las mascarillas, mientras los productos son más carillos.
EL PROFESOR
Ahora que no llevamos mascarilla, le doy clases a un montón de gente que no conozco.
LA DESILUSIÓN
Meses haciéndole ojitos a la fulana esa y resulta que era más fea que un bagre; es la maldad de la mascarilla.
OFERTA
SE VENDE MASCARILLAS CON POCO USO: SE PUEDE CONVERSAR EL PRECIO PARA LLEGAR A UN ACUERDO.