Muchas veces la labor del Director de una escuela pasa desapercibida y solamente los docentes y los alumnos involucrados lo toman en cuenta, y casi siempre forma parte de la historia de los mejores años de su vida.
Igualmente sus hijas, quienes con orgullo explican por qué su mamá nunca asiste al colegio de ellas en el Día de la Madre y tampoco en el Día del Maestro, “porque su mamá tiene que presidir esta celebración en el colegio donde ella es la Directora”.
Mi amada esposa, Maria Judith Alva Rivera, era la Directora del Centro Educativo Nº 1119, ubicado en la calle Abtao 1101, zona de Matute, distrito de La Victoria.
La labor de la Directora es fundamentalmente administrativa y diplomática porque tiene que hacer gestiones para conseguir cosas que el Ministerio de Educación debería obligatoriamente proporcionarle pero jamás se toma el trabajo de cumplirlo.
Por suerte entre los padres de familia hay artesanos que se avienen de buena gana a colaborar para reparar las carpetas y un dueño de una ferretería que gustosamente reparaba los caños de agua potable y servicios higiénicos, elementos de vital importancia en el colegio donde tienen que pasar largas horas alumnos y docentes.
Una vez me preguntó si conocía a alguien en una fábrica de pintura para pedirle una donación de pintura para la escuela. Le dije que el Gerente de Producción de Backus es Director de la Fábrica de pinturas Fast, que iba a conversar con él.
El Ingº Walter Macher Benvenuto me preguntó si el colegio de mi esposa está autorizado a otorgar una constancia de donación.
Fui con mi esposa a la Supervisión de Educación donde el empleado encargado de estos trámites se negó a otorgar una constancia de que el Colegio Nº 1119 está autorizado a dar la constancia de donación.
Este infeliz solo decía:
- Que traiga la donación y le entregamos la constancia.
Intentamos explicarle que antes de autorizar la donación la fábrica requiere que se le diga que el Colegio Nº 1119 está autorizado a otorgar la constancia, y erre que erre:
- Que traiga la donación y le entregamos la constancia.
Parece mentira pero existe esta laya de funcionarios que jamás hacen ningún bien a nadie. Se perdió la oportunidad de conseguir la donación de pintura.
El Club de Leones de La Victoria construyó en el colegio un pabellón de dos pisos motu proprìo y cuando celebraron su aniversario invitaron a la Directora. Fuimos gustosos a esta fiesta.
En el año de 1987, el Alcalde del distrito de La Victoria, Juan Andrés Espejo Luna Victoria, deseando otorgar un reconocimiento a la Directora de su colegio, convocó a todos los Directores del distrito a una ceremonia especial donde entregó una Medalla de Reconocimiento, un gesto que emocionó a todos los Directores, incluyendo, por supuesto, a mi amada esposa y a nosotros, su familia.
La medalla de una aleación especial tiene en el anverso el Escudo de Armas del distrito con la inscripción; MUNICIPALIDAD DE LA VICTORIA, y en el reverso está la efigie del Inca Manco Cápac con la inscripción: MEDALLA CÍVICA DEL DISTRITO – 1987.
También tengo en mi poder un broche de plata con la inscripción: Bodas de Plata y en el reverso dice C. E. 1119.
Bellos recuerdos de una función de autoridad como es la de ser Directora de un Centro Educativo y que no es, precisamente, el Ministerio de Educación quién los concede sino la sociedad a la cual pertenecemos todos.
Acciones como el de los padres de familia que colaboran con la escuela donde estudian sus hijos, el del Club de Leones y el del señor Alcalde del distrito, son gestos que honran a la sociedad entera y nos llenan de orgullo propio. Dios les colme de bendiciones.

