LA CHEFA

            Es un vocablo empleado por mi nieta Andrea para referirse a su amiguita María Paula Chumpitaz Guerrero, nieta de nuestros amigos Dora Santos y Víctor Chumpitaz. Ambas eran adolescentes y Dora la traía a nuestra casa porque Andrea pasaba sus vacaciones con nosotros:

  • Ella dice que es la chefa en su casa.

            Seguramente durante sus juegos conversaban y le habría manifestado que la repostería en su casa lo hacía ella.

            En realidad chef, según el diccionario de la RAE, es voz tomada del francés chef (‘jefe’), que se emplea en español con los sentidos de ‘jefe de cocina de un restaurante’ y, especialmente, ‘cocinero profesional de grandes dotes y reconocido prestigio’. Es común en cuanto al género (el chef, la chef).

            Definitivamente la RAE no acepta el vocablo chefa, todavía, pero ya lo hará cuando se dé cuenta de que la mayoría de hispanohablantes lo usa, sobre todo ahora que las reglas acerca del género está continuamente cambiando porque las damas exigen cada vez más un lugar en nuestro mundo formal.

            En nuestra casa, sin embargo la chefa era Andrea, preparaba panqueques (crepes u omelettes), queques y cupcakes en una increíble variedad de formas y materiales; su fascinación fue hacer cupcakes de galletas Oreo.

            Todos los materiales y moldes que tenemos en nuestra casa los adquirimos para que Andreíta pudiera desarrollar su afición que, naturalmente, nos asombraba y lo favorecíamos.

            Mi hija Luisa es Cirujano Dentista, graduada en la Universidad Peruana Cayetano Heredia pero hace tortas preciosas de calidad profesional. Su hija Rafaela se matricula en cuanto curso hay en las vacaciones, desde danza y ballet hasta computación y repostería y es muy buena en todo, a nivel de Maestra. Entonces, ella es la chefa en su casa.

            Ainhoa, tiene 5 años pero le encanta estar en la cocina. No puede tocar la candela pero ayuda en la preparación de muchas cosas y le encanta.

            Con su mamá, Ainhoa prepara las tortillas rapiditas de Bimbo a las que ella misma denomina fraydeis (Fridays). Los chicharrones de pollo y pescado los prepara ella: un plato con harina condimentada (sal y pimienta), un plato con huevo batido y un tercer plato con pan rallado. Toma la presa y los pasa por cada plato y queda listo para freír, de esto se encarga la mamá.

            Con sus cinco añitos le pidió a su mamá que le enseñe a “romper” los huevos. Ahora cuando vamos a usar huevos en una receta ella es la encargada de romper los huevos y lo hace con total maestría, pero lo más importante es que le gusta hacerlo.

            Cuando nos toca hacer mini cupcakes ella es la encargada de separar los pirotines que siempre están muy pegados. Con sus pequeños deditos los separa uno por uno, es muy meticulosa con eso, y los pone en el molde de 24 quequitos.

            Hacemos pan pita, yo preparo la masa y la hago fermentar, trozo la masa y cada porción la boleo quedando lista para la formación del pan. De ello se encarga Ainhoa, ella aplasta la bola de masa con la mano, le pasa el rodillo de amasar y estira sus bordes para darle la forma redondeada. Lo meto al horno y mi amada nieta degusta el pan caliente en la cena. Somos un equipo.

            Cuando nos toca preparar rosquitas de ajonjolí, delicia que a todos encanta, Ainhoa se encarga de pincelar las rosquitas con leche y poner el ajonjolí tostado sobre ellas y con mucho cuidado lleva el ajonjolí y lo pone sobre cada rosquita presionando suavemente. Es increíble cómo le encanta realizar sus tareas.

            Cuando preparo pan campesino ella se encarga de espolvorearle harina antes de meterlo al horno. Y cuando hago queques Ainhoa se encarga de manejar el cedazo automático pues en repostería la harina debe ser cernida.

            Recordarán que como terapia por la partida de la abuelita la hicimos participar en la preparación de la pizza: ella, desde entonces se encarga de decorar su parte de piza (sin kétchup) con hotdogs salteados en mantequilla. La salsa de tomate especial que su mamá prepara laboriosamente y muy bien condimentada, no le agrada a Ainhoa y le endilga el simple apelativo de kétchup.

            Ha rebautizado las mini empanaditas de boda, galletas dulces cubiertas de grageas pequeñas y multicolores: ahora por decisión de Ainhoa se llaman Galletas Arco Iris.

            Definitivamente, en palabras de Andrea, Ainhoa es la chefa de nuestra casa.

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