Hace muchos años que llegó la televisión al Perú. Un lujo que solamente podían disfrutar los limeños. A Loreto tardó bastante más en llegar.
La televisión en blanco y negro fue la maravilla del siglo y era necesario tenerlo en casa por tus hijas. Ellas tenían la misión de hacer sus tareas del colegio y repasar la lección para poder disfrutar de este grandioso invento. Era impensable no ver la televisión durante el almuerzo y la cena, y en el desayuno solamente de manera fugaz porque se pasaba la hora. Alguien que se respeta solamente podía tener televisión de 24 pulgadas de consola, es decir que era un gran mueble pesado que tenía sus propias patas para asentarse en el suelo. Nuestro primer televisor fue un Westinghouse, blanco y negro de 24 pulgadas, de consola, que adquirimos en Yompián (Donde ganan los que van) de la avenida Abancay en el Centro de Lima.
Anteriormente toda la diversión provenía de las radioemisoras. Una emisora que siempre me había parecido curiosa era Radio Reloj. Una vez pregunté al soldado encargado del salón de Oficiales si sabía la hora, movió la cabeza en señal afirmativa, encendió la radio y giró el dial a Radio Reloj. Cada minuto anunciaba la hora.
Las emisoras más importantes contrataban a los artistas internacionales para presentarse en su auditorio con emisiones en vivo que también grababan y luego sacaban a la venta los discos. Radio Central trajo a Los Caporales.
Los canales de televisión más importantes eran el Cuatro y el Cinco (Panamericana). También el canal Siete, del estado, pero pasaban mayormente programas enlatados, es decir grabaciones que generosamente proporcionaban algunas embajadas.
Los canales privados competían entre sí para contratar estrellas del mundo artístico. Así llegaron Chubby Checker, conocido mundialmente como el Rey del Twist, Sergio Murillo y divas como María Félix. Fue grandioso cuando vino Dámaso Pérez Prado con el mambo y después con el dengue. Tan especial era el dengue que se tocaba el ritmo golpeando con las baquetas un aro de carro y se trajo a Daisy Guzmán para enseñarnos el tan novedoso baile. También tuvo amplia difusión la venida de Tin Tan cuyo espectáculo cómico y musical fue deslumbrante y nos reímos a carcajadas. Todo el mundo repetía sus canciones pegajosas:
Cantando en el baño
Me acuerdo de ti…
o
Este es el corrido
de un caballo flaco
que salió un domingo
pa Guadalajara.
Su noble jinete
no pesaba nada
porque iba arriba
don Agustín Lara.
La televisión pugnaba por la sintonía y organizaban Programas Concurso, una de las más sonadas fue Helen Curtis Pregunta y también lo que Vale el Saber.
Pero también hacían concursos sobre cualquier novedad que aparecía en el universo, tales como Concurso de Yo-yos, concurso de Rock And Roll, etc.
Fue a finales de los años 70 cuando se produjo el Boom de la televisión a color. Era como tener el cine en casa en Technicolor. El televisor a color más grande era de 20 pulgadas y era de sobremesa; nuestro primer televisor a colores fue Tatung de 20 pulgadas, de sobremesa, con mando manual de perilla. Aún no llegaba el control remoto.
Hoy en día la televisión está tan venida a menos que necesitamos contratar televisión por cable para ver algo mejor; y en los últimos años hemos tenido que recurrir a Netflix, Youtube, Plex, etc. para disfrutar películas y series de valor sin comerciales.
Más de dos años de pandemia nos ha alejado de los centros de espectáculos más concurridos: cine, teatro, ballet, circo y estadio, para ahora circunscribirnos nada más a la “caja boba”.
De hecho no se me ocurriría de ningún modo asistir a un espectáculo masivo por ninguna circunstancia. Me basta con poder entrar al Mercado Particular de la avenida Bolívar, pues durante un año se me prohibió ingresar por esa muletilla loca de que soy “adulto mayor”. Pero en casa nos cuidamos todos, desde la más pequeña hasta el mayor, que lamentablemente ahora soy yo.
Los televisores, por supuesto, han dado saltos gigantescos desde lo que fueron los tubos de rayos catódicos, hasta los transistores y en la actualidad los circuitos integrados, de manera tal que los televisores son hoy en día ultradelgados, smart y del tamaño de una pared.