Cuando un país está en guerra necesita utilizar todo el equipo de propiedad de civiles para el transporte de personal o de armamento.
Durante todo el conflicto con el Ecuador que se realizó principalmente en la zona de la Amazonía, se requirió el apoyo de los aviones Faucett para el transporte aéreo, pero principalmente el de los barcos de la navegación fluvial.
Para transportar tropa y armamento se utilizó los barcos con motor y las alvarengas pues todos los armadores colaboraron.
Una alvarenga es un barco sin motor. Es decir, que el motor está en reparación o esta inutilizado, y para poder usarlo en el transporte se le amarra al costado de un barco con motor. Esta es una figura de mi niñez en Iquitos.
Es decir que en vez de estar en la ribera sin uso, servía para el transporte militar impulsado por el barco con motor. Todos los niños sabíamos cuando veíamos dos lanchas juntas, que una es la lancha con motor y la otra es la alvarenga.
También era frecuente ver surcar el río Amazonas las chatas cargadas hasta el tope de bidones de combustible.
La chata es un tipo de embarcación fluvial de fondo llano, de poco calado y capaz de admitir mucha carga. Sirve para trasportar pesos de consideración de un lugar a otro pero no tiene motor. Son impulsadas por un remolcador de gran potencia.
En la Segunda Guerra Mundial se usó planeadores para transportar tropa y equipo. Un planeador es un avión sin motor, por lo cual debe ser jalado por un avión y una vez en el aire se desengancha y vuela solo por la pericia del piloto que aprovecha las corrientes de aire hasta llegar a su destino. No puede aterrizar por lo que la tropa se lanza en paracaídas y también los equipos militares se lanzan con paracaídas múltiples.
Los Estados Unidos entraron en la guerra sin estar preparados para ella y entonces no tenían tiempo de fabricar aviones y sus correspondientes motores. Era más fácil fabricar planeadores, solo debían ponerle alas más grandes. Es el ingenio en acción, pero así salvaron al mundo.
Pero también en tiempo de paz se emplea vehículos sin motor enganchado a uno que sí tiene. En los años 60 era común ver dos tranvías uno detrás del otro. A éste le llamaban acoplado.
Los tranvías son vehículos que viajan sobre rieles y se mueven impulsados por corriente eléctrica directa para lo cual llevan en el techo un trole conectado a un cable de corriente directa. El trole constituía un polo (+) y los rieles el otro polo (-), con lo cual se cerraba el circuito. El tranvía que iba delante tenía conductor, el acoplado no. Había un cobrador que recorría ambos tranvías.
En todos estos casos la necesidad impuso la acción para solucionar los problemas y los hombres siempre han sido capaces de encontrar la mejor manera de resolverlos: alvarengas, chatas, planeadores o acoplados. Por ello somos Homo Sapiens.