- Primer Misterio
Anunciar y meditar el Primer Misterio. Antes de la oración se puede pedir por una intención personal: Por ejemplo
- Que nuestra hermana Maria Judith alcance el descanso eterno. Roguemos al Señor.
- Te lo pedimos señor.
Tomando con las manos la cuenta grande de la ristra chica rezamos el padrenuestro.
Tomando cada una de las 10 cuentas chicas que están juntas y con las que se inicia la corona rezamos un avemaría con cada cuenta.
Rezamos el gloria.
Rezamos la jaculatoria de Fátima
Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia.
María, madre de gracia, madre de misericordia, protégenos del enemigo y ampáranos en la hora de la muerte.
- Segundo Misterio
Anunciar y meditar el Segundo Misterio. Antes de la oración se puede pedir por una intención personal: Por ejemplo
- Que nuestra hermana Maria Judith repose en las verdes praderas. Roguemos al Señor.
- Te lo pedimos señor.
Tomando con las manos la cuenta grande que está a continuación en la corona rezamos el padrenuestro.
Tomando cada una de las 10 cuentas chicas que están juntas en la corona rezamos un avemaría con cada cuenta.
Rezamos el gloria.
Rezamos la jaculatoria de Fátima
Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia.
María, madre de gracia, madre de misericordia, protégenos del enemigo y ampáranos en la hora de la muerte.
- Tercer Misterio
Anunciar y meditar el Tercer Misterio. Antes de la oración se puede pedir por una intención personal: Por ejemplo
- Que nuestra para hermana Maria Judith brille para siempre tu rostro Señor. Roguemos al Señor.
- Te lo pedimos señor.
Tomando con las manos la cuenta grande que está a continuación en la corona rezamos el padrenuestro.
Tomando cada una de las 10 cuentas chicas que están juntas en la corona rezamos un avemaría con cada cuenta.
Rezamos el gloria.
Rezamos la jaculatoria de Fátima
Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia.
María, madre de gracia, madre de misericordia, protégenos del enemigo y ampáranos en la hora de la muerte.
- Cuarto Misterio
Anunciar y meditar el Cuarto Misterio. Antes de la oración se puede pedir por una intención personal: Por ejemplo
- Que nuestra hermana Maria Judith descanse junto a María y todos los Santos. Roguemos al Señor.
- Te lo pedimos señor.
Tomando con las manos la cuenta grande que está a continuación en la corona rezamos el padrenuestro.
Tomando cada una de las 10 cuentas chicas que están juntas en la corona rezamos un avemaría con cada cuenta.
Rezamos el gloria.
Rezamos la jaculatoria de Fátima
Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia.
María, madre de gracia, madre de misericordia, protégenos del enemigo y ampáranos en la hora de la muerte.
- Quinto Misterio
Anunciar y meditar el Quinto Misterio. Antes de la oración se puede pedir por una intención personal: Por ejemplo
- Que nuestra hermana Maria Judith ilumine nuestro camino y nos proteja siempre. Roguemos al Señor.
- Te lo pedimos señor.
Tomando con las manos la cuenta grande que está a continuación en la corona rezamos el padrenuestro.
Tomando cada una de las 10 cuentas chicas que están juntas en la corona rezamos un avemaría con cada cuenta.
Rezamos el gloria.
Rezamos la jaculatoria de Fátima
Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia.
María, madre de gracia, madre de misericordia, protégenos del enemigo y ampáranos en la hora de la muerte.
Finalizada la oración del rosario procedemos a rezar el Salve.
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas; ea pues Señora, abogada nuestra; vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros Santa madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.