84 DON NOÉ

            Don Noé Alva Vargas, papá de mi amada esposa María Judith Alva Rivera, es natural de Cajamarca. Pero eso es todo lo que sabemos de su origen. Nunca dijo de donde, exactamente, provenía. Lo único que pudieron sacarle en claro es que salió de su tierra a causa de su madrastra.

            Suponemos que hizo un largo recorrido desde Cajamarca a Chiclayo y de aquí a Tarapoto. De Tarapoto, también por carretera hasta Yurimaguas, pasando por “El Paredón”.

            A partir de Yurimaguas el recorrido es por el río Huallaga hasta desembocar en el río Marañón, cerca de Puntilla en el departamento de Loreto. Viajando por el río Marañón hasta Nauta donde el Marañón confluye con el Ucayali pera formar el río Amazonas.

            De Nauta subiendo por el río Ucayali llegó a Requena, el destino que deseaba arribar.

            Solamente para ser levado por el Ejército puesto que estaba en edad militar y llevado con el Batallón de Infantería Nº 9  en la nave América al mando del Teniente Primero don Manuel A. Clavero, en 1911, desembarcaron en La Pedrera a orillas del río Caquetá. Victoria completa registra la historia el Combate Naval de La Pedrera.

            Luego de dos años fue dado baja por tiempo cumplido con el grado de Sargento Segundo. Lógicamente se dirigió a Requena donde tenía interés en desarrollar todo su potencial.

            Trabajó en la hacienda de la familia Rivera donde dio muestras de conocimiento excepcional en tareas agropecuarias que nos hacen pensar que en su tierra había trabajado en una hacienda.

            Sabía cazar, podía capar cerdos para engorde y mejoramiento de su carne. Un chancho sin capar se llama verraco y su carne apesta a pichi. Tenía conocimiento superior acerca de sembríos, de arroz, plátanos, yuca, frejol maní. Intercalaba un sembrío con otro sin interrumpir su desarrollo. Saber combinar el sembrado de plantas requiere mucho conocimiento y experiencia.

            Naturalmente enamoró a la niña de la casa y se casó con ella, doña Natividad Rivera Pérez. A partir de allí ambos se dedicaron en cuerpo y alma a sus chacras (haciendas).

            Tuvieron 6 hijos; Dolores, Javier Domingo, María Florentina, Martha, Noé Segundo y mi amada esposa Maria Judith a quien todos en su casa la llamaban “la bebe”. Es decir que es la huinsha o la benjamina, o sea la menor de todos.

            Mientras los padres atendían la cuestión agropecuaria, los hijos estudiaban internados en los colegios.

            Don Noé surtía de alimentos al Ejército, al Colegio Agustín López Pardo de varones y al colegio del Sagrado Corazón de Jesús, de mujeres. Tenía además cultivos de caña de azúcar y fabricaba chancaca y aguardiente. De acuerdo a la técnica ancestral hacía “podrir” la yuca durante la creciente para obtener almidón y fariña que es el principal alimento para los soldados y los estudiantes en la Selva.

            Pero una característica resaltaba Judith como algo especial, muy especial: Se ponía en cuclillas en la ribera y oteaba el horizonte. Miraba el río como si escuchara lo que le está diciendo, de repente se ponía de pie y sabía: la creciente se va a adelantar o todo está normal. Si se adelanta la creciente del río se hace imperativo cosechar el arroz sembrado en las playas del río antes que se lo lleve la corriente. Fue el primer empresario que contrató mujeres para cosechar el arroz.

            El Nóbel peruano en sus andanzas por la Selva Amazónica ha podido enterarse de las habilidades de mi suegro, de la misma manera que obtuvo informaciones para su novela Pantaleón y las Visitadoras, porque en su novela  Travesuras de la Niña Mala dedica un capítulo entero a Arquímedes constructor de rompeolas, quien conversa con el mar y decide donde se debe construir el rompeolas para evitar que se arene o se lo lleve el mar.

            Paralelos imposible de existir, tiene que haber escuchado acerca de las habilidades de mi suegro don Noé. Leroy Jethro Gibbs, protagonista de la serie de televisión NCIS, dice, las coincidencias no existen.

            Desde luego, mi suegro, don Noé, era el único que tenía ese don y nadie se explicaba cómo es que él podía detectar y establecer el ritmo de la corriente del río para decidir de inmediato qué hacer en cada caso.

            También mencionaba Judith la habilidad de su padre para construir canoas y tejer tarrafas. Las canoas en nuestra selva se hacen de una sola pieza sin junturas. Se escoge el tronco, se abre un canal donde se echa agua hirviendo que lo va expandiendo y poco a poco va tomando la forma característica de la canoa. Se le inserta una quilla y se plantan tablones transversales que sirven como bancos. Se tiene cuidado de establecer cuál es la proa y cuál es la popa. La tarrafa es una red tejida con hilo del cero de unos 5 metros de diámetro en cuyos bordes se insertan trozos de plomo para que una vez desplegado en su totalidad la red sobre el agua, las pesas de plomo al irse hundiendo van cerrando la red y todos los peces que están por allí quedan atrapados. Lanzar la tarrafa, cual tarzán, desde la proa de la canoa requiere habilidad y experiencia.

            Fue su hijo Javier cuando regresó de Lima quien sembró cedros en su terreno y al cabo de algunos años tenían un cedral que le dio más precio a la chacra cuando tuvieron que vender todo lo que tenían en Requena para trasladarse a vivir a Iquitos, donde ya se habían establecido Dolores y Maria Judith, mi amada esposa.

Don Noé – Mi suegro

83 COCHE A LA VISTA

            El automovilismo es uno de los espectáculos más populares del mundo y algunas competiciones, como por ejemplo la Fórmula 1, cuentan con más seguidores que muchos otros deportes.

            Así mismo, es el que mueve más dinero, involucrando a un gran número de empresas, fabricantes, deportistas, Ingenieros y patrocinadores.

            Los Ingenieros desarrollan las últimas tecnologías en motores, aerodinámica, suspensión y neumáticos para lograr el máximo rendimiento; estos avances han beneficiado a la industria automotriz, con los neumáticos radiales y el turbocompresor, así como otros adelantos.

            En el Perú la competencia más importante y que motiva a más personas es Los Caminos del Inca la cual se disputa durante una semana y es, en verdad, un rally de varias etapas y todas de distinto recorrido, duración y tipos de pista.

            Los personajes más memorables de nuestro automovilismo son Henry Bradley, Arnaldo Alvarado, Chachi Dibós y “El Zorro” Yangali. Teodoro “El Zorro” Yangali, al ser de Huancavelica y camionero de minerales en la sierra tiño de mestizaje y provincianismo a la competencia, antes era muy elitista.

            Entre las personas con quienes estuve relacionado no hay muchos que alienten este tipo de competencias. Había un Ingeniero en Backus quien saliendo de su turno de trabajo a las 08:00 de la mañana se fue al Aeropuerto para ver llegar al Concorde que venía al Perú por primera vez. Un avión impresionante y el Ingeniero José Pino su único admirador en la cervecería.

            En temas de autos solamente mi yerno el Ingeniero Juan Vargas Fernández es el único que disfruta de las competencias de autos, principalmente de Fórmula 1.

            Pero en La Oroya, en 1972, Ricardo Boullosa Ramírez era fanático de los Caminos del Inca.

            Ricardo fue mi compañero de estudios en la UNAP, era el único que llegaba a la universidad en una motocicleta de 250 cc y sabía manejar toda clase de carros. Su hermano mayor tenía una factoría de reparación de autos y se había acostumbrados a los vehículos y las competencias.

            Ricardo tenía un amigo “Lobo” Zanatti en Iquitos que participaba en carrera de motos en la Carretera Circular y, cuenta Ricardo, en Lima fueron al cine Cinerama para ver El Grand Prix de John Frankenheimer y en una secuencia en la que el protagonista se salía de la pista el Lobo “metió freno”, tan involucrado estaba con la película que él pensó estar manejando el carro de Fórmula 1.

            Ahora se estaba realizando la más famosa carrera de autos del Perú, Los Caminos del Inca en el tramo Huancayo-Lima, pero, cosa curiosa, no pasaban los carros por la ciudad de La Oroya (tenían que pasar por el Puente Cascabel)  sino por el interior de las instalaciones de la Cerro de Pasco Corp. en La Oroya, la carretera interior que comunica a todas las Plantas Metalúrgicas.

            Instalaron una caseta en alto para transmisión radial de la carrera y habían puesto megáfonos por los cuales nos enterábamos del paso.

            El fanático Ricardo nos sacó de nuestras Plantas para mirar el evento:

  • Vamos “Gordo”, te va a gustar.
  • ¿Carrera de autos?
  • Sí, Caminos del Inca. Y van a pasar frente a nosotros.
  • Bueno, pues, vamos.

            Una veintena de Ingenieros Químicos, Mecánicos, Electricistas, Metalurgistas, estuvimos espectando el camino en la oscuridad cuando de pronto atronó el megáfono:

  • Coche a la vista.

            No puedo decir si vi o no vi. Luego del aviso escuchamos el ruido atronador de un coche sin silenciador y un rayo de luz de los faros semicubiertos por la neblina y vimos pasar como una exhalación dejando una estela de humo y polvo, algo inexplicable. No sé lo que vi.

            Una y otra vez hasta que terminaron de pasar la veintena de participantes en esta grandiosa carrera.

            Ricardo estaba conmocionado:

  • ¿Te das cuenta “Gordo”? Qué emoción, clarito lo vi, el primero era el “Zorro” Yangali, ese va a ganar porque esta es la última etapa de la carrera.

            El vehículo de Yangali era diferente en su forma a los demás competidores, era un Ford Mustang y más bien trompudo y por eso se le reconocía.

            Ese año, 1972, ganó la carrera Los Caminos del Inca, Teodoro “Zorro” Yangali, al igual que en 1971. Se ganó un lugar en la historia.

            ¿Si me divertí? Es algo que se puede discutir pero me alegró estar reunidos todos los Ingenieros que estábamos de Guardia en el Turno de 4 a 12 en el Complejo Metalúrgico, y sobre todo, la alegría que llenaba a Ricardo, mi compañero de estudios, colega y amigo.

La Llegada Fórmula 1
Piloto peruano»El Zorro Yangali»

82 EL ALCALDE DE MAYNAS

            Hubo en Iquitos un Sanitario, Clase militar del área de Sanidad, que era muy bueno con las personas a quienes ayudaba. Un día se dio de baja y puso un consultorio donde daba consultas médicas y les vendía baratas las medicinas. Recibía muchas muestras médicas y él las regalaba.

            Pero fue denunciado por el CMP y la policía lo detuvo. Todo Belén se levantó y exigió al Prefecto su inmediata liberación. Fue soltado en olor de multitud y lo sacaron cargado en hombros.

            Fue tanta su alegría y tanta la gente que él ya se sintió el próximo Alcalde Provincial. Hacemos hincapié que el barrio de Belén es simpatizante de Acción Popular, el partido del Presidente Fernando Belaunde, quien inventó las “elecciones municipales”.

            El Partido Acción Popular le hizo saber a Miguelito Olórtegui que ya tenían candidato para alcalde. De esta manera el sanitario fundó su propio partido pero no le fue bien y su agrupación se perdió en el olvido.

            Algunas veces un partido político lanza a una persona en base a su carisma y a su popularidad personal pero sin que sea miembro de la agrupación. De todas maneras se sobreentiende que el Alcalde es el Alcalde del partido que es quien dicta el rumbo a seguir.

            Ocurrió con el Alcalde Luis Arana Zumaeta, Alcalde Provincial por Acción Popular, pero observamos que nunca se presentaba a los Plenarios del partido por lo que se nombró una comisión para conversar y, sobre todo, aclarar su verdadera situación.

            Cuando nos recibió nos dijo que él es Alcalde de Maynas no de Acción Popular. Le indicamos que era alcalde porque nosotros lo lanzamos con toda nuestra gente e invertimos mucho dinero para hacer la propaganda. Que ganó porque era el candidato de Acción Popular no por su linda cara.

            Nos repitió que es el alcalde de Maynas y no tiene nada que hacer con Acción Popular. Si gastamos plata es asunto nuestro. Una persona sin el más menor sentido político, era Ingeniero y Gerente de una empresa local pero no tenía el más mínimo sentido común. Nos sirvió de escarmiento para nominar solamente a personas que hacen vida partidaria, no improvisados.

            El Alcalde se declaró en contra del Tratado de Río de Janeiro y ordenó demoler la estatua de la Plaza 28 de Julio que celebra la firma del tratado.

            En el monumento se puede leer la placa que dice:

“LOS PUEBLOS DE LORETO, SAN MARTÍN Y AMAZONAS, EN RECUERDO DEL PROTOCOLO DE RÍO DE JANEIRO DEL 29 DE ENERO DE 1,942, QUE BAJO LA INSPIRACIÓN PATRIÓTICA  DEL SEÑOR PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DR. MANUEL PRADO, ORGANIZADOR Y DIRECTOR DE LA DEFENSA DE NUESTRA SOBERANÍA TERRITORIAL, CONSAGRÓ PARA SIEMPRE LOS DERECHOS DEL PERÚ SOBRE TUMBES, JAÉN Y MAYNAS”.

            No contaba con la férrea oposición del Dr. Víctor M. Dávila, catedrático de la UNAP, sumo orador y escritor además cultor de las Bellas Artes.

            Todos los días se enfrentaban en la radio ambos contendores hasta que al fin el Alcalde cedió a la insistencia y las razones de alguien más versado que él en temas de la historia de Loreto. Pero al obelisco ya le habían rebajado más de un metro de la parte más elevada. Solamente volvieron a colocar la estatua en su lugar.

            Por algo dicen “Pa’bruto el alcalde”, en este caso nunca mejor dicho, fuera de esta situación su gobierno local pasó sin pena ni gloria.

El monumento en la Plaza 28 de Julio – Iquitos
Nosotros paseando en la Plaza 28 de Julio – Iquitos