74 SEMBLANZAS 3

AINHOA

            Mi nieta de 4 años siempre que se va a bañar lleva un juguete. Tiene una colección tremenda de animales. Al salir de la ducha pasa por mi habitación para mostrarme el juguete de turno y yo siempre le celebro:

  • Muy lindo tu perrito, Ainhoa. Me gusta tu perrito.

            Pero un día trajo otro animal y le dije lo mismo:

  • Muy lindo tu tigre, Ainhoa. Me gusta tu tigre.

            Ella no se aguantó y me aclaró:

  • Es un leopardo.

            Se lo conté a su mamá y ella me explicó que Ainhoa reconoce al tigre, leopardo, jaguar, cheetah, etc. y sabe sus diferencias.

HUEVOS PASADOS

            Cuando era niño, en Iquitos, mi mamá solía prepararme huevos pasados por agua porque sabía que me gustaba. Cuando me casé esa tarea lo asumió mi amada esposa solamente para darme gusto.

            La vi preparando: soltaba los dos huevos crudos en agua hirviendo y contaba a su ritmo hasta 120. Sacaba los huevos y los ponía en el chorro de agua fría para evitar que se sigan cociendo. Los ponía en un vaso con un poco de sal y pimienta. Ella no era persona que usara reloj o alguna otra cosa para saber cuándo ya estaban los huevos. Estaban perfectos.

            Lo de la pimienta lo aprendí en el restaurante de en frente de la cervecería cuando alguna vez algo impedía a mi señora servirme el desayuno: enfermedad o dar a luz.

            A Charito no le gustan los huevos pasados y por eso no me los prepara. Ya no pruebo huevos pasados.

TOM CAT

            Mi hija Luisa era la única de la familia que ponía nombre a todas las cosas, juguetes o animales. A una enorme rata que pasaba por nuestro delante cuando la Quinta aún estaba en construcción, era grande y voluminosa, la llamó “Panchón”.

            Ahora mi pequeña nieta Ainhoa está dando los primeros pasos en poner nombre. Su osito para dormir (si no le encuentran no duerme) se llama Teddy Bear Dormir.

            Algunas veces aparecen pericotes en la casa y ponemos veneno pero esto es siempre peligroso cuando hay niños pequeños en la casa. Es por eso que Pedro y Charito han dado cabida a un gato que siempre estaba rondando por la casa. Un “gato techero”. Le dan su alimento Purina Feliz Classic, su leche y le dejan entrar en la casa y Ainhoa juega con él. Charito me dijo que Ainhoa le llama Tom. Es el gato de la casa. Tom cat.

LAS PANTUFLAS MÁGICAS

            Saliendo del trabajo llegué a la casa y como era mi costumbre, fui a mi habitación para quitarme los zapatos y ponerme mis pantuflas. Como ex militar siempre pongo en orden todas las cosas para poder encontrarlas sin tener que estar buscándolas.

            Mis pantuflas las ponía debajo de mi cama con las puntas alineadas con el borde de la cama para que nadie se fuera a tropezar.

            Esa vez, cuando entré a mi habitación vi que las pantuflas salían como por arte de magia hacia afuera, como si fueran pantuflas fantasmas.

            Miré debajo de la cama y me encontré con la pequeña Charito que había pretendido darme un susto, pero conociéndola podía esperar algo por el estilo.

            Ahí comprendí por qué mi amada esposa barría, trapeaba y pasaba la lustradora debajo de las camas porque era el lugar predilecto de Charito para jugar.

EL OLFATO DE CHARITO

            Mi pequeña hijita jugaba a las escondidas con su perrito pekinés Sting. Cuando no le encontraba, Sting se ponía a resoplar por la nariz, me imagino que era para limpiar su olfato y luego olfateaba y la encontraba en un dos por tres.

            Tanto jugar con su mascota, Charito adquirió la misma capacidad de olfato.

            Mi esposa traía cajas de chocolate y yo lo escondía para poder compartirlos toda la familia. Charito, una vez se comió una caja entera de  bombones Princesa (100 chocolates). Le dio indigestión y por esa razón tenía que esconderlos hasta que sea el momento oportuno y estemos juntos toda la familia.

            Entonces, cambiaba continuamente el escondite de los chocolates, pero Charito siempre los hallaba. En cierta oportunidad la vi resoplando por la nariz, al igual que Sting, y dirigirse directamente a donde estaban los chocolates. No fallaba.

Tom cat

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *