Un vecino es, por definición, alguien que vive cerca de tu casa, ya sea en el barrio, en la quinta o en el edificio de departamentos.
Apenas llegábamos a un nuevo barrio en Iquitos, mi padre, don Pedro Suárez Soto, salía a la puerta y saludaba a las personas que vivían a uno y otro lado de la casa, dándoles el mágico título de vecinos:
- Vecino, buenas tardes ¿cómo está usted?
- Muy bien, vecino.
- Pedro Suárez Soto, para servir a usted.
Y se daba así inicio a una amistad que podía durar toda la vida. Los vecinos son los primeros invitados a todas las fiestas familiares y todos nos llamamos a uno y otro como “vecino”.
También los vecinos son los primeros en acudir en tu ayuda cuando ocurre un problema en tu casa.
Aun cuando te hayas mudado a otro barrio siempre te seguirán llamando vecino, porque alguna vez lo fuiste y dejaste marcada tu personalidad en su ánimo.
Para Claudia del Piélago, vive en la misma quinta frente a nuestro chalet, mi esposa es “vecina Judith” y yo soy “vecino Suárez”.
Generalmente las mujeres mayores se reúnen para comunicarse las “nuevas” o para tomar una decisión frente a una situación que se pueda presentar. Como cuando aparecieron pintas escritas con tiza en la vereda de la entrada de nuestra quinta. Se pusieron en “pie de guerra” para defender la quinta. En la televisión habían estado hablando que los ladrones antes de cometer sus fechorías primero observan el lugar y dejan pintas en la vereda en código que ellos entienden. Todos los días se levantaban y borraban con trapeador las pintas para entorpecer el trabajo de los asaltantes.
Hasta que apareció el Supervisor de Sedapal para pedir:
- Señoras, no borren mis escritos. Todos los días pinto dónde tienen que instalar buzones los obreros y cuando vienen no encuentran ninguna señal. La quinta necesita un buzón en la vereda para controlar y desatorar el desagüe para casos de emergencia.
- Ah, pues, primero avísennos. Nosotras creíamos que los ladrones estaban poniendo pintas para asaltarnos. Nosotras entre todas nos cuidamos.
Aclarada la situación, los obreros de Sedapal pudieron al fin instalar el buzón en nuestra vereda, pero el problema fue que Sedapal no comunicó oportunamente su intención y ahora ya todos saben:
¡VECINAS UNIDAS JAMÁS SERÁN VENCIDAS!