Un código secreto es, por definición, un conjunto de letras y signos que solamente lo pueden descifrar quienes están enterados del sistema.
Cuando era niño observé en Iquitos que las mujeres se comunicaban entre ellas con un sistema bastante simple y hasta elemental pero ellas se sentían satisfechas de poder hablar sin que “nadie más” lo pudiera entender.
Decían por ejemplo:
- Va – pa – mo – pos – a – pal – ci – pi – ne – pe.
- ¿A – pa – que – pe – ho – po – ra – pa?
- A –pa – la – pas – sie – pe – te pe.
Como decía, era un lenguaje muy usado por las damas y un niño, por muy lerdo que fuera podía captarlo.
Se cuenta la historia de un padre que era muy celoso y los jóvenes enamorados no tenían ni la más pequeña posibilidad de concertar una cita porque el papá de la niña no se despegaba de la sala. Al fin, al joven se le ocurrió una estratagema:
Se acercó al piano y comenzó a tocar Siete de la noche, rock de Danny.
Luego la chica se sentó en el piano y anunció Estaré contigo de Marco Antonio Solis y se puso a ejecutarlo.
Terminada la canción, el viejo se fue al piano y cantó A mí no me hacen el tonto, cueca.
Desde siempre la humanidad ha tratado de disfrazar sus intenciones y sus planes de manera tal que el enemigo no se dé cuenta, de tal modo que surgieron los códigos de guerra.
Pero, de todos modos, esto rebasa el nivel de juego que estamos narrando, marcado sobre todo por la inocencia de los participantes y la ausencia total de malicia. Sólo juegos.
Algo más elaborado lo leí en la revista Hobby en español, una revista inglesa que existía en la Biblioteca Municipal en Iquitos:
Consistía en trazar 4 líneas horizontales cortadas verticalmente en 3 partes, con lo cual tenemos 9 cuadrículas, y en cada cuadrícula se colocaba cada letra del alfabeto español que son 27.

Entonces bastaba con trazar el segmento de cuadrícula con un punto encima ocupando el lugar de la letra: a b c | | d e f| | g h i. Es evidente que el mensaje tenía que hacerse a mano, pero era muy sofisticado y, sobre todo muy secreto.
Pero para ello tenías que tener mucho interés y, sobre todo mucho empeño para lograr mantener tu código secreto.
Y ya que estamos en esto, los códigos, no debemos nunca descuidar a quienes tienen su propio código para dañar a las personas de bien. Son pintas que aparecen de repente en algunas veredas.
Los más saltantes los podemos definir:
Una X = Dueños están de vacaciones.
Un círculo grueso= El dueño es policía.
Un velero = Que la dueña es una mujer que vive sola.
Dos en números romanos = La casa es de ricos.
Una W = Que la casa es fácil de robar por la noche.
De manera que siempre debemos estar alertas por si aparecen algunos de estos signos o cualquier otro sin motivo aparente. Que más vale prevenir que lamentar.
