357 ESTE PARTIDO NO ME LO PIERDO

            Un niño pregunta al enamorado de su hermana:

  • ¿Usted es un pescado?
  • ¿Lo dices por mi cara de bagre?
  • No, sino porque mi mamá y mi hermana dicen que usted ya mordió el anzuelo.

            Este chiste  solamente denota que las más de las veces es la mamá la artífice de la formación de la nueva pareja y pone en juego una serie de recursos para acabar de convencer al “futuro yerno”.

            Escuché a una señora decir emocionada porque su hija mayor estaba enamorando con un Cadete de la FAP (Fuerza Aérea del Perú), Este “partido” no me lo pierdo. En ese entonces un piloto militar ascendía de golpe a la más alta aristocracia de Iquitos.

            A ese nivel ascendía toda la familia cuya hija se casaba con un piloto y por ello el empeño que ponía la señora. Convenció a su hija para que celebraran en la casa de ellas el cumpleaños del cadete e invitaron a todas sus amistades para que se llenaran de envidia.

            Yo estuve en la orquesta que amenizó el evento y la señora prácticamente “botó la casa por la ventana”. Fue una fiesta muy brillante y llena de encanto.

            Lástima nomás que el cadete regresó a Lima a continuar sus estudios y el compromiso nunca se afirmó.

            Pero una cosa es cierta, los padres nos preocupamos hasta que nuestras hijas se comprometan y se casen. Entonces respiramos aliviados y satisfechos.

            También nosotros pasamos por esa etapa, casar a nuestras hijas, pero jamás dijimos y ni siquiera lo pensamos, la frase en cuestión. Cada una de nuestras hijas nos presentaron en su debido momento al elegido de su corazón. Eso sí vale.

            En el Primer Volumen de Cuentos de mi Blog incluí el post ESA DOCTORA ES UNA BURRA. Allí narro lo siguiente:

            “En un examen de rutina para detectar osteoporosis, la Traumatóloga cometió una terrible equivocación: metió la pata.

            El resultado de la Prueba decía «Aumento de la densidad ósea en la base del cráneo». La doctora envió a mi esposa a Oncología. La cita era en 30 días.

            Mi esposa se asustó mucho y se pasó los 30 días llorando. ¡Cáncer! La pobre repetía con temor:

  • Mis hijitas aún están pequeñas. Ninguna se ha casado todavía. No las puedo dejar así. No me puedo enfermar de esta manera”.

            Es, pues, una cuestión de estado para los padres casar a sus hijas, dando de ese modo por finalizada nuestra labor en este mundo

            El ciclo vital de los seres humanos: nacer, crecer, reproducirse y morir, ha debido siempre incluir una fase más; Nacer, crecer, reproducirse, casar a sus hijas y morir. Y con esto cumplido quedaremos más que satisfechos.

            Y que mayor felicidad podemos sentir los padres que ver a nuestras hijas conformar una nueva familia feliz con su esposo e hija que nos llena de orgullo legítimo.

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