306 LAS CHARAPAS SON ARDIENTES

            El diccionario dice que una persona es ardiente cuando es apasionado y siente un fuerte deseo sensual.

            Charapa, según el mismo diccionario, es la denominación que se da a quienes son oriundos de la Selva Amazónica, o a todo lo que se relaciona con esta población.

            Específicamente se denomina charapa a los loretanos, de la misma manera que a los arequipeños se les dice characatos, o mochicas a los chiclayanos, churres a los piuranos, mazamorreros a los limeños y chalacos a los habitantes de El Callao.

            Estábamos en una reunión social y la esposa de un colega me seguía por todos lados y me decía “las charapas son ardientes”, “¿por qué las charapas son ardientes?”.

            Estaba bebida y yo trataba de esquivarme de su presencia, pero siempre me agarraba para decirme lo mismo.

            De haber estado sobria me habría gustado darle una explicación, pero no había caso, estaba bebida y ninguna explicación la podía calmar.

            Cuando estuve hospitalizado en el Hospital Rebagliati por un infarto que tuve en noviembre de 2013, ya estabilizado luego de la operación para instalarme un stent en la arteria coronaria, recibí la visita protocolar de cuatro chiquillas, estudiantes de la Escuela de Enfermeras.

            Me rodearon e hicieron preguntas sobre mi problema coronario y mi estado de salud. Ya saben, ¿siente algún dolor?, ¿siente alguna molestia?, ¿le están atendiendo bien?, ¿le vienen a ver sus familiares?, ¿de dónde es usted?

            Cuando dije que era de Iquitos, sus ojitos brillaron y sonrieron. Ya sabía lo que estaban pensando, de manera que les di una cátedra:

            Mucha gente, sin pensarlo bien, acostumbra decir “las charapas son ardientes”. Pero eso no es cierto.

            ¿No? – dijeron al unísono.

            No. Las charapas no son ardientes, les expliqué. El ardiente es el charapa. El varón loretano es sumamente ardiente, capaz de realizar prodigios indescriptibles. La mujer simplemente debe estar a la altura de las circunstancias. Por eso la mejor pareja para un loretano es una loretana. A propósito, estoy casado con una Profesora loretana.

            El problema se presenta  cuando algún varón viene de afuera y se encuentra con una dama loretana, ella le gana lejos. No por una oreja o una cabeza sino por varios cuerpos de ventaja. A ese varón que no alcanza a explicarse lo sucedido solamente se le ocurre decir “las charapas son ardientes”. Y así nace la leyenda.

            Pero ahora ya ustedes lo saben, los loretanos somos los ardientes.

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