«La resistencia de materiales clásica es una disciplina de la ingeniería mecánica, la ingeniería estructural, la ingeniería civil y la ingeniería de materiales que estudia la mecánica de sólidos deformables mediante modelos simplificados. La resistencia de un elemento se define como su capacidad para resistir esfuerzos y fuerzas aplicadas sin somperse, adquirir deformaciones permanentes o deteriorarse de algún modo».
Fuente: Wikipedia La enciclopedia libre.
Los estudiantes de Ingeniería Química de la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana (UNAP) de Iquitos, comenzamos a llevar el curso de Resistencia de Materiales. Fue nuestro primer encuentro práctico junto con Operaciones Unitarias, de nuestra formación en Cálculo Diferencial y Cálculo Integral.
Todo el tiempo fuera de clases nos lo pasábamos hablando de Resistencia de Materiales.
Cuando estuvimos en Estudios Generales teníamos una compañera de nuestro primer grupo que habíamos ingresado dando el Examen de Ingreso. Era una joven muy delgada y de piernas totalmente flacas, pero de rostro bonito y sumamente simpática. Era una buena compañera.
Tenía un novio, de apellido Rivadeneyra, que era familiar de algunos de nuestros compañeros y de inmediato se hizo amigo de nuestro grupo. Era maestro ebanista muy bueno a pesar de su Juventud y tenía su propio taller.
Al terminar Estudios generales, dura un año, nos separamos en las cuatro Facultades que tenía entonces nuestra Universidad. Ella se fue para Educación y nosotros a Ingeniería Química, pero siempre nos veíamos y nos saludábamos.
El novio venía a la universidad buscar a la chica y en cuanto nos veía a alguno de nosotros nos preguntaba invariablemente:
- ¿Han visto a mi Materialito?
Tanto escucharnos hablar de Resistencia de Materiales y habida cuenta de lo delgada de la joven, había dado en llamarla “Mi Materialito” a su novia.
No era un simple enamoramiento, era todo un compromiso formal el que motivaba a estos dos jóvenes, lo cual siempre me ha conmovido sobremanera. Es lindo ver cuando dos enamorados culminan su estado en el matrimonio.
Todo el grupo recibimos nuestro Parte Matrimonial y acudimos a la boda en la Iglesia Matriz. Me sorprendí al ver a la novia, vestida de blanco que acentuaba aún más su palidez cadavérica y una incipiente barriguita que ya se notaba. Por ratos parecía que le faltaba el aire.
Aún no vivía yo mi verdadero drama de tener a mi esposa con “Hiperémesis gravídica”. Ni siquiera conocía entonces la existencia de quien sería después mi esposa, ni mucho menos pensaba yo en lo difícil y terrible que puede llegar a ser para algunas mujeres la maternidad, pero cómo la buscan.
Me dio pena verla sonreír al salir de la Iglesia a los acordes de la Marcha Nupcial con su rostro bonito pero macilento.
Es terrible lo que tienen que soportar algunas mujeres por amor, pero cuánto aman el fruto de su amor. Dios las bendiga.