181 HUICSAPUNGUI SEÑOR

Mi mamá solía contarme muchas historias que había escuchado a lo largo de su vida y eso constituye un legado muy importante en mi vida porque me animó a contar historias a mis hermanos, a mi enamorada, quien luego se convirtió en mi esposa, a mis hijas, yernos, nietas, en general a todo el que estaba dispuesto a escucharme.

Doña Maria Luisa Sandoval Chávez me manifestó una extraordinaria importancia hacia la educación y la enseñanza en general.

En tiempos antiguos el Examen Final se daba en forma oral en público, con los padres observando el desarrollo del examen de sus retoños y más de una vez se vio al papá corriendo con su cinturón a su hijo por toda la calle cuando se “cuchipelaba”, literalmente se pelaba como el chancho, es decir que no había sabido responder las preguntas del examen.

En esta historia me contaba mi mamá que en el Examen Final el Dómine preguntaba a uno y otro alumno que es indigestión y nadie sabía responder, hasta que le preguntó a una huambrilla pongueta y buchisapa (signo de parasitosis intestinal, mal endémico de la Selva en aquellos tiempos de calles de tierra con acequias abiertas y caminares descalzos). Pues la niña, puesta de pie, respondió con coraje y voz clara y sonora

  • Huicsapungui, señor

Dicen que le puso 20 de nota, porque efectivamente  indigestión es huicsapungui, es decir dolor de barriga.

Este es uno de los muchos ejemplos que nos dicen a las claras la influencia incaica en nuestra Amazonía. Muchos lugares de la selva tienen nombres propios del quechua y muchas expresiones denotan su uso inveterado. Se solía denominar “viejitas quechueras” a las señoras que en su hablar cotidiano se expresaban en ese idioma. Y aun ahora es posible encontrar estas palabras mezcladas con  el castellano, o dialectos indígenas, portugués o inglés. Todo ello adaptado a la lengua del loretano. Muchas palabras quechuas son pronunciados un tanto apartados del idioma original que aún se conserva intacto en la zona de Apurímac. El quechua del Cusco está muy contaminado con el español y ha adaptado su lengua a los modos españoles. Como muestra basta un botón: En Cusco dicen puñunas (forma española de pluralizar el vocablo puñuna que significa cama). En Apurímac dicen puñunakuna. La desinencia kuna es la forma quechua perfecta de expresar el vocablo puñuna en plural. Así, tenemos, por ejemplo, runakuna: los hombres. Se pronuncia la palabra runa con el sonido de la r simple, no de la r compuesta como se dice en español al comenzar una palabra con letra r.

El mismo quechua en quechua se dice en Apurímac runasimi, el lenguaje de los hombres. Y una pregunta  básica cuando quieres hablar con un quechua hablante es ¿Runa simita yachay? Si hablas quechua debes responder “Ari taitay”, de lo contrario “Manan yachasuy”.

En nuestra tierra es de uso generalizado que al pescuezo del pollo se le llama cunga (del quechua cunka). Una referencia formal sería: al ave que vuela señorial en las alturas de nuestra serranía le dicen “Kuntur Calakunka” que literalmente es Cóndor cuello pelado. En Iquitos el referente más cercano sería “Pelacunga”, que es como le llamábamos a un chico del barrio porque se cortó el pelo muy corto.

Al chico que mete la mano a la olla para servirse un poco más se le dice “manguero”. Este vocablo deriva del quechua “manka = olla”. De allí la Pachamanka serrana, literalmente olla en la madre tierra. Y cuando tiene “mal de susto” por algún trauma ocasionado  principalmente por una experiencia con los fantasmas se dice que tiene “manchari”, palabra quechua que quiere decir que tiene miedo. A esto hace referencia el Pongo de Manseriche, la entrada en la selva, ubicada en Santa María de Nieva, Provincia de Condorcanqui, Departamento de Amazonas, por donde se abre paso el río Marañón. El nombre se le considera derivado del quechua (punku = entrada y manchariche = que da manchari) pues al cruzarlo se escucha un ruido aterrador y la corriente es tan fuerte que da miedo.

La parte de la pierna entre la rodilla y el pie se dice en Loreto “pingullo”, en la Sierra es “pinkullo”.

El chuchuhuasha (Maytenus laevis) es un árbol que alcanza los 25 metros de altura y 60 cm de diámetro, es erecto y bien ramificado. La corteza es rojiza con la madera dura.

El chuchuhuasha es utilizado refinado (es decir hervido) para curar los males de la mujer y macerado en aguardiente para combatir el frío. Es el componente fundamental de la bebida amazónica “7 Raíces”, para los anglófilos sería “Seven Roots”.

Esta es la forma correcta de escribirla. Muchas personas, aparentemente “cultas” pero desconocedoras de lo que es la filología que explica el verdadero significado de las palabras, lo escriben equivocadamente “chuchuhuasi”. Esto es absurdo porque “chuchu” significa seno o teta de la mujer y “huasi” significa casa: es absurdo porque no puede haber «casa de las tetas”, pero sí “tetas a uno y otro lado” que es cómo crecen las ramas de este árbol. Por ello la forma correcta de escribir y decir es CHUCHUHUASHA. Según cuentan los antiguos, para ser curados por esta planta se debe sacar una parte del árbol por donde sale el sol (chuchu) y otra por donde se oculta el sol (huasha), del quechua wasa = espalda.

Al respecto, recordemos que existe un poblado denominado Huashalado que está ubicado “al otro lado” de Padre Isla, que está frente a la ciudad de Iquitos, para llegar a este poblado debemos dar la vuelta a la isla del frente.

En nuestra habla diaria utilizamos, pues, vocablos sin interesarnos de donde proceden, solamente lo decimos porque así se ha dicho siempre.

Pero además muchos lugares de la selva tienen nombres derivados del quechua, tales como Pucallpa (puka = rojo, allpa = tierra), Pucayacu (yaku = agua), Rumococha (rumo = yuca, cocha = laguna),

Y los demonios de la selva: Yacuruna (hombre del agua) es el gigante que sale de las aguas para intentar llevarse a las doncellas a su mundo. El Chullachaqui (chulla = desigual o diferente y chaki = pie) que dicen que tiene un pie de gente y un pie que parece pata de motelo (tortuga de tierra).

La madre del agua o Yacumama es el nombre con que se conoce a la boa gigante, la más grande del mundo.

Un completo desarrollo etimológico del lenguaje amazónico daría lugar a un libro entero y no solamente  unas pocas líneas como este post. Pero tenemos mucho quechua en nuestro mundo Amazónico.

El Imperio de los Incas (Tawantinsuyo)

 

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