162 EL CAMARÓN

Juan Carlos Vera es compadre de mi hija Charito y en una reunión familiar soltó esta frase que me hizo recordar a mi enorme cámara fotográfica. Muy buena y nos acompañó en los mejores momentos vividos:

Sólo espero que aparezca tu papá con su camarón”.

            Se trataba de la Deluxe Automatic Camera Kit, una cámara analógica de 35 mm con disparador automático y reducción del ojo rojo. Lo compré en el Mercado Central por 40 soles y un trípode por 10 soles. El trípode, después, mi nieta Andrea lo usó como espada en sus juegos imaginarios de espadachines.

El camarón tenía flash obligado, es decir, no había manera de tomar fotos sin el flash. Usa 6 pilas 2A, de manera que para una sesión fotográfica tenía los bolsillos de mi saco llenos de pilas porque solamente resistían 10 fotos cada paquete de pilas. Pero tenía su estuche con una correa para llevarla al hombro y la cámara tenía una vistosa correa para colgarla del cuello. Era una cámara muy linda.

El camarón

En realidad, nuestra vida ha estado ligada todo el tiempo a las cámaras fotográficas.

Mi papá, en Iquitos, tenía una cámara Agfa de fuelle y con esa cámara tomó un millar de fotos, incluyendo su viaje a Lima y el encuentro con su hermano Faustino. La Agfa usaba rollos 120 y no tenía flash.

Cámara Agfa

Lamentablemente cuando pasamos a vivir a la calle Sargento Lores, el comején bajó por el horcón y se metió al aparador y se comió todas las fotos.  Fueron muy pocas las fotos que se pudieron salvar y por partes. Mi mamá lloró por lo que mi papá  buscó otra casa y fuimos a vivir en la calle Tacna. Solo tres meses vivimos en la Sargento Lores y nos arrepentimos para siempre. En la calle Tacna estuvimos 7 años y finalmente pasamos a la calle Pablo Rosell hasta hoy.

He tenido cámaras Kodak de 120 y de 127, inclusive una cámara curiosa Micro Camera 110. El cartucho de 110 se monta sobre el extraño artefacto y el visor es solamente un retículo por el que se mira.

Cámaras Kodak

Micro Cámera 110

Cuando fui universitario me conseguí una cámara Leica, alemana, reputada como la mejor del mundo. Cámara mecánica de 35 mm con fotómetro y telémetro incorporado y disparador automático. No me duró mucho, se cayó al Amazonas.

Cámara Leica

En Lima compré una cámara Zorki, rusa, copia fiel de la Leica alemana. Duró menos: un domingo salimos toda la familia al Parque de Las Leyendas. Al llegar al parque pregunté por la cámara y mi hija me dijo “lo dejé en la reja del edificio”. Volvimos a toda máquina a nuestro edificio en la Avenida Manco Cápac y no lo encontramos. En un lugar donde te roban las medias sin sacarte los zapatos era punto menos que imposible encontrarlo.

Cámara Zorki

Conseguí entonces una Olympus Pen, de 35 mm. Buena compañera.

Cámara Olympus Pen

Mi hija Claudia estudiaba Diseño Gráfico en la PUCP y me dijo que necesitaba una cámara “Pink Floyd” para sus clases de fotografía. La cámara es solamente una doble caja de cartón de 8 x 10 x 12 cm, una caja metida en la otra, con el interior pintado de negro. En uno de los lados, al centro, se le hace un orificio pequeño.

En el cuarto oscuro abre la caja y coloca en el extremo opuesto al orificio un negativo de 6 x 9 sujeto con cinta scotch. Pone la tapa de la caja, con un dedo cubre el orificio convertido en objetivo y sale del cuarto oscuro a buscar una “victima” para tomarle la foto, generalmente su amigo Pepe. Quita el dedo, cuenta uno, dos tres y lo vuelve a tapar con el dedo y regresa al cuarto oscuro a revelar la foto.

Esto es verdaderamente el fundamento de la fotografía.

Cámara Pink Floyd

Luego tuvimos que comprarle una cámara analógica mecánica porque como artista debía regular y experimentar el tiempo de exposición y la intensidad de luz que impresiona la película. Compramos en Polvos Azules una Asahi Pentax K1000 de 35 mm. Aún tenemos esta cámara, guardada en el olvido.

Cámara Asahi Pentax

Llegó el tiempo de las cámaras digitales y adquirí primero una cámara Sony de 7.2 megapixeles con 2 pilas recargables 2A. Pero a mi hija Charito, al parecer, no le gustó y me compró una Panasonic Lumix DMC-S5 de 16.1 megapixeles con batería recargable y es la que estamos utilizando en la actualidad.

Cámara Sony Cámara Panasonic

A través de la historia de nuestra vida tengo miles de fotos recogidas en 15 álbumes. Además otra cantidad parecida recogida en archivos digitales. Es desde siempre una afición, amén que soy diplomado en Fotografía por Difusora Panamericana en Argentina, por correspondencia. Dice el diploma que es en Nueva York, pero jamás escribí a Nueva York, solamente a Argentina.

Una anécdota viene a mi memoria, estaba en Iquitos y mi hermana Mary Wilma había desfilado por Fiestas patrias con un atuendo especial (la Brigada) y quise hacer gala de mi reciente conocimiento: una toma contra el sol de medio día. En ese entonces era una “herejía” tomar una foto contra el sol. Todo el mundo lo sabía y me decían: “Oye no va a salir, estás contra el sol”, “estás contra el sol compadre”, “estás haciendo una burrada, todo el mundo sabe que no se toma una foto contra el sol”. He resumido los más elegantes y discretos. Pero tomé la foto y salió maravillosa. Lo que nos enseñan en Difusora Panamericana es que si tapas del sol al lente de la cámara puedes tomar fotos contra el sol. Puedes usar un paraguas, una revista o hasta la mano haciendo sombra sobre el lente. Pero yo usé la mole del obelisco del “soldado con cólico” en la Plaza de Armas de Iquitos. Es maravilloso saber y para eso debes estudiar.

Tuve buenos maestros en Difusora Panamericana y los cursos son muy didácticos y   fáciles de aprender y llevar a la práctica.

Diploma de Difusora Panamericana

 

 

 

 

 

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