Es una película animada producida por Walt Disney Pictures y Pixar Animation Studios, dirigida por Pete Docter.
Se trata de una hermosa historia de amor que viven dos niños que gustan del mundo de aventuras. Se trata de Carl Fredrickson y Ellie y desde el principio de su amistad la niña conduce la relación. Ambos admiraban al gran aventurero Charles Muntz con su legendario dirigible The Spirit of Adventure, pero él fue acusado de haber falsificado el esqueleto de una ave gigante muy rara que decía lo había encontrado en las Cataratas del Paraíso.
Ellie confiere a Carl su más “preciada” condecoración, una chapa de gaseosa, y le confiesa su deseo de trasladar su “club”, una casa abandonada de su barrio, a las Cataratas del Paraíso, porque allí se había dirigido Muntz. Había hecho un dibujo imaginando su casa en ese lugar.
Ellie y Carl Las Cataras del Paraíso
Se casan, no pueden tener hijos y en la vejez fallece Ellie. Carl parece un viejo amargado y se pone peor cuando una constructora decide absorber su propiedad. Un accidente involuntario es aprovechado por la constructora que logra el desalojo.
Para no ir al asilo, Carl, quien se dedicaba a la venta de globos, infla un centenar de ellos con helio y los ata a la casa, con lo cual la casa se eleva y se lanza a la aventura en busca de las Cataratas del Paraíso. Quería cumplir el sueño de Ellie.
Pero el pobre Carl no cuenta con la presencia de Russell, un niño scout quien trata desesperadamente de ayudar al anciano para recibir la condecoración de Ayuda al Adulto mayor, la única que le falta para ascender de grado. Carl se ve obligado a llevarse a Russell en su viaje.
Es una película con mucha acción y aventuras, de acciones temerarias y hasta heroicas. Toda una epopeya que hace la delicia del público asistente.
Ellos encuentran a la extraña ave viva que semeja a un avestruz y Russell le llama Kevin, al que atrae con una tableta de chocolate que es su debilidad. Pero luego se dan cuenta que es hembra y que tiene que cuidar a sus polluelos.
En un desolado lugar encuentran al héroe de su niñez quien al enterarse que tienen al ave viva se vuelve un enemigo mortal para ellos. Ellos para cuidar a Kevin y el “héroe” para arrebatárselos y volver a la ciudad y demostrar que realmente existe esa ave y recuperar su prestigio.
El malvado Muntz vive rodeado de un centenar de perros amaestrados de toda raza que pueden hablar gracias a un collar electrónico y realizan todas las tareas de la casa como los más diligentes servidores y cumplen todas las órdenes de su amo, inclusive mortales. Pero uno de los perros, disidente, llamado Dug, se hace amigo de ellos y lucha junto con ellos.
Cuando más desolado se encuentra Carl toma el álbum de Ellie titulado:
Mon livre D’Aventure (Mi Libro de Aventuras)
Cuando Carl pensaba que había terminado de verlo, se da cuenta que el libro continúa.
Trucs a Faire (Cosas por hacer)
Ellie había seguido poniendo fotos de toda su vida matrimonial y al final de todo un mensaje de amor para él, más bien una orden para él:
Merci pour cette belle aventure – Il est temps pour toi d’en vivre une nouvelle!
Je t’aime
Ellie
(Gracias por esta gran aventura – ¡Es hora de que vivas uno nuevo!
Te amo
Ellie)
Nuevamente animado Carl se dispone a la acción.
Son brutalmente atacados por los enemigos pero felizmente logran zafarse de ellos y Muntz cae al vacío. Carl, Rusell, Kevin y Dug se apoderan del dirigible The Spirit of Adventure mientras la casita sigue su “viaje” sola y termina asentándose en el lugar que había ideado y dibujado Ellie en su niñez.
Dejan a Kevin en su hábitat natural con sus polluelos y ellos regresan a la ciudad.
Aun cuando no habla mucho de su familia, Russell le cuenta al señor Fredrickson:
“La naturaleza salvaje no me gusta, porque es muy salvaje. Pero a mi papá siempre le agradaba, sabía hacer fuego con piedras y esas cosas. No se perdía una sola de nuestras reuniones. Después nos íbamos a Fenton a tomar helados. Yo pedía de chocolate y él de vainilla con crema de caramelo. Nos sentábamos en la acera de la heladería a disfrutar de nuestros helados. Él contaba los carros rojos que pasaban y yo contaba los carros azules. El que contaba más, ganaba. Suena aburrido, pero lo aburrido es lo que más recuerdo”
Tal parece que los padres de Russell están divorciados y la historia no pasa de ser un sueño idealizado porque su papá nunca tenía tiempo para él. Inclusive el día de la graduación no aparece el papá pero sí el señor Carl quien le impone la condecoración más elevada que disponía, la chapa de gaseosa que Ellie se lo dio cuando eran niños.
Luego se van a Fenton, estacionan a un costado el dirigible y se sientan en la vereda a disfrutar sus merecidos helados y a contar carros azules y rojos.
Como dije al principio, una historia de amor, el del amor romántico y el amor de la amistad en grado sumo. Es una película para chicos y grandes y, créanme, vale la pena ver.
La gran aventura