A mi compadre Alfredo Ugarte, militar de carrera, le cupo en suerte ser nombrado Edecán en Palacio de Gobierno.
En su sección El Habla Culta, la doctora Martha Hildebrandt nos dice que la palabra Edecán significa “Oficial de las fuerzas armadas al servicio del Presidente de la nación, que desempeña funciones de carácter protocolar” (Diccionario de americanismos, ASALE, 2010).
Orgulloso mi compadre, al terminar la jornada de trabajo, enfundado en su radiante uniforme con sus condecoraciones y sus cordones de Edecán, se dirigió a su casa en Chorrillos manejando su carro, cuando al llegar su esposa salió a darle el encuentro para decirle que su papá había venido a Lima a una reunión de Alcaldes en el Hotel Sheraton y está esperando que vaya a recogerlo.
El señor Eliseo Alván, Alcalde de Juanjui, se encontraba en Lima para una corta estadía y prefería alojarse en casa de su hija, mi comadre Clara. El señor Alván es conocido por su carácter socarrón que también heredó su hija. En aquellos tiempos no había celulares para comunicarse de inmediato, de manera que recién cuando Alfredo llegó a su casa le pudo dar el encargo. Raudo partió el Comandante a recoger a su suegro. Menos mal que era Comando y no sentía el cansancio
En la puerta del Hotel Sheraton esperaba el Alcalde con su Secretario, atisbando con impaciencia la Vía Expresa, cuando de repente gritó:
- ¡Allí viene mi chofer!
El Secretario también miró y le dijo desalentado.
- No, señor Alcalde, quien viene es un alto Jefe Militar.
- Bah, pero si esa clase de chofer no más tengo yo.
El Edecán