Hilda Colón Chávez, hermana menor de mi madre María Luisa Sandoval Chávez, era desde siempre una chica muy inquieta.
Seguramente la conocí pero no la recuerdo, solamente conozco de ella lo que me contaba mi mamá. Mi mamá ya estaba casada y mi tía Hilda vivía con su madre o en mi casa. Era tan movida que cuando se portaba mal, mi mamá le castigaba por lo que se iba donde su madre. Cuando su madre le pegaba venía con mi mamá. Era como vivir entre Scila y Caribdis.
Me contó que por andar siempre a las volandas se tropezó con la banca y le hizo doler, pero también se reía mientras sobaba sus canillas y que yo le decía “bienecho tía, el Dios te ha castigado”.
También me contó mi mamá que en cierta oportunidad su hermana Hilda estaba comiendo una naranja y su mamá, mi abuelita Luisa, le pidió una mordida e Hilda estremeciendo su cuerpo le dijo “ácida es mamita”, por lo que no le dio.
Luego por ir a jugar dejó la naranja en la mesa y mi mamá la probó y estaba bien dulce.
Mi tía Manuela Díaz Chávez, otra hermana menor de mi mamá, pero mayor que Hilda, me contaba que cuando iba al circo con su esposo, compraban entradas para Galería y veían a la inquieta Hilda refundirse en medio de la gente que ingresaba al circo, por en medio de sus piernas, para finalmente sentarse en una silla de Palco que estaba vacío, y veía la función mejor que ellos que habían pagado su entrada. Tradicionalmente en los circos se venden palcos con cuatro asientos, y están al borde de la pista del circo.
Un tal Mattos, vista de aduana, la sedujo y le dio un hijo. Mi abuelita Luisa lavaba ropa para los “vaporinos”, así que un buen día agarró a sus hijas Ángela Pino Chávez, Hilda y el hijo de ella, Pepe, y partió para la capital.
Viajar a Lima era toda una aventura, no existían aviones, y el viaje se hacía en lancha hasta Pucallpa y de allí en camión hasta Lima. Pero lo hicieron.
Se asentaron en el Callao, siempre cerca a los vaporinos para trabajar lavando ropa. Mi tía Ángela trabajó en la Fábrica Nicolini y se casó con Alberto Príncipe. Hilda se unió con un tipo de quién tuvo dos hijos, Pichón y Blanca.
Era una vida insoportable la que vivía mi tía Hilda por esta razón se separó. Trabajaba en la taquilla de un cine cercano a su casa, estaba feliz con su mamá y sus tres hijos, en casa de la abuelita Luisa.
Una noche, al salir del trabajo fue abordada por su exmarido quien la conminó a volver con él, pero ante su cerrada negativa la asesinó de 14 puñaladas.
Mi mamá se enteró al leer el diario y yo sentía mucha pena porque mi mamá lloraba.
No es mucho lo que sé de mi tía Hilda pero su recuerdo perdura en mi memoria para siempre. He tratado bastante con la abuelita Luisa, con los tíos Alberto y Ángela y sus hijos Néstor, Elizabeth, Karen, Ángela y Luisa, con los hijos de Hilda, Pepe, Pichón y Blanca.
Pepe es Infante de Marina, Pichón es pescador y Blanca es ama de casa.
Karen se casó y tuvo una hija quien vive con su padre, sabe Dios donde, porque Karen falleció. Néstor, Elizabeth y Ángela viven en Estados Unidos. Luisa vive con su esposo Omar en la casa de sus padres en la Ciudad del Pescador.
Mi tía Hilda