77 MAPFRE

Llegó el tiempo de mi jubilación. En realidad “jubilación Anticipada” puesto que pese a haber ganado el Concurso de Plazas docentes, al director de la Use de San Borja no le dio la gana de darnos los nombramientos a los dos Ingenieros Químicos, especializados en Informática, para Profesores de Computación.

Difícil seguir cotizando mes a mes las cuotas  para la AFP sin un trabajo seguro y de acuerdo a las leyes de aquel entonces hubiera tenido que cotizar hasta el año 2009, cuando cumpliría 65 años de edad.

Decidida la situación solicité mi jubilación anticipada en la AFP Unión, que pertenecía a la Cervecería Backus de donde había sido despedido, sin más ni más.

La AFP Unión convocó a licitación mi Fondo de Pensiones a nivel nacional.

Se presentaron en mi domicilio todos los agentes de las empresas aseguradoras de pensión existentes en ese entonces. Todos me presentaban folios y más folios con números, tablas estadísticas mostrando los millones y billones que tenían las entidades mayores que las patrocinaban y apoyaban. Me aburrían realmente.

Finalmente me decidí por Mapfre, y es la empresa aseguradora que me paga mi pensión mes a mes.

De todas las aseguradoras que habían visitado y que no habían ganado la buena pro, solamente el agente de Interbank vino a verme. Quería saber cuál había sido el motivo determinante para haberme decidido por Mapfre. No me fue difícil explicárselo.

Mira, ve. Todos ustedes vienen y me muestran toda su ingente riqueza patrimonial, sabiendo que nada de eso me va a tocar. Páginas y páginas de datos  y números. Yo soy Ingeniero, entiendo  y me aburro con todo eso que ustedes consideran lo más importante, las demás personas que no tiene este nivel, menos van a entenderlo.

Me decidí por Mapfre porque la joven que vino a verme me obsequió una revista de su empresa con imágenes de cómo ellos tratan a sus afiliados. El año anterior llevaron a sus afiliados con sus cónyuges a un paseo campestre y regalaron a todos ellos unas casacas cortaviento. Me pareció muy lindo que alguien se preocupe por las personas no por el dinero de nuestro fondo de pensiones.

El agente se sorprendió mucho de que a ellos no se les hubiera ocurrido nada de eso. Ellos tenían por seguro que los pensionistas apreciaríamos sus billones y no es así. Preferimos el calor humano.

Y las invitaciones eran para dos, el primer año fui con mi esposa para Fiestas Patrias a un paseo campestre en la Granja Villa donde  nos sirvieron medio pollo a la leña por persona con harta papa frita que repitieron porque los asistentes dijeron que querían más papas fritas. Desde que se inventó el pollo a la brasa mi esposa se declaró fanática. Ella se comió su medio pollo y la mitad del mío. Yo no como mucho, y el pollo a la brasa lo aprendí a comer porque me enamoré de ella, mi esposa. Luego el sorteo de electrodomésticos, televisores, microondas, cocinas y refrigeradoras. Baile con orquesta. Vamos, un fiestón memorable, y al final no regalaron unas chalinas de alpaca que los tengo guardados como recuerdo.

Para Navidad fuimos con mi hija Charito a un concierto de Orquesta de Cámara en vivo en el Auditorio del Colegio Raimondi, amenizado con abundante  buffet.

En la siguiente vez fue almuerzo en el Brisas del Titicaca con un show espectacular y finalmente una cena navideña en un casino de Miraflores.

Y paramos de contar porque cambiaron las leyes en el Perú y el fondo nacional de pensiones que debía desaparecer para que todos los trabajadores se puedan afiliar a una AFP, fue reactivado y entonces los trabajadores pueden optar por el fondo nacional o una AFP.

Entonces las previsiones que habían calculado las AFP se fueron al tacho y Mapfre se limita a solamente pagarnos puntualmente nuestra pensión. Ya no hay invitaciones ni regalos. Qué pena que en el país existan políticos que jamás amaron al Perú.

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