El inglés es el idioma más aprendido como segunda lengua. Si bien el número de nativos que hablan inglés son entre 300 y 400 millones, el número de personas que lo aprenden como una segunda lengua es el mismo, superando al resto de los idiomas.
Fuente: Sprachcaffe.com
Allá en la lejana Iquitos, bella tierra que me vio nacer, estudiando el Tercer Año de Primaria en la Escuela de Primer Grado Escuela Práctica, un día, la Directora y dueña del colegio, doña Juana Venegas de Herbozo, nos informó que a partir del lunes siguiente tendríamos clases gratuitas de Inglés al final de las clases de la tarde.
Debíamos avisar en nuestra casa que tardaríamos una hora más para regresar al hogar. Que teníamos que comprar un cuaderno de 50 hojas para el curso de Inglés.
Resulta que una “gringa” había venido a vivir en la casa de la Directora, que estaba en la misma escuela, y a manera de compensación se ofreció a dictarnos las clases de Inglés.
Fue el primer contacto directo que tuve con el idioma de los gringos que tanto daba que hacer porque todas las películas, con excepción de las películas mexicanas, eran en inglés con subtítulos en español y era cosa de leer una cosa y escuchar otra diferente porque la traducción lo hacían en México y, ya se sabe, los mexicanos tienen un español muy especial, diferente al español de España y más diferente al español del Perú.
La gringa era una persona no joven pero muy amable y nos agradó a todos los alumnos, chicos y chicas. Daba gusto escucharla pronunciar una y otra vez para que lo aprendamos bien:
Table, chair, copybook, pen, pencil, ink, lesson. Aún no se había inventado el bolígrafo.
Also the numbers: one, two, three, four five, six, seven, eight, nine, ten.
The colors: Black, white, green, yellow, orange, red, pink.
Of course, the verbs: to walk, to run, to eat, to drink, to rain.
Hasta la llegada de la gringa nosotros acudíamos donde doña Leonila, sirvienta, cocinera, ama de llaves, administradora de los Hernández y madre de Guillermo, Ulises y Lucho, para preguntarle sobre los nombres de las personas en inglés. Y aún hasta ahora me sorprende su conocimiento: ¿Luis? Louis, ¿Jorge? George, ¿Carlos? Charles, ¿Pablo? Paul, ¿Pedro? Peter.
Con la gringa se abrió para nosotros un mundo enteramente nuevo que jamás olvidaremos.
En el colegio Secundario teníamos clases de Inglés del Primero al Quinto, con resultados diversos, con bastantes altibajos. Solamente en el Cuarto año, al contestar todas las preguntas en Inglés que hizo el profesor “Borolas” recibí como premio un ticket, una especie de estampilla que era un cupón del International Youth service, una institución sin fines de lucro que trataba de relacionar a jóvenes de todo el mundo para escribir cartas en inglés.
Me tocó Josefa Polfliet de Antwerp (Amberes), Bélgica y durante varios años mantuvimos correspondencia como una manera de practicar nuestro inglés pues en Bélgica hablan el francés y el flamenco. Tenía ella varias amigas deseosas de tener amistad con otras personas, pero casi nadie de mis compañeros quiso participar. Hubo uno, Díaz Aguilar, que se relacionó con una chica de Paris que le dijo que su papá era diplomático y le invitó a visitar Paris con todo pagado, pero él se asustó y dejó de escribirla.
Cuando estuve en el Ejército no pude continuar con la amistad epistolar y dejamos de “vernos”. En la actualidad no la ubico por ningún lado. Supongo que se habría casado y cambiado por ello su apellido.
En la Universidad teníamos un curso de Inglés como parte del currículo de formación, nuestra primera profesora era una gringa ya mayor cuyo único mérito era ser norteamericana, pero nada de docencia y menos superior.
La siguiente profesora fue una dama no agraciada pero muy versada en su tema. Fue una excelente profesora de Inglés y, pese a su apariencia completamente alejada de la impronta norteamericana la llamábamos “la Gringa”, porque precisamente enseñaba Inglés.
Daba mucha importancia a la composición, todo el tiempo debíamos escribir una composición sobre el tema que se nos ocurriera y a mí siempre se me ocurría escribir “about my motorbike”. Al parecer ella nunca se aburrió cuando leía mis peripecias con mi motocicleta, Honda de 125 cc, modelo CKD con dos cilindros, color rojo metálico. Y encendido eléctrico.
En el examen teníamos una conversación personal en inglés y aprobamos con una buena calificación. Me encantaba el Inglés.
Pero nunca fui bueno escuchando. Podía leer en inglés y comprender lo que leía pero no entendía lo que escuchaba, a diferencia de Leopoldo Ríos Castro quien nunca estudió este idioma en ninguna academia pero hablaba, escribía y conversaba en inglés. Aprendió leyendo revistas en inglés que su mamá le traía del Hotel de Turistas donde lavaba ropa.
Cierta vez escuché un tema de los Beatles y le oí cantar
- ¿Sabes la letra? – le pregunté
- Por supuesto, es bien fácil – se la sabía de memoria
- ¿Me lo puedes escribir?
De esa manera tuve un tema que podía cantar, dicen que la mejor manera de aprender el idioma es cantando o viendo las películas sin subtítulos. Aprendí así “Can’t Buy me love”.
Can’t buy me love
En la Cerro de Pasco Corp. En La Oroya, Ricardo Boullosa conversaba en Inglés con los gringos, pero él había estudiado Inglés en el Instituto Ike de Iquitos. Y era el único de todos los Ingenieros del Plan Cerro (20 Ingenieros de todo el país) que hacía eso. Los demás preferíamos hablar en español.
Mi hija Luisa destacó en el idioma Inglés en el Colegio San Norberto en Santa Catalina, La Victoria, y quedó en el Segundo Puesto a Nivel Nacional en el Concurso Interescolar de idioma Inglés. La ceremonia de premiación fue en el Ministerio de Educación, donde le dieron la “Pluma de Plata”. En la Universidad Cayetano Heredia donde se graduó de Cirujano Dentista no se exige el idioma Inglés para graduarse, por lo cual no necesitó estudiar más Inglés.
En la Universidad Católica sí es obligatorio aprobar los Niveles Básico y Medio (10 cursos) para poder graduarse, pero tienen que estudiar por su cuenta, no forma parte del currículo académico. Mi hija Claudia para graduarse de Diseñadora Gráfica estudió el Inglés en el Instituto de Idiomas de la misma PUCP. En cambio mi hija Charito rompió moldes y estudió el idioma Inglés en el Centro Cultural Británico. La escuché conversar en Inglés con una funcionaria de Estados Unidos. Me pareció agradablemente sorprendente.
Cuando trabajaba en la Cervecería Backus, me enviaron a la Cervecería Garza Blanca de Chiclayo. Viví tres semanas en esta cervecería que queda a 60 km de Chiclayo, y en un cajón del escritorio encontré un libro que lo devoré con especial interés. “The House of the Spirits” by Isabel Allende. Pude así conocer lo más íntimo de la autora, acerca de un tema que nos tocó de cerca, el golpe de estado de Pinochet y sus consecuencias.
The house of the spirits
Lo conté a mis hijas, como todo lo que me pasa, y en aquel entonces Claudia estudiaba Inglés en el Instituto de Idiomas de la PUCP. Claudia le comentó a su profesor de Inglés que su papá había leído «La Casa de los Espíritus» en Inglés. El profesor sorprendido le preguntó
- ¿Dónde aprendió Inglés tu papá?
- En ninguna parte, creo que nació sabiendo Inglés.
Considero, de lejos, el mejor homenaje que una hija puede hacer a su padre.